En realidad, ella no era así.También era hija de la familia Méndez, solo que años atrás hubo un error y criaron a la hija equivocada, Daniela Méndez, mientras que ella, la verdadera heredera, creció en el campo. Cuando la familia Méndez finalmente la trajo de vuelta, la consideraron poco agraciada por la cicatriz en su cara y despreciaron sus modales sencillos, propios de alguien sin clases de etiqueta. Por eso, nunca la presentaron formalmente ni la reconocieron como parte de la familia.Vivía en el cuarto de servicio de la casa Méndez, soportando constantes desprecios y miradas de indiferencia. Su hermana Verónica, en particular, parecía disfrutar especialmente haciéndole la vida imposible.Justo cuando pensaba en regresar al campo, se concretó el compromiso matrimonial entre los Beltrán y los Méndez. La familia Méndez retuvo a su abuela para obligarla a tomar el lugar de Verónica, dejándola atrapada y completamente a merced de ellos.Julieta bajó la mirada, ocultando la intensa det
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