En aquel momento estaba en una especie de estado mental distinto, mi madre había hecho un extraño tipo de clic en mi interior con cada una de sus palabras, nunca antes me había sentido de esa manera, acababa de tener la discusión de mi vida con mi madre, no tan solo me acababa de llamar prácticamente ramera, se atrevió a darme una bofetada delante de Ulises, cuando lo único que hice fue decirle que no había hecho nada malo con él.
Nunca antes había visto a mi madre tan enojada y alterada, incluso me llamó pecadora, sin darme razones del porqué se había puesto así conmigo, ni siquiera me permitió hablar ni defenderme.
Mi madre hizo el escándalo de su vida, todo el personal de la casa salió a presenciar el espect&aacut
Durante una semana estuve a solas en ese hotel sin visitas ni nada, y ni mi madre ni mi abuela se preocuparon por saber dónde estaba o qué había pasado conmigo, Ares en cambio, fue a verme en varias ocasiones pero no quise hablar con él, no quería someterlo más a mis asuntos, ya bastante había ayudado, aunque confieso que la verdad es que me dio un poco de pena no haber atendido a sus llamadas ni a sus visitas, pero necesitaba estar a solas conmigo misma por un tiempo, necesitaba saber quien era la mujer que había en medio de las ideas de mi madre y de mi abuela y lo que decía Ares Daniels o incluso los demás hombres sobre mí. ¿Acaso era yo la una o la otra? Quizás era ambas o ninguna, pero debía averiguarlo. Habían tantas cosas que necesitaba entender, era tiempo de hacer algo.Mario por
Aquella llamada lo había cambiado todo, y en ese momento no tenía ni la más mínima idea de lo que se venía para mi, en el momento que recibí la llamada de mi madre aquella noche, mi mundo se quebró para siempre, luego de haber escuchado sus palabras le colgué el teléfono, era tanto que procesar y entender, era demasiado para mi, no podía permitirle continuar, no por teléfono, no en ese momento.Luego de colgarle, me vestí y salí en un taxi dispuesta a enborracharame y tener sexo, pero mientras iba camino a la disco pensaba en todo lo que había pasado y entonces me dí cuenta de que lo que realmente necesitaba era desahogarme de una vez y por todas, necesitaba dejarlo salir y eso fue como hacer catarsis para mí, ni siquiera yo misma sabia que tenia guardadas tantas cosas dentro,
Era cierto, mediante aquella conversación con Ares Daniels había recordado sin quererlo una escena en la que mi madre discutía con un hombre en nuestra antigua casa. Durante el trayecto a casa no hice más que tratar de recordar algunas cosas más, pero estaba tan ansiosa por descifrar aquel recuerdo, que nada más logró aparecer en mi mente.Yo no sabía quién era aquel hombre o que quería, tampoco el porqué parecía estar tan molesto con mi madre y con mi abuela, no recordaba siquiera si había visto su rostro en algún momento, pero sí recordaba su voz y sus palabras, repetía una y otra vez que anularia un estúpido contrato de confidencialidad y no dejaba de hablar sobre un cheque que no quería, repetía que tan solo la quería a ella, que no necesitaba m
Mi madre estuvo en cama durante casi un mes, y durante todo ese tiempo me olvidé de todo lo demás y me dediqué a cuidar de ella, casi un mes sin escuchar su voz ni ver sus ojos mirándome fijamente. Yo estaba muy enojada con ella en ese entonces, tal vez, de algún modo, hasta desilusionada, había idolatrado a mi madre por muchos años, la creía perfecta e incapaz de quebrarse, ella era mi punto de referencia, la creía intachable, sin embargo, era tan humana e imperfecta como cualquiera.Después de que ella revelara todos esos secretos y mentiras, mi madre cayó en una especie de coma o shock psicológico, según el doctor causado por la reacción de haber dejado salir tantas cosas al mismo tiempo, y según mi abuela por toda la presión a la que la sometí para que me contara to
Después de haber dejado salir todo de un tirón, de haber hecho introspección a solas conmigo misma, después de llorar tanto, me quedé dormida y no desperté hasta el día siguiente, sentí que había despertado un poco más liviana, más humana, como si me hubiese desprendido de mucho peso, como si hubiese despertado a la vida, me habían arrancado de un tirón la venda que cubría mis ojos, empezaba a ser libre.Eran demasiadas verdades en poco tiempo, después de tantos años de tan solo tener a mi madre y a mi abuela, resulta que tenía una tía, un primo y un hermano, era demasiado que procesar, a eso añadir que tenía toda una familia por encontrar, un padre al que buscar, y el hecho de que había vuelto a tener sexo con Mario, cuando yo nunca antes hab&iacu
De alguna manera me sentí liberada, renacida, tal vez empezaba a descubrirme, era la primera vez en toda mi vida que sentía que había hecho algo más que tener sexo, le había cedido el control del momento a Mario y tan sólo me dejé llevar de la pasión y las sensaciones que sentía en aquel momento, permití que todos mis sentidos se unieran y vibraran al unisono, sentí al maximo cada caricia, cada beso, cada roce, sin preocuparme de llevar las riendas de la situación como siempre había hecho.Aquel día me quedé más tiempo del planeado en casa de Mario, comimos juntos, vimos alguna que otra película, reímos juntos mientras nos tomábamos unas copas de vino, conversamos por largas horas hasta que llegó la noche, cenamos y tuvimos sexo varias veces, él me
Mi madre, se abalanzó contra mí, empezó a golpearme como loca y a gritarme todo lo que le pasaba por la mente en ese momento, yo no podía hacer más que cubrirme, no iba a golpear a mi propia madre a pesar de que me estaba agrediendo e insultando, ni siquiera porque estaba más que sorprendida por su accionar en los últimos meses. Mi abuela se quedó estupefacta, como si no reconociera a su propia hija, el señor que estaba presente trataba de quitármela de encima por todos los medios, pero ella sacaba fuerzas para golpearme y vociferar improperios, me tenía tomada por el pelo para no soltarme, la fina y educada señora Greek había perdido los estribos una vez más, sus palabras dolían más que sus golpes, parecía como si me odiara, sus palabras eran fuertes y crueles, duras, se notaba un gran desprecio hacia mi. Cuando al fin el seño
La historia de aquel hombre me dejó con más preguntas que respuestas, pero no tenía más remedio que aceptarla, pensé que al menos tenía nuevas pistas sobre mi, sobre mi familia y las piezas faltantes, tal vez lo que tenía eran nuevos acertijos que descubrir, o nuevas piezas que encajar en el rompecabezas de mi vida, no tenía nada seguro, con mi madre y con mi abuela nada quedaba por sentado.Soy tu tío, el hermano de tu padre. - Dijo él antes de que mi madre interviniera interrumpiendo sus palabras, e impidiendo que dijera algo más, mi abuela luego le hizo un gesto como de aprobación o como el de alguien que da una orden, y posteriormente él la siguió hacia fuera de la casa, dejándome a solas con mi madre, en un momento donde el silencio