Semua Bab El Maestro Médico: Bab 11 - Bab 20

—Parece que Hugo tenía razón, ¡estás realmente enfermo! Sergio sonrió con falsedad.—¿Crees que por qué envié gente al hospital? ¡Estaba esperando que vinieras!—Luis estaba cobrando deudas en mi nombre. Al tocarlo, me has faltado al respeto. —Pensé en mandar gente por ti directamente, pero Luis dijo que tenías algo de habilidad. —Si te enfrentábamos directamente, podrías huir.—Pues Hugo me dio una idea: causar problemas en el hospital y darte un escarmiento, quizás así vendrías por tu cuenta. —¡Y efectivamente, con solo la primera vez, ya te presentaste! —Es inteligente, ¿no? Sergio se rio a carcajadas. Le encantaba esa sensación de tener todo bajo control.Liam asintió:—Sí, es bastante listo. Sin su ayuda, no habría podido encontrar este lugar.El rostro de Sergio se ensombreció.—¿Muchacho, tan arrogante? ¿Qué respaldo tienes para atreverte a hablarme así?—Pagar las deudas es lo correcto, ¿no?—Lo correcto es correcto, pero involucrar a inocentes merece una paliza. —En cu

Sosteniendo a Sergio por el cuello con una mano, Liam contestó el celular con la otra. Al otro lado de la línea estaba Manuel, quien había notado la demora de Liam en llegar al hospital. —¿Sr. Chávez? ¿Aún no ha llegado? Inés insiste en irse del hospital. ¿Le parece si mandó a recogerlo a mi casa? Liam respondió: —Disculpe, un asunto me retrasó. Envíe el auto a la Mansión Hernández por mí. Manuel, siendo un hombre astuto, reconoció de inmediato la dirección y preguntó con preocupación: —¿Sr. Chávez, acaso tiene algún problema? ¿Necesita que…? —No hace falta.Interrumpió Liam antes de colgar. Mientras tanto, Sergio, con el rostro enrojecido por la falta de aire, forcejeaba cada vez más débil. Todos los presentes observaban la escena con horror. Kris intentó levantarse para rescatar a su jefe, pero con tres costillas rotas, apenas podía moverse. —Estás loco… ¡Completamente loco! Murmuró entre dientes. Aunque ellos mismos no eran ajenos a la violencia, nadie se atrevería a as

Manuel lanzó una mirada de advertencia a Rosa y subió con Liam en el ascensor y presentó la situación.—Al principio, la depresión de Inés no parecía grave, pero con el tiempo empezó a aislarse, a tener cambios de humor extremos hasta que intentó quitarse la vida.—Los doctores dijeron que además de depresión, tiene trastorno bipolar.Liam asintió en silencio, absorbiendo la información.Al llegar a la habitación, la voz fría de Inés se filtró por la puerta: —Que entre solo el doctor, tú espera fuera.Manuel sonrió con resignación e hizo un gesto de respeto hacia Liam antes de retirarse.Al abrir la puerta, Liam vio a Inés sentada en el ventanal, de espaldas a él, su figura delgada apoyada contra la pared. Aunque era una joven de belleza notable, su rostro estaba pálido y demacrado, con una falta de vida que conmovía. Su mirada, fija en la ventana, estaba vacía y distante. La brisa movía suavemente sus cabellos, pero en ella no había rastro de la vitalidad propios de su juventu

Todos sabían que Inés sufría de insomnio severo, y que cuando lograba dormir, era un sueño ligero y fácil de interrumpir. ¿Pero ahora no despertaba ni al ser zarandeada? ¿Era posible? ¿Realmente le habían dado sedantes? José miró a Liam con arrogancia y desdén: —Quizás su intención era ayudarla, pero debo decirle que los sedantes son peligrosos. ¡Podría no despertar nunca! Al oír esto, Rosa estalló de furia y gritó a Liam: —¡Si le pasa algo a mi hija, no te perdonaré! Liam frunció el ceño: —No usé sedantes, solo fue acupuntura para inducir el sueño. Dormir bien aliviará su ansiedad. —¡Qué disparate! ¡Jamás he visto que la acupuntura sirva para dormir! ¿Acaso lo inventaste tú?Se burló José, y extendió la mano para quitar las agujas. El rostro de Liam se ensombreció: —Si fuera tú, no actuaría con ignorancia. Menos aún retiraría las agujas a la ligera. —Ella solo puede dormir gracias a la acupuntura, si las quita, se interrumpirá su descanso y los síntomas bipolares estallar

Rosa lo miró con desdén: —¡Qué te crees que eres! Es Inés quien te está dando esta oportunidad.—Para un don nadie como tú, agarrar una oportunidad así significa cambiar tu suerte por completo.Liam replicó con sarcasmo: —¿Así que debo agradecerte, supongo? Rosa se puso roja de ira, contuvo la respiración un momento para dominarse: —Si te actúas así, será por dinero, ¿no? Sacó de su bolso una tarjeta bancaria: —Aquí hay un millón, vuelve a tratar a Inés y la tarjeta es tuya. Creía haber descifrado a Liam.Con la cifra correcta, este muchacho, como todos los anteriores, se arrastraría como un sirviente obediente. Liam soltó una risa burlona: —¡Guarde ese dinero para el funeral de lujo de su hija! Al ver que Liam no cedía, Rosa hizo una seña a los guardias: —Agarren a este imprudente. Se abalanzaron sobre Liam con gesto feroz. Pero, apenas uno se le acercó, Liam le golpeó la cara con un puño certero. Acto seguido, agarró el brazo de otro y lo lanzó por encima del hombro est