Me odiaba eternamente, por causarle daño a las dos mujeres más importantes de mi vida aparte de mi madre. Ambas se encontraban en el anuncio oficial, donde se manifestó el matrimonio con Sirena siendo en una semana para que nos pudiera dar el préstamo necesario, no solo eso, sino que pidió el puesto de vicepresidente a cambio del embarazo de Samantha, odiándola con todo mi corazón. Ver la cara de tristeza de Samantha y de Marina mientras se daba la noticia, terminó de romper mi corazón desviando la mirada no logrando verlas con valentía, porque al final las había lastimado. Por eso mismo, le pedí a Marina que entrara a mi oficina donde quería pedirle disculpas, pero Sirena se entrometió antes de tiempo, donde la invitaba especialmente al matrimonio mostrándome sus niveles de maldad.— ¿A que entraste? creo que ya había quedado todo claro — Mencione mirándola fijamente —, Tu puesto queda en la otra oficina, no te puedes acostumbrar a entrar cuando desees — Afirme cruzando los brazos, m
Salí de la oficina echa chispas, no podía creer todo lo que había sucedido y peor que la víbora se haya atrevido a decirme que la acompañara en la boda, sentía un dolor de cabeza debido a la situación que cogí mi bolso y me fui sin ni siquiera despedirme de mi amiga. Iba bajando, cuando recibí una llamada de Martin diciéndome que había llegado, debía tranquilizarme porque no podía mostrarle mis verdaderos sentimientos; ya que no tenía la culpa de lo que estaba sucediendo. Baje, lo abrace y le di la mano mientras caminábamos en medio del frío hacia un parque cercano, donde íbamos a comer helado y me hablaría sobre sus proyectos a futuro porque quería progresar cada día más. — ¿Cómo te fue en el trabajo? — Pregunto, donde interiormente estaba que explotaba —, Me alegra haberte visto, siento que mis días son más tranquilos con tu presencia — Susurro ganándose una sonrisa, por ser tan bello conmigo. — Bien, mi jefe anunció su matrimonio y nos toca asistir — Dije intentando no sonar tosc
Me desperté con dolor de cabeza debido a las cuatro botellas que me había tomado, sentía que todo me daba vueltas y tenía ganas de vomitar, observé el reloj dándome cuenta que eran más de las dos de la tarde. Sonó el timbre, donde lo tocaban desesperados causando más estrés, decidí mirar por el huequito de la puerta para ver qué se trataba de Sirena, así que di media vuelta devolviéndome al sofá mientras terminaba de quemar el timbre porque no le abriría, no quería ver a la causante de mi desgracia y menos que me viera de esta forma, dándole gusto de verme destruido por eso mismo volví a cerrar los ojos, intentando quedarme dormido mientras sonaba el timbre. Funcionó, porque volví a despertarme cuando sentí el timbre sonar nuevamente maldiciendo su presencia, así que grite que ya iba a abrir cayendo en cuenta que era de noche; iba a maldecirla quedándome callado, abriendo los ojos cuando me di cuenta que no era Sirena esta vez si no Marina quien venía a verme, sintiéndome apenado por