Grecia
Me despierto gracias a la alarma de mi celular. Me levanto y me ducho. Cuando salgo del baño, comienzo a secar mi cabello y a hidratar mi rostro. Comienzo a ponerme la ropa que dejé preparada el día anterior. Que consistía en una falda blanca tableada y un suéter gris con detalles rojos y blancos. Combinando con unas zapatillas deportivas, hoy no me apetecía ir en tacones y había práctica con las animadoras.
Tomo un bolso sencillo, donde guardo mis cosas y bajo al comedor. La mesa se encuentra vacía, de nuevo y tomo asiento mientras reviso mis redes sociales. Comienzo a desayunar mi avena y mi licuado que incluye un poco de proteínas, pues hoy sería un día más difícil. Recuerdo el trato y llamo a la secretaria de mi padre.
-Consigue el contrato con la empresa Williams, lo más pronto posible. Por favor- colgué y terminé mi fabuloso desayuno. Lavé mis dientes y retoqué mi maquillaje.
Mi teléfono sonó, indicando un nuevo mensaje. Revisé y era de Andrea.
Dylan, ya estoy afuera.
Camino a la puerta y me veo por última vez en el espejo, respiro profundamente y salgo. Lo veo recargado en el auto, luciendo perfectamente con su suéter cerrado y unos jeans rectos. Sus gafas a pesar de ser horribles, le quedan bien. Siente mi mirada y se sonroja, camino hasta dónde está y para ponerlo nervioso, me acerco mucho a él. Su respiración se vuelve agitada y sonrío. Beso su mejilla y me subo al auto. Andrea se queda paralizado por unos segundos y finalmente reacciona. Entra al coche y me abrocho el cinturón. Él hace lo mismo y comienza a manejar a una velocidad apropiada.
-¿Tendremos demostraciones de afecto?- preguntó.
-Si no las hay, nadie creerá que estamos juntos- respondí viendo hacia al frente.
El camino pasa en un silencio un poco incómodo. De vez en cuando, volteaba a verlo y él mantenía su ceño fruncido, mientras se concentraba en la carretera. La arquitectura del instituto comenzó a verse y pronto estábamos estacionados allí. Andrea bajó del auto y algunas miradas se centraron en él, pues siempre venía en bicicleta. Llegó y abrió la puerta. Respiré profundamente y salí del coche. Todas las miradas se centraron en nosotros, peiné mi cabello y sonreí. Cerré la puerta y comenzamos a caminar juntos. Los murmullos comenzaron a escucharse. Tomé su mano, entrelazando nuestros dedos y entramos. Estaba acostumbrada a ser el centro de atención, pero él lucía un poco incómodo.
-Todo estará bien, pronto no nos observarán- susurré tratando de calmarlo. Y él asintió no muy convencido.
Kendall llegó y sonrió pícaramente. Ken era una chica inteligente, pero era muy perezosa. Nunca logré entender por qué estaba en el equipo de animadoras, si todo le parecía aburrido. Además era la chica sin compromisos. No tenía pareja y ella era feliz así. Pero su padre insistía en que debía madurar y un montón de tonterías. Aunque lo ocultara, Kendall sí se interesaba por la empresa, pero sólo quería llevarles la contraria.
-Ya llegó la parejita- dijo y sonreí.
-Las dejaré solas- asentimos.
Se alejó de nosotras y mantuve mi mirada en él hasta que desapareció de mi vista. Recuerda, Grecia, que todo es mentira. Me repetí varias veces.
-Es lindo- dijo Kendall y asentí.
Ken sonrió maliciosamente y rodee mis ojos. Cualquier cosa que pasara por su mente en este momento, no pasaría, ni en sueños.
-Por cierto, papá me obliga a ir a una cena el sábado. Por favor dime que irás- dijo quejándose.
-Obviamente. Allí será la segunda cena con Andrea- respondí.
-Entonces tendré que conseguirme pareja. No quiero hacer mal tercio- reí.
-¿Esa es tu excusa para decirme que te gusta alguien?- ella se sonrojó y mis dudas se esfumaron.
-Tal vez haya estado saliendo con alguien- sonreí.
Caminamos a nuestros casilleros y tomamos las cosas necesarias. Vi como alguien se recargó en el casillero de al lado y cerré mi casillero. Una figura masculina cubierta en músculos, pero con una pizca de cerebro estaba allí. Adam, capitán del equipo de fútbol americano, la persona más egocéntrica que conocía y un rompecorazones por nacimiento.
-Nena, ¿por qué llegaste con el nerd?- rodee mis ojos y caminé rumbo a mi aula. Sentí sus pasos siguiéndome, pero no le hice caso. Cuando entré al salón tomó mi mano.
Las miradas se centraron en su movimiento y giré a su dirección. Pasó su mano por mi cintura atrayéndome a su cuerpo y cuando planeaba besarme, golpee su mejilla. Me solté de su agarre y lo miré a los ojos.
-Llegué con Andrea porque es mi novio- respondí.
-¿Acaso prefieres a un nerd a este dios griego?- de dios griego no tenía nada.
-Andrea es inteligente, amable y caballeroso, ¿tú qué eres además de tener músculos?- caminé a mi asiento sintiendo las miradas de todos.
-Te arrepentirás de esto- gritó antes de salir caminando rápidamente.
Las clases pasaron lentamente y todos murmuraban sobre Andrea y yo. Algunos de los rumores más graciosos es que Andrea me pidió que fuera su novia y él me ayudaba en las clases. O que yo le ofrecí dinero para poner celoso a Adam. Llegó el almuerzo y Williams me esperaba fuera de mi salón, sonreía tímidamente y evitaba las miradas de los demás. Cuando llegué a su lado se sonrojó levemente. Caminamos tomados de las manos hacia la cafetería. A pesar de que era la más popular, no me sentaba con la mayoría de los populares. En nuestra mesa sólo éramos Kendall, una par de animadoras y sus novios futbolistas, que tenían un poco de cerebro, y yo. Bueno, ahora también estaba Andrea.
-Deberías comer más- dijo observando mi almuerzo.
-Sabes que no puedo- respondí.
Llegamos a la mesa y todos sonrieron, ellos eran amables, a diferencia a Adam y su grupo. Tomé asiento y Andrea hizo lo mismo. Comencé a comer, consistía en un trozo de salmón con una ensalada. La mayoría de las chicas teníamos eso y algunos de sus novios. En cambio, el nerd había pedido una gran hamburguesa con papas fritas, me sorprendía que comiera eso, pues su abdomen estaba marcado.
-¿En qué piensas que te ha hecho ponerte como un tomate?- cuestionó una de las animadoras.
Voltee a otro lado tratando de olvidar eso. Andrea me vio y eso hizo que el rojo aumentara en mis mejillas. Bajé la mirada, tratando de concentrarme en mi comida.
El almuerzo terminó. Tenía la misma clase que mi novio falso, así que nos fuimos juntos. Las clases continuaron tranquilamente aunque las miradas seguían puestas en nosotros. Finalmente llegó el momento de la salida y de la práctica. Andrea caminó a la cancha mientras Ken y yo íbamos a cambiarnos.
La práctica estuvo bastante bien. La rutina era sencilla, pero impresionaría a muchas personas. La temporada de los partidos comenzaría pronto y con ello habría más trabajo para nosotros. Cuando finalizó el entrenamiento observé las gradas. Andrea mantuvo su mirada en mí y eso me ponía un poco nerviosa.
-Ve con tu novio- comenzaron a corear las animadoras.
Subí las gradas y llegué a donde él estaba. Se puso de pie y sin saber la razón, tomé sus mejillas entre mis manos acercándolo a mí. Su respiración comenzó a agitarse y la mía también. Rocé sus labios con los míos y finalmente los uní. Cerré mis ojos y Andrea se mantuvo quieto unos segundos, finalmente respondió a mi beso. Sus movimientos eran inseguros. Pasó sus manos por mi cintura atrayéndome a su cuerpo. Me separé lentamente de él y vi sus mejillas rojas, abrió los ojos lentamente y se encontró con los míos. Tímidamente quito sus manos de mi cintura y sonreí. Se escucharon los aplausos de las porristas y el rojo aumentó. Tomé sus manos y caminamos saliendo de allí.
-¿Qué fue eso?- cuestionó en un susurro.
-Era para que las porristas se creyeran nuestro romance- ni siquiera yo me lo creía, pero era bueno fingir eso.
Él asintió. Nos subimos al auto y me llevó a casa. El silencio nos acompañó en todo el camino. Mordí mi labio inferior, sintiéndome incómoda. Había sido mi primer beso.
-Nos vemos mañana- dije y salí del auto.
Finalmente pude respirar tranquilamente. Entré a mi casa y subí a mi habitación y me dejé caer en mi cama. Este, sin duda, fue un día muy raro.
GreciaCuando despierto con la alarma de mi teléfono, observo la hora y aún era un poco temprano, pero me levanto para preparar todo. Entro al baño y me ducho, seco mi cabello y lo peino, antes de vestirme con un vestido, que era un suéter largo color rosa, y unas botas que llegaban hasta mis rodillas negras.Bajo y observo a mis padres en el comedor. Tomo asiento mientras espero que sirvan mi desayuno. Mi padre revisa el periódico y las revistas, mientras mamá habla por teléfono y mezcla su desayuno. Esta era una típica comida cuando están por las mañanas, no podía quejarme, a pesar de que no teníamos la relación más cercana, sé con certeza que se preocupan por mí.-Hablamos después- dice mi madre luego d
GreciaDespierto con la alarma de mi teléfono. Me levanto de mi cama y camino hacia el baño. Me ducho y luego seco mi cabello. Comienzo a vestirme, tomo un suéter cerrado azul claro con escote “V” y una falda color beige en corte “A”. Me coloco unas zapatillas deportivas del mismo color que el suéter y tomo un bolso. Mi teléfono suena anunciando un nuevo mensaje. Frunzo mi ceño mientras lo tomo y me doy cuenta de que era un número desconocido.Grecia Scott, prepárate. Pronto se sabrá toda la farsa que has creado. Mi corazón latía rápidamente y sentía los nervios recorriendo mi cuerpo. Era muy pronto para que sospecharan que lo nuestro era sólo un trato, ¿cierto? Mordí mi labio in
GreciaCuando despierto lo primero que veo es el ramo de dalias rojas que trajo Andrea, está en un florero de vidrio en mi mesita de noche. ¿Cómo es que él sabía que eran mis flores favoritas? Puede que le haya pedido ayuda a Kendall, así que le preguntaré. La cena de mañana será en realidad una gala benéfica. Lo cual significa que habrá reporteros, o sea, que todo el mundo sabrá que salimos. Lo que dije en la cena era cierto. Nunca había tenido pareja porque no quería que mantuvieran mi relación en el ojo público y además en el fondo esperaba un romance de libro. Como el del Señor Darcy y Elizabeth Bennet.Me levanto de mi cama, camino hacia el baño y me ducho. Humecto mi piel, seco mi cabello y comienzo a vestirme. El clima c
GreciaLas clases finalizan y Andrea me acompaña a mi casa, me despido de él con una sonrisa. Entro y camino hasta mi habitación. Me dejo caer despacio en mi cama y observo el techo. Creo que una parte de la nota tenía razón ahora cuidaré cada uno de mis movimientos, cada paso que dé. Si bien no me importaba lo que dijeran de mí, que mi reputación se fuera hasta los suelos, tenía miedo. No de lo que me pudiera pasar, si no de a quien más lastimaría, de lo que le pudieran hacer a Andrea o a Kendall, incluso a Liam.Miles de pensamientos invaden mi mente. El temor y los nervios recorren todo mi cuerpo y siento como las lágrimas comienzan a caer. Permito que salgan varias lágrimas, permito hoy no ser tan fuerte como debo ser y entonces me levanto. Veo un mensaje de
GreciaDespierto gracias a la alarma de mi celular, me levanto de mi cama y lavo mi rostro. Salgo de mi habitación y me encuentro con mi mejor amiga. Sonrío y ella me abraza. Caminamos juntas hasta el comedor, donde se encuentran mis padres. Nos sentamos y comenzamos a comer. Mi madre habla por teléfono mientras mi padre lee el periódico. Cuando mi madre termina la llamada nos sonríe.-Los vestidos han llegado- sonreímos y terminamos la comida.Vamos a las habitaciones y nos colocamos un bañador, es algo que siempre hacemos antes de un evento importante. Nos relajábamos la mayor parte del día en la piscina y en el jacuzzi. Me coloco un poco de bloqueador solar y salimos a la alberca. Estiro un poco mis músculos y salto. El agua se encuentra a una tempera
GreciaDespierto y me doy cuenta que estoy en mi cama. Con cuidado me levanto y observo mi pie. Éste se encuentra perfectamente vendado. Voy al baño y lavo mi rostro. Tomo mi teléfono y salgo de mi habitación. Bajo las escaleras, sintiendo en cada uno de mis pasos un poco de dolor. En el comedor se encuentran mis padres, perfectamente vestidos.-Buenos días, princesa- dice mi padre sonriendo mientras sostiene el periódico.-Buenos días- respondo y me siento.-¿Cómo sigue tu pie, Grecia?- cuestiona mi madre cuando termina su llamada.-Aún me duele- respondo y la imagen del periódico llama mi atención.¿Acaso será que han flechado a la heredera de
GreciaDespierto gracias a la alarma de mi celular. Lo desconecto cuando noto que está cargado y camino hasta el baño. Me observo en el espejo, mi reflejo muestra perfectamente que no he dormido bien y que he llorado. Me quito el vestido, ayer olvidé cambiar mi ropa. Abro las llaves de la ducha y entro. El frío del agua hace que me estremezca. Cuando salgo de la ducha, tomo mi analgésico y seco mi cabello. Maquillo mi rostro, cubriendo la tristeza que siento. Con mucha molestia me coloco mi ropa, que consistía en una falda rosa pastel con corte “A” que llegaba arriba de mi rodilla. Un suéter cerrado color blanco con escote “V”, combinándolo con unos tacones de un tono más claro que la falda. Mi pie comienza a doler, pero era difícil vivir en el Instituto. El hecho de que fuera la chica más popu
GreciaLa alarma de mi teléfono resuena en mi silenciosa habitación. Me levanto de mi cama lentamente, como un reflejo. Camino hacia el baño y me observo en el espejo. Mi rostro luce cansado. Miles de emociones se instalan en mí, dejándome un nudo en mi estómago. Me quito la ropa y entro a la ducha, el agua comienza a caer mojando mi rostro. Tornando mi cabello de un tono más oscuro. Paso mis manos por mi rostro y luego bajo la mirada. Mi pie se encuentra inflamado, más que ayer. Lo muevo un poco y el dolor se hace más fuerte. Termino de ducharme y salgo. Lo primero que hago es tomar un analgésico y luego seco mi cabello. Humecto mi piel y tomo mi ropa. Me coloco un pantalón de mezclilla claro y un suéter azul marino con escote “V”. Con unas zapatillas deportivas del mismo color. Hoy habría p