— Me importa un carajo que tenga que alimentar a dos niñas, usted no está capacitado para ser mi jefe de ventas. Sus ideas son fantasiosas e inverosímiles. No hay lugar para usted en mi empresa - la mujer era dura. Podía notarlo por como hablaba, estaba impaciente por irse. Solo era un rechazo.
— Espero que nunca se vea en esta situación Señora. Espero aun más que nunca me necesite. La vida da muchas vueltas, ya me ha demostrado que es una jodida perra cuando quiere Joder.
La mujer le hizo un gesto con la mano y arrugó la cara, no estaba acostumbrada a ese lenguaje. Jonas se fue con su cabeza en alto y sin mirar atrás. Era un hombre fuerte, jamás había recibido un no por respuesta ante ninguna solicitud. En esta ocasión viviendo en un pueblo pequeño como era Meadville debía organizar sus ideas y crear su próximo plan.
Había decidido ir a esa empresa de ventas Online de tarjetas de invitación, felicitación, etc. Pensando que podría conseguir un empleo rápido para pagar al menos todo lo relacionado con las niñas pero la mierda se había complicado.
El no era un tipo de calma y escucha.
No.
Jonas Cortes era de acción y movimiento.
La mujer que lo había entrevistado estaba entrada en los cincuenta, su postura era implacable pero debía poner los pies sobre la tierra: ventas Online de tarjetas y disparates para eventos no era algo a largo plazo, debía incursionar en otras áreas.
Su respuesta había sido que él no estaba capacitado.
Suponía que era más fácil para ella tirarle la culpa al desconocido que aceptar que su negocio iba en picada.
— ¿ahora qué ? - se dijo en voz alta.
La vida de Jonas Cortes había cambiado drásticamente cuando había sido nombrado tutor hacía poco más de una semana de las dos niñas de su hermano muerto, el cual había fallecido al caer de un quinto piso mientras trabajaba en la construcción de este. Jonas estaba nombrado como familiar de emergencia en su plantilla laboral y había sido llamado de inmediato.
Las niñas apenas tenían tres años. Gemelas gracias a su genética. Su hermano Joel y él se habían salvado al ser la generación que se saltaba para que nacieran gemelos.
Jonas era el más viejo y ahora único hijo con vida de la pareja Cortes.
Debía conseguir un trabajo y que fuese rápido. Las niñas no se alimentarían de leche en polvo toda la vida.
Había dejado su trabajo en boston para cuidar de sus sobrinas Melany y Carmela, no sabía que todo se volvería tan complicado en tan poco tiempo. Sus padres ya estaban en los Sesenta años y no quería separarlos de las niñas. Por eso había tomado la decisión de mudarse a ese pueblo alejado de todo. Sus ahorros menguaban, había descubierto un desastre colosal en su casa materna y no tuvo más remedio que reparar la casa de suelo a techo.
Fácilmente podría conseguir trabajo en la ciudad pero eso implicaría irse y dejar las niñas, solo no podría cuidarlas y debía demostrar que podía ser responsable para que el estado no se involucrara más y quisiera quitárselas. Ellas eran el único recuerdo de su hermano y las cuidaría por siempre.
Haría lo que fuese necesario para sacar a esas niñas adelante.
Mel, ya te he dicho que debes bajar la tapa cuando salgas del baño - Ella estaba cansada de corregir siempre lo mismo. Su sobrino era un adolescente complejo. Esperaba que sus vacaciones no tardaran en terminar.
Cassie salió de la oficina pasada las seis de la tarde. Había tenido una reunión de última hora con el presidente de la compañía. Las cosas iban bien, tenían muchos proyectos por delante y sus comisiones ascendían. No podía llegar a pensarse multimillonaria pero al menos el dinero no le falt
Era como estar encerrada en el cuarto rojo del dolor de aquel libro famoso. Cassie sentía que le faltaba el aire mientras estaba allí sentada en el asiento del copiloto del carro de Jonas.
La mañana despertó a Cassie bruscamente. Su alarma había sonado y ella dormida aún, la había apagado. Miró su reloj en el celular, llegaría tarde.
La tarde pintaba bien para Cassie. El día había transcurrido sin problemas y más que nada sin asomo de Jonas. Se había encargado de darle tanto trabajo que hasta tendría que almorzar en la oficina. No quería tenerlo cerca. El era un peligro para su consciencia y su cuerpo.
Cassie llegó a su casa más nerviosa de lo que había estado en su vida. Maldiciendose a sí misma por haber invitado a Jonas. —¿ Te había dicho que Estas muy bella esta noche? — Jonas le preguntó al bajarse dNunca su sumisa (Serie Amores de Meadville 1) Capitulo 8
Jonas miraba las personas que conversaban amablemente unas con otras, se había criado con la gran mayoría de ellos, ninguno lo reconocía por el cambio drástico que había dado al llegar a la adultez. Ya no más el desgarbado y tímido Jonas Cortes.
Latest chapter