Maximiliano movió los labios, a punto de decir algo.
Regina lo cortó en seco.
—¿Y por qué crees que me divorciaría por un tipo como tú? Eres un irresponsable, un egoísta hipócrita que nunca sabe lo que quiere.
Lo empujó con fuerza, con una mirada de asco.
—Me da tanto gusto haber terminado contigo. Y no, no pienso divorciarme de Gabriel. Él sí es un hombre responsable y de palabra.
La comparación con Maximiliano hacía que su opinión sobre Gabriel mejorara considerablemente. Cuando él creyó que estaba embarazada, a pesar de lo mucho que la detestaba, estuvo dispuesto a casarse con ella en el registro civil. Solo por eso, se sentía afortunada. Ahora estaba decidida a valorar esa suerte y a esforzarse para que su matrimonio funcionara.
Para cortar de raíz el acoso de Maximiliano, añadió una última cosa:
—No vuelvas a buscarme. Soy muy feliz ahora.
Tras decir eso, se dio la vuelta para entrar a la casa.
Pero él se burló a sus espaldas.
—Gabriel salió con Mónica. Si ella no lo hubiera botad