Share

No Era tu Socia, Era tu Dueña
No Era tu Socia, Era tu Dueña
Author: Luna Roja

Capítulo 1

Author: Luna Roja
—Jefa, ¿está segura? Si cancelamos todo, no habrá vuelta atrás.

Mi asistente dudó un momento antes de continuar.

—La contraparte es muy poderosa. Si no lo ayudamos, el licenciado Córdoba no solo tendrá que pagar una fortuna, sino que podría terminar en la cárcel. ¡Sería el fin de su carrera!

Mientras salía del edificio, mi vista se detuvo en el muro de honor. En la cima, la foto de Rodrigo mostraba una sonrisa radiante. Cinco años de relación y él siempre le había dado largas al tema del matrimonio.

—Estoy enfocado en mi carrera. En cuanto logre establecerme, te prometo que nos casamos.

Escuché esa misma promesa una y otra vez.

Y yo le creí, una y otra vez, sin condiciones. Le allané el camino, di todo de mí para que se convirtiera en socio de Ponce & Beltrán Abogados.

A cambio, solo recibí su traición, en mi cara.

—Si vuelves a defenderlo, tú también te largas.

Apenas colgué, alguien me tomó bruscamente del brazo y me hizo girar.

—¿Qué te pasa?

Rodrigo estaba agitado y enojado.

—Hay muchos invitados, ¿Cómo se te ocurre irte? Me vas a hacer quedar mal.

—¿Y qué esperabas? ¿Que me quedara a ver su declaración de amor?

Me solté de su agarre y lo miré con desprecio. Él puso las manos en la cintura, con el fastidio pintado en la cara.

—Por favor, si vas a hacer una escena de celos, al menos busca un mejor momento. Ella me ha ayudado muchísimo, ¿qué tiene de malo que subamos juntos al escenario?

—Si no fuera porque ella me apoyó con todo, ¡seguramente seguiría atascado como un simple pasante, igual que tú!

Qué irónico. Solo por proteger su ego, nunca le conté que yo era quien estaba detrás de todo. Le ordené a mi asistente que canalizara la ayuda a través de Tania.

Y ahora, todo el crédito era para ella, mientras que yo no era más que un fantasma en la historia.

—Si eso es lo que crees, entonces no hay nada más que decir.

Subí a mi carro y me alejé de ahí.

De vuelta en casa, recibí una llamada de Tania.

Cuando iba a colgar, escuché las risas de los colegas de Rodrigo al fondo.

—Si me preguntas a mí, ya deberías cortar a Ximena y quedarte con Tania. ¡Ella es mucho mejor partido que esa buena para nada que tienes por novia!

—¡Totalmente! Ximena no hace nada, es una floja. Quién sabe dónde se la pasa metida todo el día. Cuidado y un día no te aparezca con un hijo de quién sabe quién.

Escuché la risa de Rodrigo.

—Si no fuera porque es manejable y, bueno, porque a veces uno necesita compañía en la noche, ¡hace mucho que la habría botado!

No podía creer que hablara así de mí a mis espaldas.

Entonces, Tania me envió un mensaje.

“¿Ya ves? De nada te sirve andar pegada a él todo el día. Solo consigues que todos te detesten.”

“Si yo fuera tú, desaparecería.”

Sentí que me ardían los ojos. Sin dudarlo, la bloqueé.

En cuanto a Rodrigo, ya llegaría el momento de dejarlo.
Continue to read this book for free
Scan code to download App

Latest chapter

  • No Era tu Socia, Era tu Dueña   Capítulo 9

    Esa noche Eric bebió mucho y tenía la cara sonrojada. No hicimos nada más, solo me abrazó con fuerza contra la cama mientras susurraba algo.—Estoy tan feliz... Por fin estamos juntos.De pronto caí en la cuenta de que él y yo compartíamos un pasado que yo no recordaba. Un pasado que se encontraba en esos tres años de memoria que había perdido.No pude evitarlo, lo empujé un poco para preguntarle.—Dime, ¿de dónde nos conocemos?Eric se tensó. Se incorporó para mirarme.—¿Ya recordaste?—No. Necesito que me cuentes. Tal vez así pueda recordar.Las comisuras de sus labios cayeron con decepción. Se dejó caer a mi lado y, mientras me abrazaba, comenzó a contarme todo lo que yo había olvidado.Me contó que habíamos sido compañeros en la universidad, ocho años atrás. Como nuestros padres querían que fuéramos más independientes, terminamos compartiendo un departamento. Durante ese tiempo, aprendimos a cuidarnos el uno al otro, a cocinar y a limpiar la casa juntos.Poco a poco, él fue asumien

  • No Era tu Socia, Era tu Dueña   Capítulo 8

    Lloviznaba tras la ventana de la cafetería. Mientras discutía los detalles de un contrato con mi cliente, reconocí una silueta familiar.Rodrigo estaba aferrado al celular, discutiendo con ansiedad con la persona al otro lado de la línea.—Juez Lima, sobre mi caso...Su voz se cortó y palideció al instante.—Sí, entiendo que es la familia Vidal la que no lo permite... pero yo...Mi cliente siguió mi mirada y se rio.—¿Ese no es el licenciado Córdoba? Me contaron que últimamente no consigue ni un caso.—Ah, ¿sí?Bajé la vista y seguí revisando mis documentos.—Qué buena noticia.De pronto, mi cliente recordó la alianza matrimonial entre la familia Vidal y la mía, y sintió un escalofrío.Los negocios de los Vidal no tenían nada que ver con el mundo legal.Pero los de mi familia sí. Incluso sabía que yo había salido con Rodrigo, aunque desconocía por qué habíamos terminado. Hasta ese momento, él había asumido que mi matrimonio era solo un acuerdo de negocios.Ahora, todo parecía indicar q

  • No Era tu Socia, Era tu Dueña   Capítulo 7

    Eric no volvió a decir nada después de eso.Cambiamos de tema y empezamos a hablar de otras cosas.Me preguntó por qué me había gustado Rodrigo y por qué me había empeñado tanto en ayudarlo a ser socio en su despacho.Su pregunta me hizo dejar los cubiertos sobre el plato y ponerme a recordar el pasado.—Fue amor a primera vista. Fui yo la que se enamoró primero.No pude evitar sonreír al recordarlo.—Cuando lo conocí, acababa de entrar como pasante al despacho. Se mataba trabajando hasta la madrugada todos los días. Me partía el corazón verlo así, así que conseguí un trabajo de asistente legal en el mismo lugar, solo para poder estar cerca y cuidarlo.Eric se sirvió un poco más de comida. Seguí hablando.—Una vez se desató un aguacero y se enfermó, tenía fiebre y se puso mal. Fui a su departamento a cuidarlo y me encontré con un pastelito echado a perder sobre la mesa. Resulta que se había acordado de que era mi cumpleaños y se gastó lo último que le quedaba de dinero para comprármelo

  • No Era tu Socia, Era tu Dueña   Capítulo 6

    Me preocupaba que su comportamiento afectara la imagen de la empresa, así que bajé deprisa.Rodrigo discutía acaloradamente con el guardia de la entrada, con la cara enrojecida y sin aliento. Sus ojos se iluminaron en cuanto me vio.—¡Ximena! ¡Déjame pasar! ¡Ya les dije que conozco a alguien que trabaja aquí!El guardia me miró, incómodo. Le hice un gesto con la mano para que dejara pasar a Rodrigo. Prefería aclarar las cosas de una vez, en lugar de que siguiera viniendo a molestarme.Él carraspeó, se acercó a mí con pasos rápidos y observó el lugar.—¿Así que trabajas aquí?Me reí suavemente.—Sí, el edificio es mío.Luego empezó a hacerme una serie de preguntas. No tenía paciencia para su plática, así que lo interrumpí sin rodeos.—¿Qué es lo que quieres?Rodrigo me clavó la mirada.—¿En serio te comprometiste?Levanté la mano para mostrarle el anillo de compromiso de diamantes.—No creíste en la foto, ¿pero qué me dices de esto?Me tomó la mano bruscamente, intentando quitarme el an

  • No Era tu Socia, Era tu Dueña   Capítulo 5

    —¿Así que tú eras la inversionista?A Rodrigo se le aflojó la mano de golpe y el celular se le resbaló, cayendo al suelo.—¿Entonces todas mis conexiones y mis recursos los conseguí gracias a ti? ¡No puede ser! Si tú te la pasas archivando papeles, ¡no sabes nada de esto!Dicho esto, se abalanzó sobre mí para quitarme el celular. Dejé que lo tomara para que lo revisara. El registro de llamadas de mi celular era idéntico al que él tenía.—¡Esto es un truco!Observé cómo le daba vueltas a mi celular sin parar, marcando una y otra vez el número que mi asistente le había dado.Finalmente, pareció asimilar que yo era quien lo había estado apoyando en secreto todo este tiempo. Toda su arrogancia se desvaneció en un segundo. Se quedó parado frente a mí, cabizbajo.Antes de que pudiera encontrar las palabras, yo ya estaba juntando mis cosas.—Para que quede claro: lo nuestro se acabó.—¡No!Rodrigo me sujetó la mano con fuerza.—¡No voy a dejarte! ¡No me importa si eres la inversionista o no,

  • No Era tu Socia, Era tu Dueña   Capítulo 4

    A la mañana siguiente, fui al despacho para recoger mis cosas y, de paso, presentar mi renuncia.Cuando dejaba mi carta de renuncia sobre el escritorio de uno de los socios, me encontré con Rodrigo. Me la arrebató de las manos.—Primero te vas de la casa y ahora esto. Ximena, ¿cuándo vas a parar con tu drama?Dicho esto, la hizo pedazos frente a mí.—Ven a ayudarme a organizar los expedientes.Lo ignoré, saqué otra copia de mi bolso y la puse de nuevo sobre el escritorio. En ese momento, Tania entró corriendo, desesperada.—¡Tenemos un problema serio! ¡Se filtró la información del cliente de tu caso! ¡Ahora todo el mundo sabe que el cliente está en algo ilegal y que tú lo ayudaste con una demanda falsa! ¿Qué vamos a hacer?Rodrigo se quedó paralizado. Luego, se abalanzó sobre mí, me sujetó con fuerza de la muñeca y me gritó.—¡Así que por eso querías renunciar! ¡Fuiste tú la que filtró la información! ¿Tienes idea de lo importante que es este cliente para mí?Ah, con que era un caso to

More Chapters
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status