Me sacudí, sintiéndome aturdida pero no lo suficiente como para vomitar. De todos modos, no había mucho en mi estómago. “No vomitaré. Gracias Raisa. Me salvaste antes del desayuno. Probablemente no quieras una deuda vitalicia, ¿verdad?Su risa fue abrupta, haciéndome pensar que no esperaba mi humor
Read more