Después de haber dejado salir todo de un tirón, de haber hecho introspección a solas conmigo misma, después de llorar tanto, me quedé dormida y no desperté hasta el día siguiente, sentí que había despertado un poco más liviana, más humana, como si me hubiese desprendido de mucho peso, como si hubiese despertado a la vida, me habían arrancado de un tirón la venda que cubría mis ojos, empezaba a ser libre.
Eran demasiadas verdades en poco tiempo, después de tantos años de tan solo tener a mi madre y a mi abuela, resulta que tenía una tía, un primo y un hermano, era demasiado que procesar, a eso añadir que tenía toda una familia por encontrar, un padre al que buscar, y el hecho de que había vuelto a tener sexo con Mario, cuando yo nunca antes hab&iacu
De alguna manera me sentí liberada, renacida, tal vez empezaba a descubrirme, era la primera vez en toda mi vida que sentía que había hecho algo más que tener sexo, le había cedido el control del momento a Mario y tan sólo me dejé llevar de la pasión y las sensaciones que sentía en aquel momento, permití que todos mis sentidos se unieran y vibraran al unisono, sentí al maximo cada caricia, cada beso, cada roce, sin preocuparme de llevar las riendas de la situación como siempre había hecho.Aquel día me quedé más tiempo del planeado en casa de Mario, comimos juntos, vimos alguna que otra película, reímos juntos mientras nos tomábamos unas copas de vino, conversamos por largas horas hasta que llegó la noche, cenamos y tuvimos sexo varias veces, él me
Mi madre, se abalanzó contra mí, empezó a golpearme como loca y a gritarme todo lo que le pasaba por la mente en ese momento, yo no podía hacer más que cubrirme, no iba a golpear a mi propia madre a pesar de que me estaba agrediendo e insultando, ni siquiera porque estaba más que sorprendida por su accionar en los últimos meses. Mi abuela se quedó estupefacta, como si no reconociera a su propia hija, el señor que estaba presente trataba de quitármela de encima por todos los medios, pero ella sacaba fuerzas para golpearme y vociferar improperios, me tenía tomada por el pelo para no soltarme, la fina y educada señora Greek había perdido los estribos una vez más, sus palabras dolían más que sus golpes, parecía como si me odiara, sus palabras eran fuertes y crueles, duras, se notaba un gran desprecio hacia mi. Cuando al fin el seño
La historia de aquel hombre me dejó con más preguntas que respuestas, pero no tenía más remedio que aceptarla, pensé que al menos tenía nuevas pistas sobre mi, sobre mi familia y las piezas faltantes, tal vez lo que tenía eran nuevos acertijos que descubrir, o nuevas piezas que encajar en el rompecabezas de mi vida, no tenía nada seguro, con mi madre y con mi abuela nada quedaba por sentado.Soy tu tío, el hermano de tu padre. - Dijo él antes de que mi madre interviniera interrumpiendo sus palabras, e impidiendo que dijera algo más, mi abuela luego le hizo un gesto como de aprobación o como el de alguien que da una orden, y posteriormente él la siguió hacia fuera de la casa, dejándome a solas con mi madre, en un momento donde el silencio
Me levanté temprano al día siguiente, Ulises ya no estaba en mi cama, se había marchado unas horas antes del amanecer, pero no me importaba en lo absoluto, Ulises era el menor de mis problemas, tenía otros asuntos más importantes de los que preocuparme y atender, no podía perder más tiempo, Ulises era una distracción innecesaria, como un deseo culposo.Esa mañana salí a buscar lo que quería, estaba harta, cansada de la negación de mi madre, de sus mentiras, de sus acciones, sus golpes y maltratos, no entendía para nada su actitud hacia mí, pero no iba a perder el tiempo tratando de entenderla, lo que necesitaba era encontrar aquello que sentía dentro de mí que me hacía falta, no se puede estar completo cuando te falta algo importante, no importaba de la manera que fuera
Al salir de la oficina del detective, Elías, Ulises y yo nos quedamos a comer en un modesto restaurante, horas antes de aquella reunión, había trascendido a las revistas de sociedad y los periódicos, la noticia de que había un nuevo heredero en la familia Greek: “el joven, inteligente y apuesto Elías Greek, un joven de 23 años con un futuro prominente en el mundo de los negocios” decía el titular en letras grandes, acompañado de una foto suya, y de un extenso artículo, donde indicaban que “...la exuberante Afrodita Greek, hasta entonces única heredera de la fortuna Greek, tenía competencia...” Yo tenía mis dudas acerca de dicha f
Me quedé con el vacío que había dejado Mario al despedirse, lamentaba no poder quererlo como él me quería, pero en el corazón no se manda, el corazón quiere lo que quiere, y mi corazón no quería a Mario en lo absoluto, tal vez quería otras cosas, o a otra persona, yo no lo sabía, aún no había aprendido a escuchar mi corazón, todavía necesitaba escucharme a mí misma, debía aprender a hacer todo eso. A pesar de que mi cuerpo, mi piel y mi sexo lo deseaban, mi corazón estaba enfocado en otras cosas, yo necesitaba encontrarme a mi misma, completarme, y eso ni Mario ni nadie podía hacerlo por mi.Tomé un baño rápido, necesitaba desprender a Mario de mi piel, me vestí de prisa, me puse un hermoso vestido corto de color rojo con estampado de
Al salir de la casa todos los reporteros se volcaron contra mí, acaparando mi espacio, tomando fotos, haciendo preguntas, empujando y gritando como locos. El ambiente se hizo pesado, todo se volvió un caos, no paraban de hablar sobre lo que acababa de suceder, pero yo no tenía más nada que decir, ya había dicho todo lo que sabía hasta ese momento, había logrado derribar la falsa imagen de los Greek frente a todo el mundo, había abierto la caja de Pandora, tan solo debía esperar para ver todo lo que había salido de ahí. Tal vez lo que había hecho haría que mi madre al fin revelara los secretos que mantenía ocultos, tal vez al fin me diría quién es mi padre.¿Sabes dónde está tu tía Atenea? - Gritó una p
Ulises me subió al carro y me recostó en el asiento trasero, luego puso una toalla húmeda en mi frente y una botella de agua fresca en mis labios, dándome a beber un poco, mientras me decía que todo estaría bien una y otra vez para tranquilizarme. Yo quería creerle, pero realmente no estaba tan segura del todo de que las cosas estarían bien para mi o para mi hermano, ni para nadie de mi familia, las cosas resultaron peor de lo que parecían, y era demasiado que procesar en tan poco tiempo, el escándalo resultaba peor de lo que pensaba, el artículo de Mario y mi espectáculo en televisión abierta, no sabía cuál de las dos cosas era peor.Unos minutos después mi hermano encendió el carro a petición de Ulises y nos fuimos de prisa al restaurante, estuvimos durante todo el t