Sebastián parecía no estar del todo conforme con la propuesta de matrimonio.Inés lo notó en su mirada, y sin poder evitarlo, aquel pensamiento se coló en su mente. "Tal vez piensa que estoy forzando demasiado las cosas."Pero era comprensible. Pedirle a alguien como Sebastián que aceptara un matrimonio, aunque fuera simbólico, era pedir demasiado. Así que esta vez, su intento de usar ese “comodín” fracasó.—Señor, entiendo si no está dispuesto. Mi estatus realmente no está a su altura —intentó bromear Inés, quitándole peso a la situación.—No soy Emiliano. No creo en esas ridículas jerarquías sociales —la interrumpió Sebastián, con voz firme y clara—. Si te prometí que compensaría esa deuda, es porque reconozco tu valor y te respeto. Jamás pensaría que no estás a mi altura.Inés se quedó pasmada por un instante. Escuchar eso, y encima de boca del mismísimo Sebastián, la dejó completamente conmocionada. Nadie, en toda su vida, le había dicho algo así.Con el pecho apretado, preguntó co
Read more