Grecia
Cuando despierto lo primero que veo es el ramo de dalias rojas que trajo Andrea, está en un florero de vidrio en mi mesita de noche. ¿Cómo es que él sabía que eran mis flores favoritas? Puede que le haya pedido ayuda a Kendall, así que le preguntaré. La cena de mañana será en realidad una gala benéfica. Lo cual significa que habrá reporteros, o sea, que todo el mundo sabrá que salimos. Lo que dije en la cena era cierto. Nunca había tenido pareja porque no quería que mantuvieran mi relación en el ojo público y además en el fondo esperaba un romance de libro. Como el del Señor Darcy y Elizabeth Bennet.
Me levanto de mi cama, camino hacia el baño y me ducho. Humecto mi piel, seco mi cabello y comienzo a vestirme. El clima comenzaba a ser más cálido, pero aún había un poco de viento frío. Me coloco una blusa ajustada, blanca, con un short de tiro alto con líneas verticales grises y blancas. Un cinto con el mismo diseño y un abrigo rosa. Lo combiné con unos botines de tacón negros y peiné mi cabello en pequeñas ondas. Me maquillo de manera natural y tomo mi teléfono.
Reviso de nuevo el mensaje que me enviaron ayer. ¿Quién podría ser? ¿Y cómo es que sabe? Muerdo mi labio inferior mientras pienso en algo, pero no encuentro a una persona que podría hacer eso. Llamo al número, pero me manda a buzón. Vuelvo a intentar, pero nada. Bajo las escaleras y camino hasta el comedor. Mi almuerzo está servido y tomo asiento. Desayuno mientras pienso en algo, pero nada pasa por mi mente. Termino y lavo mis dientes, retoco mi maquillaje y me observo en el espejo, acomodo mi cabello y espero a que llegue el mensaje de Andrea, que no tarda en llegar, pues en unos segundos escucho mi teléfono. Confirmo que sea de Williams y salgo de mi casa. Camino hasta él, está recargado en su auto y sonrió. Sus mejillas están sonrojadas y mi corazón late deprisa. Beso su mejilla y entro al auto. Los recuerdos de la noche anterior llegan a mi mente y mis mejillas comienzan a tornarse rosas.
El camino al instituto es invadido por un silencio incómodo. Llegamos y algunas miradas se centran en nosotros, sonrío y siento como Andrea entrelaza nuestras manos. Caminamos juntos y llegamos a donde están Kendall y Liam. Los chicos hacen su típico saludo y beso la mejilla de Ken. Williams y su mejor amigo van juntos a la primera clase y nosotras caminamos a mi casillero.
-¿Cómo te fue en la cena?- cuestiona con una sonrisa.
-Todo estuvo de maravilla. Pero es una gala benéfica la cena de mañana- cuando iba a abrir mi casillero, noto que hay una rosa, de un color artificial, con una nota, pegada en él. La despego y abro la nota.
Esta rosa tiene un color tan falso como tu romance. Es mejor que cuides tus pasos, Scott, porque pronto caerás, espero que no te lleves a algunas personas contigo.
-M.
Mi respiración se acelera mientras leo eso. Doblo el papel y lo guardo en mi bolso. Cuando iba a meter la rosa, me corto las puntas de mis dedos con las espinas. La guardo rápidamente y siento la mirada curiosa de Ken. Sonrió intentando mostrarle que me encuentro bien.
-¿De quién es esa rosa?- cuestiona.
-Ya sabes, de un admirador- sonrío mientras intento que ella crea en lo que digo.
-Eso parecía más de un enemigo, ha dejado las espinas- mi latido no ha logrado calmarse, ni un poco.
-Sabes que los chicos de aquí son idiotas, probablemente no sabía que tenía que quitar las espinas- eso la convenció y entonces pude respirar tranquilamente.
Tomé mis cosas y caminamos hasta nuestra primera clase, que compartíamos con los chicos. Las clases se pasaron rápidamente y aunque intenté concentrarme al cien por ciento, no pude. Mi mente vagaba en la nota y en el mensaje. Esa persona había dejado esa rosa con espinas para herirme, pero estoy segura de que planea algo peor. Quería saber quién era, por qué hacía esto y cómo se enteró. La sensasión de alguien observándome estuvo presente todo el día, haciendo de mis movimientos, unos inseguros.
Estábamos en la mesa de la cafetería. A mi lado estaba Andrea, quien me observaba con el ceño fruncido. Votee a ver a todos lados, tratando de encontrar algo sospechoso, una mirada centra sólo en mí. Sin embargo, resultó una misión imposible. Cientos de miradas estaban centradas en cada uno de mis movimientos. Sentí como comenzaba a faltar el oxígeno en mis pulmones, mi cabeza comenzó a doler terriblemente y vi a Williams preocupado. De repente, los movimientos de todos se volvieron algo lejanos mientras el dolor era insoportable. Sentí como alguien tomaba mi mano y me llevaba a un lugar. Mi vista estaba nublada y el ruido más insignificante era como un taladro para mí. Me costaba tanto respirar, lo intentaba, pero no podía. Mi corazón latía rápidamente y el miedo invadió todo mi ser. Escuchaba una voz llamándome, pero era imposible reconocerla, era imposible concentrarme en eso. La presión en mi pecho crecía con la falta de aire. Cerré mis ojos, buscando un alivio y después lo sentí. Era una pequeña caricia, un roce tímido. Mis labios comenzaron a reaccionar, correspondiendo aquel beso. Mi cabeza dejó de doler al reconocer aquellos labios. El aire comenzó a llegar a mis pulmones y la tranquilidad regresó a mi cuerpo. Esa sensación era increíble. Nuestros labios unidos. Nuestros corazones latiendo al mismo ritmo. Es como si estuvieras al borde de la muerte y vivieras. Como si hubieras caminado por horas en un desierto y bebieras agua. Entonces lo supe, había huido del amor toda mi vida y no me arrepentía. Nunca lo haría. Porque había encontrado el amor con Andrea. Sí, era pronto para saberlo, pero es que no sé cuando comenzó. No sé si empezó desde la primera vez que lo vi. No sé si comenzó incluso antes de conocerlo. Pero no había vuelta atrás.
El viento frío llega a mis labios cuando él se separa. Mi ritmo cardíaco se tranquiliza y una paz inhunda todo mi ser. Observo esos ojos que me han cautivado y sonrío. Williams me corresponde tímidamente y tomo su mano.
-Gracias- digo mientras volvemos a la cafetería.
GreciaLas clases finalizan y Andrea me acompaña a mi casa, me despido de él con una sonrisa. Entro y camino hasta mi habitación. Me dejo caer despacio en mi cama y observo el techo. Creo que una parte de la nota tenía razón ahora cuidaré cada uno de mis movimientos, cada paso que dé. Si bien no me importaba lo que dijeran de mí, que mi reputación se fuera hasta los suelos, tenía miedo. No de lo que me pudiera pasar, si no de a quien más lastimaría, de lo que le pudieran hacer a Andrea o a Kendall, incluso a Liam.Miles de pensamientos invaden mi mente. El temor y los nervios recorren todo mi cuerpo y siento como las lágrimas comienzan a caer. Permito que salgan varias lágrimas, permito hoy no ser tan fuerte como debo ser y entonces me levanto. Veo un mensaje de
GreciaDespierto gracias a la alarma de mi celular, me levanto de mi cama y lavo mi rostro. Salgo de mi habitación y me encuentro con mi mejor amiga. Sonrío y ella me abraza. Caminamos juntas hasta el comedor, donde se encuentran mis padres. Nos sentamos y comenzamos a comer. Mi madre habla por teléfono mientras mi padre lee el periódico. Cuando mi madre termina la llamada nos sonríe.-Los vestidos han llegado- sonreímos y terminamos la comida.Vamos a las habitaciones y nos colocamos un bañador, es algo que siempre hacemos antes de un evento importante. Nos relajábamos la mayor parte del día en la piscina y en el jacuzzi. Me coloco un poco de bloqueador solar y salimos a la alberca. Estiro un poco mis músculos y salto. El agua se encuentra a una tempera
GreciaDespierto y me doy cuenta que estoy en mi cama. Con cuidado me levanto y observo mi pie. Éste se encuentra perfectamente vendado. Voy al baño y lavo mi rostro. Tomo mi teléfono y salgo de mi habitación. Bajo las escaleras, sintiendo en cada uno de mis pasos un poco de dolor. En el comedor se encuentran mis padres, perfectamente vestidos.-Buenos días, princesa- dice mi padre sonriendo mientras sostiene el periódico.-Buenos días- respondo y me siento.-¿Cómo sigue tu pie, Grecia?- cuestiona mi madre cuando termina su llamada.-Aún me duele- respondo y la imagen del periódico llama mi atención.¿Acaso será que han flechado a la heredera de
GreciaDespierto gracias a la alarma de mi celular. Lo desconecto cuando noto que está cargado y camino hasta el baño. Me observo en el espejo, mi reflejo muestra perfectamente que no he dormido bien y que he llorado. Me quito el vestido, ayer olvidé cambiar mi ropa. Abro las llaves de la ducha y entro. El frío del agua hace que me estremezca. Cuando salgo de la ducha, tomo mi analgésico y seco mi cabello. Maquillo mi rostro, cubriendo la tristeza que siento. Con mucha molestia me coloco mi ropa, que consistía en una falda rosa pastel con corte “A” que llegaba arriba de mi rodilla. Un suéter cerrado color blanco con escote “V”, combinándolo con unos tacones de un tono más claro que la falda. Mi pie comienza a doler, pero era difícil vivir en el Instituto. El hecho de que fuera la chica más popu
GreciaLa alarma de mi teléfono resuena en mi silenciosa habitación. Me levanto de mi cama lentamente, como un reflejo. Camino hacia el baño y me observo en el espejo. Mi rostro luce cansado. Miles de emociones se instalan en mí, dejándome un nudo en mi estómago. Me quito la ropa y entro a la ducha, el agua comienza a caer mojando mi rostro. Tornando mi cabello de un tono más oscuro. Paso mis manos por mi rostro y luego bajo la mirada. Mi pie se encuentra inflamado, más que ayer. Lo muevo un poco y el dolor se hace más fuerte. Termino de ducharme y salgo. Lo primero que hago es tomar un analgésico y luego seco mi cabello. Humecto mi piel y tomo mi ropa. Me coloco un pantalón de mezclilla claro y un suéter azul marino con escote “V”. Con unas zapatillas deportivas del mismo color. Hoy habría p
GreciaLlegamos a mi casa y abro la puerta. Me pongo en pie y me preparo para caminar, cuando Andrea llega en ese momento y me toma entre sus brazos. Entramos y la señora del servicio me observa preocupada.-Señorita Scott, ¿está bien?- asentí.-Sí, sólo ocurrió un pequeño accidente, pero cierta persona no me ha dejado caminar- río cuando veo las mejillas sonrojadas de Williams.-¿Dónde está tu habitación?- cuestiona sonrojándose aún más.-Sube las escaleras- comenzó a caminar y en un minuto ya estábamos arriba. De reojo vi sus músculos contrayéndose y sentí el calor subiendo a mi rostro.
AndreaGolpeo el saco de boxeo por última vez, mientras siento como el enojo comienza a irse de mí. Me quito los guantes y tomo mi botella con agua, siento el líquido hidratando mi garganta mientras el sudor cubre mi frente. Camino hacia las duchas del pequeño gimnasio que está en mi casa, con un cambio de ropa. El agua comienza a recorrer mi desnudo cuerpo, los recuerdos de la sonrisa de Dylan, dirigida a Étienne, se hacen presentes y la furia regresa a mí. No es que me molestara que ella estuviera con alguien más, me sentía molesto porque sabía que ella podría ser feliz, incluso si yo ya no estaba en su vida. Mi corazón le pertenecía completamente desde que la conocí y sé que así sería por el resto de mi vida, pero ella no sentía lo mismo por mí.
GreciaEl auto estaciona frente al gran edificio de Industrias Scott. La puerta se abre y respiro profundamente. Salgo del hermoso coche y camino hacia la entrada. Los empleados me saludan e intento sonreír. Fingiendo que nada ha pasado, que me encuentro perfectamente, continúo mi camino con pasos seguros. Entro al elevador y Nick, el chófer de mi padre, aprieta el botón del piso correspondiente. El elevador se detiene y salimos de ahí. Anna, inmediatamente se pone de pie y nos permite pasar.-Grecia. Sabes que espero que seas mi sucesora- asentí. –Pero si tú realmente quieres dedicarte a otra cosa, puedes hacerlo. Sé que aún no tomas una decisión definitiva sobre a qué universidad ir, pase lo que pase te apoyaremos. Por eso, quiero darte esto- tendió un sobre para mí y lo tomé.<