La cantidad de gente que pasaba por ahí era considerable, y probablemente por lo pálido que estaba Lautaro, comenzaron a lanzarse muchas miradas curiosas.Con voz baja, él murmuró cerca de su oído:—Llévame a la habitación.Valeria no se atrevió a perder el tiempo. Si el efecto de la droga se manifestaba en público… mañana estarían en la portada de todos los diarios, y con ello la familia Santacruz quedaría expuesta."¡Bianca, estúpida! ¿Cómo se atrevió a drogar a Lautaro?" pensó, apretando los dientes.Sin más opción, lo sostuvo con cuidado y lo ayudó a caminar hacia el cuarto que él le indicó. Una vez frente a la puerta, preguntó:—¿Y la tarjeta?—En el bolsillo… —murmuró él.—Ok…Valeria no dudó más. Metió la mano en el bolsillo del pantalón. Los bolsillos de traje masculino eran profundos, y entre sostenerlo y buscar la tarjeta, se le dificultaba.Sus dedos parecían adentrarse en un pozo sin fondo, y tuvo que guiarse solo por el tacto.—¡Ay! Busca bien… No es momento para andar man
—Valeria Santacruz.La voz de Lautaro sonó grave, con un tono que rozaba el hielo.—¿Sí? —respondió ella, casi por reflejo.Los dedos cálidos de Lautaro le sujetaron el mentón, y con una mirada aguda como la de un halcón, le preguntó:—Yo no revelé tu secreto, ¿y tú me traicionas a la primera oportunidad? ¿Qué te ofreció la familia Santacruz para venderme así?"No puedo ocultárselo más," pensó Valeria, tragando saliva. "Este hombre lo ve todo, aunque intente ocultarlo, igual lo descubriría。"Decidió que lo mejor era ser franca.Lautaro asintió, como si todo encajara, y soltó con sarcasmo:—¿Acaso soy tu propiedad privada? ¿Quién te dijo que, solo porque tú me lo propones, yo iba a aceptar?Valeria giró la cabeza con apuro y respondió sin pensar:—¿Y a Bianca no la aceptarías? Entonces, ¿a quién quieres? ¿A una como Julieta Montalvo, toda dulzura y lágrimas?"Bianca no es perfecta, lo admito. Tiene mal genio, y su carácter no es fácil," reflexionó Valeria. "Pero es hermosa. Mamá y papá
Bianca quedó completamente confundida. Instintivamente volteó a mirar a su hermana.—¿Qué significa eso? ¡Nunca me dijiste que tenía… inclinaciones!Valeria se quedó congelada. No sabía cómo responder. "Si no logro que esto funcione, lo de mamá va a ser un problema," pensó, apretando los labios.Tampoco se le había cruzado por la cabeza que Lautaro fuera a soltar así, sin más, que le gustaban los hombres.—¿Qué estás diciendo? ¿Desde cuándo te gustan los hombres?Lautaro se balanceó con las puntas de los pies, una sonrisa juguetona asomando en sus labios. Su nuez se movió al tragar, la línea de la mandíbula perfectamente marcada, afilada como una navaja. Sus ojos fríos y burlones la observaban con descaro.—¿Y tú cómo sabes lo que me gusta? ¿Acaso ya lo probaste?Valeria se sonrojó hasta las orejas. No es que lo hubiera “probado”, pero sí lo había visto."Aquel día… cuando me drogaron, él sí reaccionó. Si de verdad le gustaran los hombres, no habría reaccionado así.""Está mintiendo a
Pero no había forma: si no firmaba ese contrato, no podía irse."Aunque no los mire, puedo sentir las miradas punzantes de Julieta y Benjamín clavadas en mi espalda," pensó Valeria, resignada."Con todo este numerito que armó Lautaro, seguro todos creen que estoy de su lado. Si no, ¿por qué me pasó el contrato a mí y no lo revisó él mismo?"Dudó por un segundo, pero al final tomó el documento con determinación. Lo revisó con atención, y al terminar, se volvió hacia Lautaro.—Señor Herrera, ya lo leí. No hay observaciones.Lautaro hizo un gesto despreocupado con la mano.—Perfecto. Firma.En cuanto se firmó el contrato, Julieta no aguantó más y se levantó apresurada.—Ustedes sigan conversando, yo voy a tomar un poco de aire.Benjamín recibió los documentos y, casi por reflejo, miró a Valeria. Ella entendió lo que quería."De ninguna manera voy a hablar contigo delante de Bianca. Sería el chisme perfecto para ella."Valeria tomó la iniciativa:—Ve a ver cómo está. Quizás los nuevos no t
Lautaro alargó las palabras con tono burlón mientras observaba fijamente a Julieta.—¿Y bien? ¿Lo vas a pensar?Julieta apretó los labios, sumida en sus pensamientos."Si acepto, en Corporativo Sempra tendría más oportunidades de crecer. A estas alturas, Grupo Lidérez ya no es rival para Lautaro...""Aunque allí tengo el respaldo de Benjamín, las cosas serían más fáciles...""Pero Lautaro tiene ese magnetismo... Y se dice que su familia es poderosa, aunque nadie sabe exactamente de dónde viene...""Si llegara a fijarse en mí..."Discretamente giró la cabeza hacia Benjamín, buscando su opinión.—Ben... Benja, ¿crees que pueda ir un tiempo con el señor Herrera? Tal vez pueda aprender más cosas allá, y después regresar a ayudarte mejor...El rostro de Benjamín se endureció de inmediato.—¿De verdad vas a irte con Corporativo Sempra?Todos sabían que Lautaro lo había hecho a propósito. No era solo un ofrecimiento de trabajo, era un golpe directo a la cara de Benjamín."Lo común sería hacer
Bianca se quedó observando la escena como hipnotizada, y se volvió hacia Valeria con una expresión medio divertida, medio preocupada.—Hay que admitirlo, esa chica tiene lo suyo. Valeria, contra eso no hay mucho que hacer… A este paso, capaz te quitan el proyecto y ponen a otra. Los hombres no resisten un buen llanto, y justo tú, mira, ni siquiera sabes hacerlo bien.Valeria no tuvo cómo responderle. Tenía razón. ¿Quién iba a imaginar que Julieta sería capaz de bajarse así, llorando delante de Lautaro sin ningún pudor?Lloraba tan delicada, tan vulnerable, como un corderito empapado por la lluvia. Era difícil no sentir lástima.Y lo peor de todo era que Lautaro no estaba reaccionando. Mientras no la rechazara de inmediato, todo seguía siendo incierto.Valeria apretó los puños. Sus ojos, fríos y claros, se clavaron en él con intensidad."Si él cambia de parecer ahora, todo lo que hice hasta aquí no habrá servido de nada."Lautaro, con sus rasgos marcados y mirada penetrante, se frotó la