su segunda esposa

El POV de Christopher

Estoy pensando en mi abuelo, que siempre insiste en que me vuelva a casar. La tensión y el dolor de cabeza que había estado vacilando sobre mí durante años vino de repente, lanzando en la base de mi cerebro. 

Las palabras de mi abuela me sacudieron la cabeza. Mientras admiraba las magníficas calles, me fijé en el vidrio. Mark, mi amigo más cercano, entró. Tomó una copa y vino a dormir conmigo.

— Sabes, el viejo tiene razón. No se puede pagar por la m****a para siempre— Es mi amigo Mark. El hombre no tiene filtro, no que yo mismo tenga uno.

Mientras Mark y yo estábamos hablando, una idea inmediatamente surgió en mi mente. 

Sí, lo compré Puesto que puedes comprar pita, también puedo pagar por una vida tranquila. No hay nada que el dinero no pueda comprar.

— Mark, te veré cuando vuelva, te deseo buena suerte— 

— ¿A dónde vas?— 

— Comprar a una mujer— 

Los ojos de Mark se ampliaron de inmediato, pero no me importaba. Llamé a mi conductor. Un Rolls-Royce negro Phantom VII llegó a una parada delante de Grayston Group.

Miré hacia atrás una vez que el valet desbloqueó la puerta, soltó los dos botones de mi camisa sobre mi pecho y se inclinó contra el asiento de cuero.

Oficina de Asuntos Civiles »

Mi conductor me miró en el camino, con una expresión confusa. Él sabía no hacer preguntas, así que simplemente condujo.

Al llegar a la Oficina de Asuntos Civiles, examiné a todas las mujeres que me rodeaban. Algunos se casaron y otros se divorciaron. Puedes encontrar a una mujer perdida.

De repente, una mujer extraña se acercó a mí. Parecía tener entre 21 y 22 años. 

Él dijo que era extraño porque su comportamiento...

— Lo siento señor. ¿Eres residente de San Diego? ¿Acabo de divorciarme? ¿Te gustaría casarte conmigo?— 

— ¿De dónde viene esa m****a? ¡Deja ir a mi marido!— Era como si la esposa del hombre se había apresurado y casi la hubiera golpeado.

— ¡Oh! Perdón, pensé que estaba solo. Lo siento— 

Escuchando lo que dijo, ni siquiera tuve que pensar, debe haber estado tratando de obtener el estatus de residente de San Diego para encontrar a alguien para casarse aquí. Es muy interesante.

Tengo que decir que ella era realmente muy hermosa, incluso en los trajes más baratos, corny era difícil ocultar la belleza que casi brillaría. Creo que los hombres que ella preguntó incluso querían decir — sí— 

Incluso si es sólo una esposa para sacar a mi abuelo de mi espalda, ella necesita ser asombrosa, y esa chica se ajusta perfectamente a la factura.

Al acercarme a la niña, vi cómo se desmayó considerablemente, aparecieron perlas de sudor en su frente, y todo su cuerpo comenzó a temblar violentamente. Ella parecía pensar que yo estaba tratando de expulsarla.

Le agarré la mano cuando estaba listo para huir.

El POV de Camila

La Internet dice que la forma más rápida de conseguir un trabajo es casarse con un nativo de San Diego, lo que me convierte en un nativa casado en San Diego.

No tengo otra opción que tratar de encontrar a un hombre en la Oficina de Asuntos Civiles que esté dispuesto a casarme.

He estado mirando aquí todo el día y todo el mundo piensa que estoy loco.

Me di cuenta de que era casi imposible. ¿Quién se casaría con una mujer que acaban de conocer sin sospecha? Cuando me volví para irme, una mano cálida y reconfortante se cepilló contra la mía. Fue demasiado reconfortante por alguna razón, y sentí que podía confiar la mano. Cuando me volví, me presentaron la pregunta de un millón de dólares.

— Perdóname, soy local y soltera. ¿Estás dispuesto a casarte conmigo?— 

Fui sacado de mi angustia por una voz clara. Levanté la cabeza sorprendida por lo que vi, un tipo atrevido con características que podrían absorber una sola alma. Sus cejas estaban bien definidas, y tenía una cara chisillada. 

Su rostro parecía haber sido capturado en una mañana de domingo cuando Dios no tenía prisa para hacer nada. Él era sólo asombroso. Parecía una obra maestra impecable. Él parecía increíble en todo negro, y el diseño destacó su físico delgado pero musculoso. Tenía una conducta noble y digna. Sin embargo, se encuentra como distante e inaccesible. No me desperté hasta que el hombre volvió a hacer la misma pregunta.

— Lo siento mucho. ¿Qué es exactamente lo que has dicho?—

— Tienes prisa para casarte, ¿no es así? Estoy en el mismo barco, y creo que coincido con tu perfil—  preguntó.

— Por supuesto— apenas pensé. Parecía oír los gritos de las personas que me rodeaban.

— Entonces vamos a casarnos— respondió. Entramos en la Oficina de Asuntos Civiles y salimos con nuestro certificado de matrimonio después de una hora y media. 

Yo era la persona más feliz del planeta en ese momento. Por lo menos, ahora puedo conseguir un trabajo y obtener un poco de dinero para sostenerme. Me eché la mirada a las fotos de mi ahora esposo y yo sentados juntos. Él estaba sonriendo, y yo también. 

Supongo que él sentía lo mismo que yo cuando me casé. Descubrí el nombre de la Adonis que me casé mientras miraba nuestra fotografía de boda. Me burlé de la risa porque había aprendido el nombre de mi esposo de un certificado de matrimonio. Su nombre era Christopher Grayston.

¿Camila Mendoza? Él susurró mi nombre.  El bajo tono de su voz permitiéndole rodar sin esfuerzo de su lengua. 

Sí, estoy casado

— Voy a conseguir un anillo y dejar que todo el mundo sepa que estoy casado— Me sucedió que eso era lo que necesitaba. Entramos en una tienda de diamantes.

Miré la amplia gama de anillos y fue como si vi a mi trabajo saludándome. Pero entonces recordé que los anillos de diamantes deben ser muy caros...

— Lo siento, pero no tengo dinero suficiente para comprarle un anillo también. Pero usted elige primero, y yo lo compraré para usted cuando tenga dinero del trabajo—  El anillo de boda debería ser una pareja, pero no tengo suficiente dinero.

Christopher era demasiado alto, así que necesitaba arrastrar su hombro hasta mi nivel y murmurar en su oído.

— Mujer, escoge un anillo para ti y para mí. No tengo todo el día libre— 

Suena muy rico, un par de anillos de diamante debe ser de al menos 5 millones de dólares.

Pero como él dijo que quería comprarlo, no quería rechazar. Es sólo una decoración, solo devolverlo a él después de que el contrato se acabe.

Seguí adelante y escogí dos anillos.

El vendedor dijo con calma: “Eso sería 14 millones de dólares cada uno, señora”.

— ¿Qué, no, es demasiado, marido. Tenemos que cambiarlo— Era totalmente más allá de mi imaginación.

— No, mujer, es lo perfecto. Yo lo apreciaré—  Me abrazé y lo miré con diversión. 

Christopher compró los anillos. Él se divirtió por lo incómodo que se habían dirigido el marido y la esposa. 

Él sacó una tarjeta de su billetera y la entregó a mí. Le pidió que aceptara la tarjeta a pesar de mis protestas. 

Bueno, estoy casi seguro de que mi marido es un hombre rico. ¿Es una suerte o una desgracia que ni siquiera hayamos firmado un acuerdo prenupcial?

También tomó mi teléfono y puso su número en él, y me pidió que hiciera lo mismo. Luego nos separamos después de intercambiar anillos de boda.