ADVERTENCIA
Esta novela es producto de mi imaginación, por lo cual es ficción, los conflictos de los protagonistas o su forma de resolverlos no implica que yo como persona avale sus métodos para solucionarlos. Esta historia tiene contenido que pudiera herir susceptibilidades. Estoy en contra de cualquier violencia psicológica, física, cibernética. Si no puede soportar situaciones de discusiones o escenas de este tipo. Entonces le sugiero buscar otra historia y no continuar con esta.
LA ENFERMEDAD
Jade Gosling, observaba con tristeza a su padre, no podía creer que ese hombre que le había dado todo su amor, incluso sacrificando su felicidad por ella, se encontraba allí en ese momento luchando por su vida, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, no entendía por qué la vida se ensañaba contra ella, colgando sobre la única persona que la había amado, aun cuando no tenía su misma sangre una probable sentencia de muerte.
Su padre abrió los ojos y estos se iluminaron reflejando en ellos todo el amor que sentía por ella, con voz suave y con un poco de cansancio expresó —Mi hermosa niña, ¿Te quedarás hoy a dormir acá? —Ella movió afirmativamente su cabeza sin poder pronunciar palabra y él continuó preocupado, hablando con voz entrecortada —, preferiría que fueses a casa a descansar… No te preocupes por mí… No iré a ninguna parte… Tú mañana tienes que trabajar, no puedes ir cansada a hacerlo… rendirías menos y te traería problemas en tu trabajo con tus jefes, yo llegaré allá —pronunció el hombre cerrando los ojos por el esfuerzo que había hecho para hablar.
—Estate tranquilo padre, no te preocupes por mí, lo único importante en este momento es tu salud, que estés bien y que aparezca un donante de riñón, ya verás que todo estará bien —su padre se quedó dormido y ella comenzó a acariciar su rostro.
Hacía unos meses descubrió que estaba padeciendo una enfermedad renal, pero esta estaba avanzando de manera vertiginosa y las últimas pruebas arrojaron que solo le quedaba un quince por ciento de su función renal, por lo que su afección era crónica, sus riñones ya no podían atender las necesidades de su cuerpo y comenzaron ese día a hacerle hemodiálisis hospitalaria, lo conectaron a una máquina a través de la cual se le filtraba los desechos de sales y líquidos y tenía que estar conectado entre tres a cinco horas, sin embargo, durante el procedimiento sufrió complicaciones moderadas, lo cual hizo necesario que los médicos determinaran su permanencia hospitalaria durante dos días.
Eso tenía a la joven muy afectada, se imaginaba que todo habría sido distinto si su padre no le hubiese ocultado su estado de salud para no preocuparla. A penas se enteró de su condición una semana antes, sin embargo, ella habría preferido conocer de su situación cuando apenas comenzó a padecerla, porque así tal vez se hubiese evitado que la enfermedad alcanzara ese estado, ahora era necesario realizarle un trasplante renal o someterse a diálisis por tres veces a la semana para que pudiera sobrevivir.
Por otra parte, a la muchacha le mortificaba no poder atender las necesidades de su padre, ese hombre lo había hecho todo por ella y temía no poder devolverle de cierta manera su sacrificio y dedicación. La cuidó más que sus verdaderos progenitores que la habían abandonado. Su verdadero padre abandonó a su madre cuando supo que estaba embarazada y el día que esta pensaba practicarse el aborto, tropezó con Harry y este comenzó a hablar con ella haciéndola desistir de su decisión, se la llevó a su casa, le brindó comida, cobijo y protección.
Meses después él estaba tan enamorado de ella, que terminó proponiéndole matrimonio, pensó que era recíproco, se casaron, sin embargo, tiempo después recibió una gran dosis de la realidad, cuando la madre de Jade la dio a luz, la rechazó, no mostró ningún afecto por ella y seis meses después se fue con otro hombre diciéndole a Harry.
—Ella se queda contigo, sabes muy bien que no quería tenerla, pero te empeñaste en que debía hacerlo, entonces ahora es tuya, si no la quieres siempre puedes entregarla a servicios sociales, yo estoy muy joven para atar mi vida al cuidado de una mocosa y a un hombre como tú que no tiene nada que ofrecerme.
—No me haces ningún mal Vanessa dejándomela, sabes que la amo como si fuese mi propia hija y como tal la voy a cuidar. Ahora vete y no vuelvas más, mi hija y yo no te necesitamos, no tendremos uno a otro y juntos seremos una familia feliz.
Fue pasando el tiempo y Jade fue creciendo con amor, comprensión, Harry procuraba proveerla de todo lo necesario, hasta que un día la jovencita se enteró de su verdadero origen, porque escuchó por casualidad a una pareja de amigos de su padre hablando, ella llegó de clases a su casa tan silenciosamente que no se percataron de su presencia y pudo oírlos hablar todo sobre su vida; ese día lloró como nunca, lo hizo con remordimientos pensando en las veces que había despreciado y sido una mala hija con Harry.
Así la encontró él, desconsolada, apenas lo vio lo abrazó, pidiéndole perdón; preocupado la interrogó sobre lo que había pasado y a ella no le quedó más alternativa que confesarle que sabía toda la verdad. Cuando su padre se enteró de que lo supo por sus amigos, se enojó demasiado, fue una de las pocas veces en que lo había visto muy enojado, casi fuera de control.
Harry, siempre había mantenido oculta esa verdad, siempre la protegió, le había contado que su madre había muerto y que él era su verdadero padre, para ese entonces ella estaba un poco rebelde y luego de enterarse de la historia que encerraba su nacimiento, cambió su actitud beligerante y desde ese momento había vivido para obedecer a su padre y hacerlo feliz, sacó las mejores notas en su clase, dejó de exigirle bienes materiales y agradeció tenerlo en su vida, porque si no hubiese sido por él, quizás habría crecido en un orfanato, sin amor y sufriendo maltratos.
El amor de Harry por Jade igualaba e incluso superaba el amor de cualquier padre, no volvió a casarse, recordaba de sus años atrás cuando aún era pequeña, que en tres oportunidades había intentado rehacer su vida, pero las mujeres no congeniaron con ella.
Una de ellas fue Maritza, esta mujer era una hermosa rubia que aparentemente tenía un semblante dulce y la trataba bien, pero luego de unos días cuando Harry viajó fuera de la ciudad por motivos laborales, la puso a limpiar los pisos y a cocinar, subiéndola a una silla para que alcanzara a la cocina porque ella aún no tenía la edad ni el tamaño suficiente para hacerlo. Esos días sus pequeñas manos se agrietaron por el uso de productos químicos, al día siguiente su padre preocupado porque era la primera vez que la dejaba sola, adelantó su retorno y encontró a la pequeña tirada en el suelo mientras Maritza la insultaba.El enojo del hombre fue tal que sin contemplaciones y exhibiendo una actitud que nadie había visto, sacó a la mujer a la calle, tirándole las cosas y prohibiéndole que se volviera a acercar a su hija o a él, que si se atrevía la denunciaría por maltrato infantil.
Pasaron los años y Harry nunca más encontró otro amor, para él su hija era el único centro de su vida, ella se graduó de bachillerato y preocupada porque no quería que su padre siguiera trabajando y esforzándose en la industria de la construcción, comenzó a hacer cursos de computación, secretariado, perfeccionó su español y francés, haciendo cursos, comenzó a trabajar, primero como asistente administrativo en uno de los consorcios empresariales más grande de los Estados Unidos, había comenzado en telecomunicaciones, después la ascendieron a secretaria y la reubicaron en una empresa fabricante de dispositivos médicos y hacía casi un año la habían trasladado a una de domótica, donde comenzó en el departamento de fabricación de Hardware y Software, animada por el trabajo que desempeñaba comenzó a estudiar ingeniería de sistema, con miras a ascender dentro de la empresa porque el sueldo era muy bueno y le permitía cubrir los gastos universitarios.
Sin embargo, desde ese día había recibido una notificación de que había sido seleccionada entre todas las secretarias de la empresa, para que se presentara al día siguiente en el despacho de vicepresidencia para ocupar el cargo de secretaria privada del vicepresidente porque la mujer encargada, saldría a partir del viernes de permiso pre y post natal y durante esos días la entrenaría con el trabajo que llevaría a cabo en ese lugar.
No obstante, a Jade poco le importaba que tuviera que trabajar temprano, su prioridad era su padre y por eso se quedaría cuidándolo durante toda la noche, aún ante la protesta de él. Se quedó descansando en un pequeño sofá porque la habitación no tenía mucha comodidad para el acompañante, porque como necesitaba bajar los costos de las facturas médicas no podía exigir mejores condiciones y cada beneficio que recibiera ella representaba un costo que acrecentaba los gastos y se le hacía necesario ahorrar lo más posible para cubrir el monto de la operación.
Observó su reloj y ya eran casi las cinco de la mañana, no había podido pegar el ojo durante toda la noche, aparte de estar pendiente del estado de su padre, rogaba al cielo porque los costos de la operación no fueran tan elevados, temía no poder tener la capacidad económica para cubrir los gastos. Como sabía que no podría dormir, se levantó, tomó el estuche de aseo personal que siempre cargaba con ella y fue a asearse, incluso se animó a ducharse, colocándose la misma ropa que cargaba, esperaba poder tener tiempo para ir a su casa y cambiarse.
Después aseó también a su padre y lo alimentó, entre todo lo que hizo se llevó más de una hora. Cuando vio que estaba bien, besó su frente y salió de la habitación con premura, tenía que estar más tardar a las siete y media la mañana a su oficina para comenzar su entrenamiento, por lo cual apenas tenía tiempo para llegar hasta su casa, cambiarse y llegar a su trabajo.
Sin embargo, cuando iba a comenzar a bajar las escaleras el médico tratante de su padre, el Dr. Loveall, la detuvo —Señorita Gosling, preciso conversar con usted —aunque tenía el tiempo en contra no puso objeción, solo asintió de manera silenciosa, un susto se alojó en su pecho y provocó que los latidos de su corazón se aceleraran.
Entraron al consultorio, el médico la invitó a tomar asiento y se quedó observándola con una mirada de lástima, lo que hizo sentir a la chica incómoda.
—¿Cuántos años tiene señorita Gosling? — ante su interrogante la muchacha encogió sus hombros, su primera reacción, fue preguntarle que si eso era relevante para el historial médico de su padre, pero después de pensarlo durante unos segundos se mordió la lengua y optó por responderle.
—Voy a cumplir veintidós años en unos meses —el hombre movió negativamente la cabeza.
—Es usted muy joven, no tiene a alguien más que pueda hacerse cargo de todo esto, un familiar, su madre —interrogó el hombre.
—Solo somos mi padre y yo, pero no se preocupe, tengo la suficiente madurez para lidiar con la enfermedad de mi padre. Y ahora por favor, le agradecería que dijera lo que necesita conversar conmigo, porque debo ir a mi oficina a trabajar y lamento informarle que no tengo mucho tiempo disponible —pronunció con sequedad.
—Una manera muy particular de decirme que vaya al grano. Le voy a hablar claro su padre está en la lista de espera para el trasplante del riñón, pero conseguir un donante tarda entre cuatro y cinco años, eso representa que usted tendrá que gastar entre la diálisis y medicamentos por cada año de espera entre sesenta mil a 80 mil dólares al año. Hay posibilidades de ubicar el trasplante, pero eso tendría un costo entre treinta mil a cincuenta mil dólares, más la operación propiamente dicha y el tiempo de recuperación sería entre trescientos a trescientos cincuenta mil dólares— al escuchar esas cantidades de dinero, agradeció estar sentada, porque si no seguramente se hubiese desplomado por la impresión. Ella no tenía esa cantidad, si acaso tendría como alrededor de veinte mil dólares ahorrados y a lo sumo podría pedir un préstamo en la empresa, pero no creía que todo llegaría a cincuenta mil dólares.
—Yo no tengo ese dinero doctor, es mucho dinero, el seguro no podrá…—comenzó a decir y el médico la interrumpió.
—La póliza de seguro se ha agotado, además su plan no incluye enfermedades renales. Señorita, seré sincero aunque suene cruel, de acuerdo al estado de salud de su padre, no creo que aguante mucho tiempo si no se le realiza el trasplante y es lamentable que un hombre que aún no llega ni a los cincuenta años tenga un fatal desenlace.
Ante las palabras del médico, el rostro de la jovencita expresó un gesto de dolor y escasos segundos después sus mejillas fueron cruzadas por ese líquido transparente que brotaba de unos asombrados ojos verde jade, que miraban con desespero con un grito silencioso de auxilio.
"Cuando todo ha sido dicho o hecho, el dolor es el precio que pagamos por el amor." E. A. Bucchianeri.
Jade sentía que un nudo se había formado en su garganta y aunque intentó hablar, solo salió de su boca un gemido de dolor, el médico se quedó viéndola con curiosidad le parecía una chica muy hermosa, su rostro perfilado y unas pequeñas pecas en sus mejillas, daban la impresión de tener menos edad de la que le había dicho, aunque su piel no era muy blanca, con un hermoso cabello marrón que le llegaba casi a la cintura, el hombre no pudo evitar sentirse excitado ante ella, aunque también el instinto de protegerla se activó en él.—Puedo pagar todo el dinero que necesites para la operación de tu padre…—empezó a decir el médico tuteándola, hizo una pausa como sopesando las fuerzas de su palabra y continuó—…Pero a cambio tienes que hacerme compañía —expresó con malicia.La muchacha frunció el ceño confundida ante sus palabras, no entendía para donde quería que lo acompañara y porqué con solo eso le daría a cambio esa suma de dinero para cubrir los gastos médicos
El hombre escuchó a la mujer y sintió una intensa furia «¿Cómo se atrevía la estúpida esa entrar a su oficina sin anunciarse?», la rabia en su interior era comparable a un tormentoso mar, apretó las manos a un lado para evitar lanzar cualquier objeto que tuviera a su alcance y con los dientes apretados ordenó —¡Fuera!La joven se quedó sorprendida ante la actitud irracional del hombre, le parecía desproporcionar, pero no estaba en condiciones de analizar su comportamiento, todo lo contrario, con gusto lo justificaría si significaba salvar su empleo, con voz suplicante, a punto de llorar se dirigió a él —Discúlpeme señor, pero no voy a salir de aquí hasta que me escuche. No me despida por favor. Yo le avisé al jefe de Recursos Humanos que llegaría tarde, porque se me presentó un contratiem
Kerry movió negativamente la cabeza mientras pensaba que definitivamente la joven era una fresca —¡Qué descarada es esta mujer! —Exclamó en voz alta— ¡Y así dicen que es muy aplicada! Solo eso me faltaba que ella viniera a convertir mi oficina en su dormitorio, ¿Acaso nadie le ha enseñado que eso no debe hacerse? ¿Cómo puede ser tan torpe? Pero voy a darle una lección para que sepa que acá no se viene a dormir.Caminó hacia el área de la cocina, tomó un vaso, le agregó hielo y después lo llenó del dispensador de agua fría y se dirigió nuevamente al lugar donde estab
TRES DÍAS DESPUÉSJade salió de su oficina, pasó por su casa a recoger la ropa con la que iría al día siguiente al trabajo, utensilios de aseo personal y algunas cosas para su padre, se duchó, se preparó algo de comida y se fue al hospital, como lo había venido haciendo porque la condición de su padre, pese a que lo dieron de alta al día siguiente de que empezó a trabajar en vicepresidencia, se complicó nuevamente en la siguiente diálisis.Al llegar, le informaron el estado de salud de su padre y otra vez le señalaron que era necesario apresurar lo de la operación. Salió del consultorio preocupada, tenía que encontrar ese dinero, pero estaba demasiado reciente para hablar con su jefe y pedirle un préstamo, además que esa cantidad era demasiada y lo más probable es que se la negara. 
La chica se tomó de una mano con otra de manera nerviosa, mientras pensaba en una forma de salir de esa situación, pero no se le ocurría nada, al parecer su cerebro había quedado totalmente en blanco.—Entonces, ¿Vas a repetir lo que estabas diciendo en mi cara, eres demasiado cobarde para eso o te tragaste la lengua? —Interrogó con despotismo.—Yo… No me refería a usted… Estaba conversando de otra cosa…—Y antes de que siguiera justificándose habló Samantha.—Jefe ella no estaba hablando sobre usted, me estaba contando de una novela que estaba leyendo anoche y el protagonista, trataba muy mal a la gente de su entorno por experiencias traumáticas de su pasado —. Explicó la joven tratando de disimular su nerviosismo.El hombre entornó los ojos y frunció el
Al salir la joven, Pamela se le lanzó encima a besarlo y él le puso la mano en la boca apretándosela mientras le decía: —Vamos a dejar algo en claro mujer, a mí no me gusta ni que me besen, ni que me toquen mucho. Solo puedes tocar mi miembro e introducirlo en tu boca, mordisquearlo y atragantarte con el sí es tu deseo. Yo no hago el amor, yo cojo, follo, copulo, fornico, echo un polvo.» Si estás esperando sexo vainilla puedes regresarte por esa maldita puerta, esa mierda no me gusta así, me encanta follar duro, amarrar a la mujer y golpear su trasero hasta hacerla sangrar, me encanta dejarla indefensa y siempre meter mi polla desde atrás, no me gusta ver el rostro de la mujer a quien empotro y no me gustan los sentimentalismos ¿Lo aceptas de esa manera o lo dejas? Si no estás de acuerdo, como te dije allí está la puerta, si te quedas tienes que
Kerry terminó de disfrutar su encuentro con Pamela, salió de ella e hizo lo de siempre se quitó el preservativo y se vació en el trasero de la mujer. Pero de repente sintió náuseas y se apartó de ella, caminando al baño donde no pudo dejar de vomitar, expulsó todo lo que había comido, se sintió sorpresivamente débil y tuvo la impresión de que le bajó la presión. Una gran incomodidad recorrió su cuerpo.Al dejar de vomitar, se cepilló sus dientes y salió a su oficina donde lo estaba esperando Pamela y para su desgracia, la mujer no tuvo suficiente y por la pose que tenía encima de la mesa
Kerry colocó el vaso en el escritorio y salió corriendo hasta el baño, comenzó nuevamente con las arcadas, pero ya su estómago no tenía nada que expulsar. Se enjuagó la boca mientras en su interior se debatía entre el enojo y la incredulidad, estaba totalmente sorprendido de lo que acababa de hacer la “dulce y tierna Jade”, le había dado un vaso de agua salada y aún era tan cínica que se estaba burlando de él preguntando con aires de inocencia — ¿Qué ha pasado?La rabia hervía en su interior como un volcán a punto de erupción «¿Cómo se atrevió a hacerme esto?, algo me decía que no debía confiar en ella, pero bajé la guardia y allí estaban las consecuencias», se dijo. Pero el hombre pensaba que no iba a dejar las cosas así, cuando se sintió