Share

Capítulo 136

Penulis: Celia Soler
Gabriel se tensó ligeramente.

—¿No tienen otra cosa que hacer?

Sebastián soltó una bocanada de humo y sacudió la ceniza del cigarro con una sonrisa.

—Tengo curiosidad por conocer a esa tal Regina. ¿Qué tal si le dices que venga? Andrés y yo le damos su regalito de bodas.

Gabriel arrugó la frente, sin decir nada.

Andrés intervino de repente.

—Apenas te casaste, ¿no? ¿Y nos llamas para jugar cartas? ¿Se pelearon o qué?

Andrés era más observador que Sebastián. Gabriel no era muy fan de la vida nocturna; por lo general, solo salía a relajarse las dos noches que no tenía que ir a la clínica, y casi siempre aparecía pasadas las ocho o nueve.

Hoy, claramente, había salido más temprano y había sido él quien los había buscado, cuando normalmente eran ellos quienes lo invitaban. Andrés recordó la última vez que Gabriel los había llamado así; en cuanto Andrea apareció, él se fue casi de inmediato y de muy mal humor.

Gabriel, ya fastidiado, dijo:

—¡Ya cállense!

Con eso, todos entendieron la situa
Lanjutkan membaca buku ini secara gratis
Pindai kode untuk mengunduh Aplikasi
Bab Terkunci
Komen (1)
goodnovel comment avatar
Erika González Espinoza
Realmente sentirá algo por ella?, me gustaría saber el punto de vista de Gabriel
LIHAT SEMUA KOMENTAR

Bab terbaru

  • La Perdición del Cirujano   Capítulo 160

    Solo si lograba que Jimena se volviera una estrella, podría asegurar su propio futuro.—Qué pena haberle quitado tanto tiempo. Mire, para no irme con las manos vacías y de paso apoyarlo un poco, ¿qué le parece si le compro una bolsa?—Aunque compre una bolsa, no puedo prestarle el vestido. La boutique tiene reglas muy estrictas...—Entiendo, entiendo. Sé que no está en sus manos, no voy a insistir.Al ver su actitud comprensiva, el semblante del gerente se suavizó un poco.—¿Cuál le gusta? Le puedo hacer un descuento.—Este está bien.Constanza eligió uno al azar.El gerente le echó un vistazo: costaba solo cinco mil dólares. Hizo una mueca casi imperceptible, pero al final, la mujer no había conseguido el vestido y aun así estaba comprando algo. Sabía cómo moverse en estos círculos. Solo por ese gesto, el gerente decidió ser un poco más cortés.—Déjeme prepararle la cuenta.Constanza sacó su tarjeta y se la entregó. Mientras el gerente procesaba el pago, preguntó con disimulo:—Las do

  • La Perdición del Cirujano   Capítulo 159

    Constanza se quedó petrificada. ¿Regina se había casado? Tenía la misma edad que Jimena, ¿cómo era posible que se hubiera casado tan joven? A juzgar por el porte, la elegancia y la clase de la mujer que estaba sentada a su lado, no cabía duda de que se había casado con alguien de una muy buena familia.—Señora Solís, su nuera es preciosa, más guapa que muchas de las actrices de ahora. Se nota que tiene un gusto excelente, qué buen ojo para elegirla. ¡Seguro que los nietos van a salir igual de guapos!Al escuchar la palabra "nietos", a Silvia se le iluminó la cara. Miró a Regina con ternura y respondió con una sonrisa.—Mi hijo no me hace caso. Si lo hiciera, no se habría esperado hasta los veintiocho para casarse. A mi nuera la eligió él solito. Antes le presenté a varias muchachas, pero no quiso ni conocerlas. Pero en cuanto encontró a Regi, se la llevó directo al registro civil.—Se nota que su hijo la adora.El gerente hizo que trajeran los nuevos bolsos Birkin y las joyas más exclu

  • La Perdición del Cirujano   Capítulo 158

    Él le había prometido que le sería leal.El ánimo de Regina por fin mejoró. Volvió a guardar el vestido en su lugar y cerró el cajón.***Aprovechando que Gabriel estaba de viaje por trabajo, contrató a unos instaladores para que colocaran el lavavajillas, el horno y todo lo que le faltaba a la cocina; de una sola vez, compró todo lo necesario.En el balcón, instaló un tendedero, una mesita con sus sillas y solo faltaban algunas plantas para que quedara perfecto.Planeaba ir al mercado de flores y plantas para ver qué encontraba, pues los precios en las florerías cercanas eran algo elevados y de seguro allá conseguiría algo más barato.De pronto, sonó el timbre.Se quedó inmóvil un instante, sin entender quién podría buscarla. Se preguntó si sería el asistente de Gabriel.Fue a abrir, pero antes echó un vistazo por la mirilla digital y vio a la madre de él.Se apresuró a abrir la puerta.—Señora.Silvia le sonrió con calidez.—Regi, mi niña. Me dijo Gabriel que estabas solita en casa.

  • La Perdición del Cirujano   Capítulo 157

    Cuando Gabriel terminó de hacer la maleta, la cerró y la puso de pie. El silencio en la habitación le pareció excesivo y, creyendo que Regina se había dormido, se dio la vuelta para mirarla, pero se encontró con sus ojos abiertos.Estaba a punto de salir, pero se detuvo un instante. Soltó el asa de la maleta, se acercó a la cama y se sentó para darle un beso en la frente.—Vuelvo pronto.Justo cuando él iba a levantarse, Regina le rodeó el cuello con los brazos y lo atrajo hacia ella.—No quiero que te vayas.Gabriel observó la seducción en su mirada. Tragó saliva y se rio entre dientes, con un tono ronco y un poco juguetón.—¿Desde cuándo eres tan pegajosa?Regina sabía bien que no debía ser tan caprichosa. Era un viaje de trabajo, no iba a ver a Mónica.Pero Mónica estaba en Estados Unidos.¿De verdad no habían tenido ningún contacto en todos estos años? Si Mónica se enteraba de que Gabriel estaba allá, seguro que lo buscaría.Gabriel sabía que era su primer viaje desde que se habían

  • La Perdición del Cirujano   Capítulo 156

    —¿Ah, sí?Regina asintió con un leve murmullo y, sin dejar de mirar por la ventanilla, se sumió en el silencio.Gabriel la observó fijamente por un instante y no apartó la vista hasta que el semáforo cambió a verde.***Al llegar al edificio, estacionó el carro en uno de los cajones de abajo.Ella se quitó el cinturón de seguridad y bajó. Gabriel la imitó.—No hace falta que me acompañes, ve a trabajar.—Te acompaño.Ante su insistencia, ella cedió y asintió en silencio.Entró al edificio con Gabriel siguiéndola de cerca. Subieron juntos al elevador, sin decir una sola palabra.Cuando llegaron al departamento, Regina abrió y, en cuanto entró, él la siguió, cerrando la puerta tras de sí.Al escuchar el sonido de la puerta, se volteó, extrañada.—Gabriel, ¿no tenías que…?No alcanzó a terminar la frase. De pronto, una mano fuerte la sujetó por la cintura y la empujó con suavidad hacia un lado, hasta que su espalda tocó la pared.Ella alzó la vista, tensa, justo cuando los labios de él se

  • La Perdición del Cirujano   Capítulo 155

    Regina estaba de buen humor, así que comía con mucho apetito. Probó de todo y no dudó en servirle a Gabriel, incluso se tomó la molestia de cortarle el filete.Animado por ella, él también terminó comiendo bastante. Aunque habían pedido mucha comida, no desperdiciaron nada y se lo acabaron todo.Fue una comida muy agradable. Ella sintió que el gasto había valido la pena.Cuando el mesero se acercó para cobrar, ella ya tenía la tarjeta en la mano, lista para pagar, pero Gabriel se le adelantó y le entregó su tarjeta negra.Ella observó cómo el mesero se llevaba la tarjeta y, mordiéndose el labio, protestó en voz baja.—Habíamos quedado en que yo invitaba.Además, él ya le había dado una tarjeta de crédito, que era la que usaba para comprar los electrodomésticos y los muebles para la casa. Para los gastos del día a día usaba la suya, pero, aunque fueran esposos, a veces se sentía un poco cohibida.Después de todo, la casa donde vivía también era de él.Gabriel le restó importancia al asu

Bab Lainnya
Jelajahi dan baca novel bagus secara gratis
Akses gratis ke berbagai novel bagus di aplikasi GoodNovel. Unduh buku yang kamu suka dan baca di mana saja & kapan saja.
Baca buku gratis di Aplikasi
Pindai kode untuk membaca di Aplikasi
DMCA.com Protection Status