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Capítulo tres

Canción: Loving You de SISTAR

A U T U M N

—¡¿Mi-mío?! Mis ojos estuvieron a punto de salirse de sus órbitas cuando formulé la pregunta, llena de nervios. «¿Qué diablos quiso decir con 'voy a ser tuyo'?»

Con nuestros cuerpos tan cerca el uno del otro, pude sentir la vibración cuando dejó escapar una risa profunda.

—Quise decir que voy a ser tu secreto. —Sonrió y esos ojos oscuros brillaron bajo el brillo de la farola. Lo miré con incredulidad. Era tan difícil de creer que fuera el mismo Tyler al que estuve maldiciendo en cada lección de matemáticas porque era tan inteligente que no podía superar su puntaje—. ¿Por qué? ¿Me deseas? —Se rio de sí mismo.

—¿Estás seguro de que eres Tyler Vincent y no su hermano gemelo o algo así ?—pregunté, todavía estupefacta. Quizás tenía un hermano gemelo. Eso siempre sucedía en libros y películas, ¿verdad? Quiero decir, ¡vamos! Tyler Vincent no podría ser tan guapo, ¿verdad? ¡Ese maldito nerd tan extraño no podría estar así de guapo!

Arregló mi cabello con una mano y sonrió.

—El único, querida. —Su sonrisa se convirtió en una mueca mientras observaba mi expresión sospechosa—. ¿Por qué? ¿No crees que me veo mejor sin lentes? —Me guiñó un ojo y acarició mi mejilla con su cálida mano. Su pulgar recorrió mis labios haciendo que mi respiración se atascara. Llevó su mano a mi cuello; aún manteniendo sus ojos fijos en los míos, y bajó hasta el borde de la camiseta sin mangas debajo de mi sudadera con capucha.

Cogí su mano antes de que descendiera más. Admito que me sorprendió verlo luciendo tan deseable y guapo, pero eso no significaba que pudiera manejarme como a un juguete y empezar a manosearme.

¡Soy Autumn Summers, soy la maldita abeja reina, por el amor de Odin! Es solo otro nerd en la escuela; ¡no puede jugar conmigo!

Dándole una mirada dura, mis ojos se encontraron con los suyos, y dije en un tono grotesco—: ¡No te atrevas! —Alejé su mano y me retiré. Para mi sorpresa, no me persiguió ni respondió, pero su risa diabólica resonó por el callejón siguiéndome como una sombra.

* * *

Tyler

La vi irse y no pude evitar carcajearme. Ella era la combinación perfecta de linda con atrevida; tuve que admitir que me gustó un poco.

Pasó casi un año sentada en el asiento detrás de mí en la clase de la Sra. F, pero fue la primera vez que hablamos. Para agregar más a la bandeja, fue la primera vez que la besé. Algo puramente accidental. No planeé besar a Autumn Summers, pero cuando ella me miró con esos grandes ojos oscuros que destellaron bajo la luz de la luna, como si de un cachorro se tratara, y mordió su rosado labio inferior, supe que era mi perdición.

En ese momento no había nada que quisiera más que besarla hasta perder el sentido, saborear esos rosados labios ​​de fresa.

Sorpresa, sorpresa.

No sabía a fresa. No sabía a saliva o a ese brillo de labios que usaban la mayoría de las chicas. Tenía los labios desnudos.

Llámame loco, pero sabía a brisa de verano. Cuando nuestros labios se encontraron, a pesar del frescor del aire, me sentí caliente. Y ni siquiera era verano aun. Estábamos en febrero, prácticamente en invierno.

Quizás era su nombre. Quizás besar a alguien llamado Apple le hacía saber a manzana. Fuera lo que fuera, lo iba a averiguar.

Caminé por el callejón al que ella se dirigió.

—¡Ty! —Escuché a mi amigo Lucas exclamar, me volví y lo encontré trotando hacia mí—. ¿Ya te vas? —Era divertido ver a la gente tratando de trotar mientras estaban tan drogados, sus piernas parecían tener voluntad propia y confundían la izquierda con la derecha.

—Sí, —Asentí—, tengo una chica esperándome. —Luke sonrió, probablemente se imaginó que iba a follar con alguien esa noche. Le dejé pensar eso y cuando gritó—: Buena suerte — Solté una carcajada y me alejé.

Eso era cierto. Había una chica esperándome en casa. Pero no era una novia o una compañera de sexo, era una mujer a la que respetaba y amaba: mi madre, Audrey. Todos los días trabajaba muy duro como mesera para ganarse la vida para los dos. El imbécil que supuestamente era mi padre, escapó cuando yo tenía diez años. Mamá nos ha sustentando desde entonces.

Cuando finalmente obtuve una beca en el Carlton Private High School, hicimos las maletas y nos mudamos a los EE. UU. Esa fue exactamente la razón por la que he estado jugando al niño bueno en la escuela. No podía permitirme perder la beca y necesitaba buenas notas para poder conseguir un trabajo decente y hacer que mi mamá dejara de trabajar. Necesitaba descansar después de trabajar tan duro toda su vida, y yo lograría que lo hiciera.

¿Por qué fumaba marihuana en un callejón oscuro por la noche? No fue porque fuera un drogadicto, sino porque era un calumniador de drogas, también conocido como traficante. Las opciones para conseguir dinero rápido eran prostituirme o vender drogas. Elegí este último.

Ahora Autumn Summers me descubrió. Pensé haber elegido el lugar perfecto donde nunca vendrían los niños de Carlton.

Sin embargo, ella caminó por el callejón como si fuera dueña del maldito lugar, lo que me sorprendió de nuevo. Estúpido yo, no la reconocí con su sudadera con capucha y pensé que tal vez podría hacer un trato. Un trato de transacción, por supuesto.

Ahora tenía que ocuparme de la situación. Era inteligente, la chica más inteligente que conocía, y probablemente se le ocurrieron una docena de razones por las que yo estaba allí.

Llegué a la carretera principal y dos chicas rieron cuando me vieron. Una idea apareció en mi cabeza. Quizás era inteligente, pero aún era una niña. Tal vez en lugar de pensar en por qué estaba allí, el beso la distrajo y se concentró en ello.

Sí. Probablemente estaba soñando con el beso en este momento. Tras meter ambas manos en los bolsillos de mi chaqueta, caminé a casa satisfecho.

* * *

Autumn

Mis manos buscaron mi teléfono para pausar la alarma que tenía en repetición. Juraría que lo puse en la cama junto a mi cuerpo, pero no pude encontrarlo. Gruñendo, me obligué a abrir los ojos para empezar a buscarlo. Después de pasar lo que me parecieron diez minutos, miré el reloj de la pared y me di cuenta de que apenas pasaron cinco minutos. Tumbada en el suelo, me fijé debajo de la cama donde finalmente encontré mi teléfono, parpadeando como si fuera una estrella.

Usé mi pierna para alcanzarlo ya que mi mano era demasiado corta.

—¡Logrado! —Sonreí felizmente cuando mis dedos pudieron coger el aparato. Tras sacarlo, detuve la alarma. Después de mi reciente intento y victoria, perdí el sueño, así que arrastré mis pies al baño.

No tardé una eternidad en prepararme. Estaba en medio de colocarme el rímel cuando mi estúpido hermano abrió la puerta del dormitorio.

—¡Buenos días, solecito! —gritó y casi me cegué al pincharme el globo ocular con rímel.

Me volví y le disparé dagas con los ojos.

—¿Podrías por favor no hacer eso todas las malditas mañanas?

En lugar de enojarse, Steven caminó hacia mi tocador y besó la parte superior de mi cabeza mientras una mano pellizcaba mi mejilla.

—¡Yo también te amo, hermanita! —Le puse los ojos en blanco, pero en el fondo estaba agradecida por su amor hacia mí. Él era el único que no solo sabía sobre la familia destrozada, sino que lo vivió todo conmigo.

—¿Por qué estás tan alegre esta mañana? —Volví a concentrarme en mis pestañas. Dejando el rímel, observé su reflejo en el espejo. Nuestras miradas se encontraron y me estremecí porque encontré una copia idéntica de mis ojos. Teníamos los orbes tan oscuros como papá. Recuerdo haber deseado tener ojos azules y elegantes como mamá, pero conociendo su comportamiento a puerta cerrada, preferí ya no tenerlos. No es que papá fuera mejor, pero al menos él no fue el primero en engañar.

—Nada nuevo. —Se encogió de hombros, claramente escondiendo algo.

Entrecerré mis ojos.

—Dilo, Steven. Sabes que lo descubriré tarde o temprano.

Las palabras se le escaparon de la boca en un grito—: ¡Conseguí un trabajo! —Me froté los oídos y él murmuró que lo lamentaba, aunque al verlo sonreír, noté que no se veía arrepentido en absoluto—. No es una película de pantalla grande, solo una serie de televisión, pero por primera vez obtuve el papel principal.

Olvidé el dolor en mi oído instantáneamente. Me puse de pie de un salto y abracé a mi hermano. Había asistido a numerosas audiciones con la esperanza de dejar de conseguir papeles secundarios y finalmente tener una gran oportunidad. Por fin lo consiguió y yo estaba muy feliz por él.

—¡Así se hace, Steve! —Me aparté y le di una palmada en el brazo en broma.

Aún sonriendo como un idiota, agregó—: ¡Por eso te voy a llevar a la escuela hoy!

Parpadeé una vez. Dos veces.

—¿Qué?

—¿Por qué? —Su sonrisa vaciló un poco—. ¿No te emociona?

Había pasado mucho tiempo desde que la pultima vez que me llevó a la escuela, probablemente fue cuando yo estuve en noveno grado y él en duodécimo. Después de eso, tomó clases de actuación y estuvo ocupado siguiendo su sueño. La gente piensa que al nacer como niño rico con una madre famosa, lo conseguiría fácil. Estaban equivocados.

Nada es fácil en la vida. Tienes que trabajar duro si quieres vivir tu sueño. Sin dolor no hay ganancia.

Mirando su rostro, no pude decir que no, así que cogí mi teléfono en el tocador y le envié un mensaje de texto a Jess para hacerle saber que no necesitaría que me llevaran a la escuela.

—¿Qué estás haciendo? —Steven miró hacia abajo y trató de ver.

Dándome la vuelta, sonreí.

—Estoy a bordo.

—Bien. —Él devolvió la sonrisa—. Porque será difícil cuando sea famoso y nuestro lugar esté inundado de paparazzis.

—Sí, sí, claro. ¡Apuntas muy alto! —Me reí y entorné los ojos. Si eso lo hacía feliz, ¿por qué no?

* * *

T Y L E R

Era jueves, lo que significaba otra clase de matemáticas en el segundo período. Llámame psíquico, pero pude sentir sus ojos haciendo un agujero en mi espalda. Después de lo que pasó, no me acerqué a ella y no nos vimos ni siquiera en la escuela. ¿Cómo podría? Ella era Abeja Reina y yo nadie.

Incluso en la cafetería los chicos populares siempre la rodeaban, mientras que yo permanecía solo en la esquina. Pero ahora estábamos en la misma habitación y ella estaba tan cerca de mí que podía oler su perfume: Lila.

Me preparé y la miré por encima del hombro, me sorprendí cuando mis ojos instantáneamente se encontraron con los de ella. Así que tenía razón, me estuvo observando todo ese tiempo. Me di la vuelta y me ajusté las gafas mientras la Sra. F me hacía una pregunta.

Obviamente, podría contestar sin usar tanto mi cerebro. Las matemáticas eran una materia fácil para mí porque amaba los números y la resolución de problemas.

Le robé otra mirada, esta vez ella estaba viendo por la ventana. Sus ojos se encontraban como idos en una indicación de que su mente estaba en otra parte. La Sra. F le hizo una pregunta, pero ella claramente no prestó atención ya que no reaccionó.

—¡Señorita Summers! ¡Quizás podría compartir lo que sueña despierta! —Su tono fue duro y fuerte, vi a Autumn negar levemente con la cabeza como si acabara de despertar de un sueño.

Parecía confundida, parpadeó varias veces.

—¿Cuál fue la pregunta de nuevo, mamá? —La Sra. F resopló, molesta, pero la repitió.

Un pensamiento cruzó por mi mente. Quizás todavía estaba pensando en el beso. Tal vez experimentó la electricidad que yo sentí cuando nuestros labios se encontraron. Una sonrisa se asomó por mis labios y traté de reprimirla.

Pasara lo que pasara, tenía cosas más importantes que hacer, así que eché esos pensamientos al fondo de mi mente.

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