Share

Capítulo 2

Author: Ivy
Cuando regresé a la villa de la manada, las luces de la sala estaban encendidas.

Ethan estaba sentado en el sofá aflojándose la corbata. Al verme entrar, se acercó.

—Ivy, ¿dónde estabas? Traté de usar el enlace mental, pero me bloqueaste.

Despedía un ligero olor a flores de luna, mezclado con el perfume barato y empalagoso de una Omega en celo.

Mi sensible olfato ardió. Instintivamente, di un paso atrás y contuve la respiración para evitar su abrazo.

—Fui a caminar al borde del bosque.

Ethan no notó nada extraño. Emocionado, sacó una tarjeta de acceso negra y dorada.

—Por cierto, la mansión por fin está terminada. ¿Vamos a quedarnos allá un par de noches este fin de semana? Te va a encantar.

¿Ir a dónde? ¿A ese pedazo de lodo donde él y Daisy se revolcaban?

Reprimí el impulso de transformarme y arrancarle la garganta.

—Estoy ocupada este fin de semana.

Ethan hizo una pausa y entonces notó la caja de regalo que llevaba en la mano.

Su disgusto se esfumó, reemplazado por una actitud radiante.

—¿Eso es para mí?

—Ajá.

Le entregué la caja.

Ethan la tomó y comenzó a abrirla.

—¿Qué es? ¿Mancuernillas de diente de lobo? ¿O un pisacorbatas de obsidiana? Es raro que mi Luna se ponga tan romántica.

—No la abras todavía.

Presioné su mano hacia abajo y la comisura de mis labios se curvó en una sonrisa carente de calidez.

—Ábrela en una semana.

—¿Por qué?

—Porque es un regalo importante. Necesitas elegir un buen día, idealmente una luna llena.

Era la “sorpresa” que le había preparado. Naturalmente, sería mucho más estimulante si la abría en el momento en que yo desapareciera.

Cegado por mi inusual sonrisa, Ethan sentía curiosidad, pero obedeció. Colocó la caja en el estante superior de la vitrina.

—Está bien, le haré caso a mi Luna. La abriré en una semana.

No se dio cuenta de que el anillo de platino con el diamante de sangre ya no estaba en mi dedo anular. Su mente había abandonado esta guarida hacía mucho tiempo.

***

La tarde siguiente.

Ethan me vendó los ojos misteriosamente y me llevó al auto.

—Para compensar que he estado tan ocupado con los asuntos de la manada últimamente, organicé algo especial esta noche.

Cuando el auto se detuvo, abrí los ojos.

Era el parque temático de fantasía más grande del territorio. No había turistas esa noche, solo deslumbrantes luces mágicas y una rueda de la fortuna girando lentamente.

—Renté todo el lugar. —Ethan tomó mi mano, mirándome con afecto—. Recuerdo que dijiste que querías subir a la rueda de la fortuna una vez sin que otros lobos nos molestaran.

Cerca de ahí, los guardias lobo nos miraban con envidia.

—El Alfa está dominado.

—¿Así se ve el amor de ricos? Qué tiernos.

Dejé que me sostuviera la mano, actuando como una marioneta a la que le han cortado los hilos.

Ethan estaba atento hasta el exceso. Me compró leche caliente de venado, se agachó para amarrarme las agujetas e incluso protegió mi cabeza en la montaña rusa, temiendo que el viento fuerte me despeinara.

Si no hubiera visto ese video, realmente habría creído que era el macho que más me amaba en este mundo.

—Ivy, voy a comprar helado. Siéntate aquí un momento.

Ethan me acomodó en una banca y se dirigió hacia un puesto cercano.

Observé cómo se alejaba. Estaba a punto de tomar mi celular cuando noté que Ethan había dejado el suyo en la banca. En ese momento, sonó.

Sin nombre de contacto. Solo el símbolo de una huella rosa.

No contesté. En cambio, actuando por impulso, agarré el celular, bajé el ritmo de mi respiración y lo aceché en silencio como una cazadora.

Ethan no había ido a comprar helado. Estaba de pie en las sombras detrás del puesto, sosteniendo un celular, hablando con alguien.

Su voz, usualmente imponente, ahora sonaba frívola y explícita.

—¿Qué pasa? Zorrita, ¿otra vez en celo?

Me detuve, escondiéndome detrás de una enorme estatua del lobo ancestral. Mis afiladas garras se clavaron en mis palmas.

No pude escuchar lo que decían del otro lado, pero Ethan rio entre dientes.

—¿Celosa? Esta noche es solo para pacificarla. Pórtate bien.

—Yo también quería ir al parque temático... Nunca me llevas... —La voz de Daisy salió por el altavoz, empalagosa y quejumbrosa. En la noche silenciosa, mi oído agudizado captó cada palabra.

—Ya, ya, te voy a llevar.

Ethan echó un vistazo a la rueda de la fortuna cercana y dijo con indiferencia:

—Como te gusta, compré el parque. Ahora es tu juguete. Puedes venir a jugar cuando quieras, aparearte donde quieras. Tú decides.

—¿En serio? ¡Ethan, eres el mejor! Quiero hacerlo en el carrusel...

—Zorrita. Espérate. La mandaré lejos en un rato y luego te voy a satisfacer esta noche.

Ethan colgó, reacomodó su expresión facial y se volvió para comprar el helado.

Me quedé parada en las sombras, a la distancia, observando a este Alfa hipócrita y repugnante, y sentí que mi corazón se convertía en piedra.
Patuloy na basahin ang aklat na ito nang libre
I-scan ang code upang i-download ang App

Pinakabagong kabanata

  • Libre de la marca del Alfa   Capítulo 16

    Tras tres meses de un auténtico calvario sin obtener resultados, Ethan se vino abajo. Se encerró en su guarida y se negó a ver a nadie o a ocuparse de los asuntos de la manada. Su única actividad diaria consistía en empinarse licor alucinógeno de alta concentración.El piso estaba sembrado de botellas. El aire apestaba a decadencia. Debido a la desaparición del Alfa y al escándalo, el prestigio de la familia de Ethan se fue a pique. Las manadas subordinadas comenzaron a rebelarse y separarse una tras otra.El pilar de la familia, el Gran Sabio, no pudo quedarse más tiempo de brazos cruzados.—¡Bang!La puerta principal se abrió de golpe.Apoyado en un cetro rematado con una calavera de lobo, el Gran Sabio entró con semblante severo, seguido por el Escuadrón de Élite de la familia. Al ver a su nieto viviendo en ese estupor etílico, convertido en una vergüenza para el linaje, se le erizó el pelaje de pura rabia.—¡Desgraciado! ¿Por una hembra vas a tirar a la basura mil años de gloria fa

  • Libre de la marca del Alfa   Capítulo 15

    Tras más de diez horas de un viaje agobiante, Ethan arribó a Puerto Mist, en la Zona Neutral, cubierto de polvo y abatimiento. Ignorando la necesidad imperiosa de descanso, se aferró a la fotografía y siguió las pistas hasta una posada junto al mar.“¡Es aquí! ¡Aquí fue donde apareció la señal mágica por última vez!”Ethan se detuvo frente a la puerta de madera azul, con el corazón de lobo golpeándole el pecho como martillo. Se alisó la ropa, tomó una bocanada de aire y alzó la mano para llamar.Toc, toc, toc. Nadie respondió.—¿Ivy? Soy yo, Ethan. Sé que estás ahí adentro. Abre la puerta, por favor. ¿Podemos hablar?Siguió un silencio.Entró en pánico. Ethan comenzó a golpear el panel de la puerta con desesperación.—¡Ivy! ¡Sal! Sé que me equivoqué. Puedes golpearme, insultarme, ¡pero por favor no te niegues a verme!El escándalo atrajo a la dueña de la posada. Una mujer oso, de figura robusta, se acercó y preguntó en una lengua común con mucho acento:—¿A quién busca?—¡A la loba que

  • Libre de la marca del Alfa   Capítulo 14

    Afuera del quirófano de la clínica, las runas mágicas perdieron su brillo.Sacaron a Daisy en una camilla, con la cara pálida como el papel; parecía que le hubieran succionado el alma de loba.La cirugía fue un “éxito”. El cachorro que no llegó a formarse, junto con el sonido de sus sueños rotos de convertirse en Luna, se había ido por el caño.Antes de que pudiera siquiera sollozar, dos guardias con caras de piedra la levantaron y la arrastraron hacia una camioneta blindada como si fuera un perro muerto.El vehículo salió a toda velocidad del bullicioso centro de la ciudad, conduciendo hasta los desolados páramos fronterizos a cien kilómetros de distancia.—Bájate.La puerta se abrió y los guardias la arrojaron fuera sin un poco de piedad.—¡Ah!Daisy aterrizó con fuerza en el agua lodosa. Su cuerpo, recién salido de la cirugía, sufría un dolor agonizante. Seguía sangrando, y sus habilidades de curación le fallaban.Ignorando su dignidad, se arrastró y agarró la pierna del pantalón de

  • Libre de la marca del Alfa   Capítulo 13

    Treinta minutos después, un auto todoterreno modificado de color rojo se detuvo frente a la entrada de la casa del Alfa.Daisy, enfundada en botas de cuero hechas a medida y esa provocativa túnica ritual de seda roja, entró pavoneándose como un pavo real orgulloso. Escaneó la guarida vacía con codicia y triunfo.Esa vieja bruja de Ivy por fin se había largado. Este territorio era suyo ahora.—Ethan...Al ver a Ethan sentado en el sofá de piel, Daisy cambió a su actitud seductora. Tal como hacía siempre, se lanzó hacia él con la intención de acomodarse en su regazo.—Ya llegué... ¿Me extrañaste?—¡Plaff! El sonido seco de una cachetada resonó por toda la espaciosa sala de estar.Daisy salió despedida por el aire. Golpeó el suelo con fuerza y la mitad de su cara se hinchó. Un hilo de sangre le escurrió por la comisura de la boca y sintió cómo se le aflojaban los colmillos.Sosteniéndose la mejilla, levantó la mirada hacia él, incrédula.—¿Me pegaste?Ethan se puso de pie, imponiéndose s

  • Libre de la marca del Alfa   Capítulo 12

    —No voy a firmar.Ethan empujó el grueso acuerdo de disolución del vínculo de pareja sobre la mesa. Sus ojos de lobo estaban rojos, brillando con una locura paranoica.—Mientras no firme, el vínculo no se puede romper. Jason, dile que sé que me equivoqué. Voy a cambiar. Echaré a esa loba, pasaré el resto de mi vida compensándola...Jason observó al poderoso Alfa desmoronarse frente a él. Un destello de lástima cruzó su mirada, pero fue reemplazado por un distanciamiento profesional.—Alfa Ethan, la señorita Aurora anticipó que usted reaccionaría de esta manera —Jason suspiró. No sacó un segundo acuerdo de su maletín. En su lugar, señaló el celular de Ethan—. Ella me pidió que le dijera que, si insiste en no dejarla ir, tal vez quiera revisar primero su correo electrónico privado encriptado. Es lo último que le dejó antes de partir.Ethan se quedó inmóvil.“¿Correo electrónico?”Con las manos temblorosas, sacó su celular y abrió la bandeja de entrada encriptada que no había usado en año

  • Libre de la marca del Alfa   Capítulo 11

    A la mañana siguiente, lidiando con una cruda espantosa por el alcohol y con la cara hecha un mapa por los golpes, Ethan estaba sentado en la sala de denuncias de la División de Cumplimiento de la Manada.—Quiero emitir una orden de búsqueda de nivel uno. Mi Luna desapareció.El Sabio a cargo del cumplimiento revisó la base de datos y arrugó la frente con escepticismo.—Según la información que nos diste, tu ex compañera dejó firmado un Acuerdo de Disolución del Vínculo de Pareja y dio de baja su marca de lobo por voluntad propia. Esto fue una salida premeditada y voluntaria de la manada. No está desaparecida. No podemos movilizar a la unidad de rastreo.—¡Está desaparecida! ¡Si no la encuentro, es que está desaparecida!Ethan golpeó la mesa con furia, rugiendo. Sus garras marcaron surcos profundos en la superficie de metal.—¡Tengo el dinero! ¡No estoy corto de efectivo! ¡Mientras me ayuden a iniciar una búsqueda por todo el territorio y me autoricen el acceso a la vigilancia, tengo r

Higit pang Kabanata
Galugarin at basahin ang magagandang nobela
Libreng basahin ang magagandang nobela sa GoodNovel app. I-download ang mga librong gusto mo at basahin kahit saan at anumang oras.
Libreng basahin ang mga aklat sa app
I-scan ang code para mabasa sa App
DMCA.com Protection Status