Epílogo
— Has silencio, mocoso… — pidió Justin — Ni siquiera sé cómo es que eres idéntico a mi…
— Sólo mira las fotos, anciano — dijo Anwen, mirando las fotos en el álbum — Ni siquiera sé porque eres tan feo.
— Y yo todavía no sé porque aun sigues vivo — dijo, en un tono burlón — Pero son preguntas sin respuestas.
— Yo tengo una, y es que eres un aborto criado…
— Tampoco te pases de listo conmigo, mocoso — pellizco su mejilla — Y habla en voz baja o te vas a tu habitación ya tienes quince y estoy seguro de que es un intento en querer dormir aquí nuevamente.
— No me compares contigo — el menor frunció el ceño — No somos iguales.
— Sí, claro — pasó la página — Aquí estoy cuando tenía dos años… es una foto algo vieja…
— Como tú — frunció los labios cuando Justin lo miró con ojos acusadores — Sólo estoy diciendo la verdad...
— Me rindo, vete a tu habitación — se puso de pie y el menor tomó su pantalón — Suéltame.
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