Share

Capítulo 2

Author: Crystal K
La puerta de la oficina se abrió otra vez. Era Damon.

Su presencia de Alfa inundó la habitación, densa de furia y una posesividad sofocante. La tensión aumentó.

—¿Qué le hiciste a Lydia?

Su voz era grave y amenazante.

No levanté la mirada. Seguí trabajando en los expedientes sobre mi escritorio.

—Mi deber.

—¿Tu deber?

Damon avanzó hasta mi escritorio y plantó las manos sobre él.

—¿Tu deber es abusar de tu rango de Beta con una Omega sumisa?

Levanté la mirada hacia él. La cara que alguna vez amé ahora parecía la de un desconocido.

—Intentó entrar a la sala de guerra. No tiene autorización.

—¿Y eso qué?

Sus ojos brillaron con impaciencia.

—Solo quería ayudar.

—¿Ayudar?

Me puse de pie, enfrentando su mirada.

—Una Omega no puede acceder a los secretos más importantes de la manada. ¿Ya perdiste la cabeza, Damon?

Su expresión se volvió amenazante. Mi voz se mantuvo firme.

—¿Cómo te atreves a hablarme así?

—Digo las cosas como son.

—Como Beta principal, mi deber es proteger los secretos de la manada de los extraños.

—¿Extraños?

Damon suspiró con desprecio.

—Es dócil y sensata… solo una Omega frágil. ¿O te da miedo lo que pueda hacer?

Dócil. Sensata. Frágil. Cada palabra era una puñalada.

Eso era lo que él adoraba. Pero, extrañamente, después de todas sus traiciones, ya no sentía el dolor de nuestro vínculo.

—Una Omega no tiene autorización para acceder a secretos de alto nivel.

Me obligué a mantener la calma.

—Es la ley de la manada.

—¿La ley?

Su voz se elevó.

—Por los dioses, ¿cuándo te volviste tan estricta? ¿Tan obsesionada con las reglas?

Lo miré como si fuera alguien a quien nunca hubiera conocido.

—Siempre he sido así. Solo que antes no te importaba.

—¡Nunca me habías hablado así!

Rugió.

—¡Antes sí sabías obedecer!

—Yo creía que era tu compañera.

Mi voz fue apenas un susurro, pero cargaba con el peso de una montaña.

—Ahora veo que solo era tu arma.

Damon se quedó paralizado. No esperaba que dijera eso.

—Elysia…

—En ese caso, cumpliré mis deberes como subordinada.

Volví a sentarme y tomé un expediente.

—¿Necesitas algo más, Alfa?

Se me quedó viendo, con una tormenta de emociones en la mirada que no pude descifrar. Y entonces, le asestó el golpe final y mortal a mi corazón.

—A partir de hoy, Lydia compartirá algunas de tus responsabilidades de comando táctico.

Mi pluma se detuvo sobre el papel.

—¿Qué?

—Ya me escuchaste.

Tomó el sello de obsidiana con cabeza de lobo de mi escritorio. El símbolo de mi posición como Beta principal.

—Lydia demostrará que la gentileza es más valiosa que la fuerza.

Lo vi guardarse mi sello en el bolsillo.

Seis años. Había luchado por esta manada durante seis años. Luchado por él durante seis años.

—Estás loco.

Susurré.

—¿Vas a poner a una Omega a cargo de la estrategia de la manada?

—Entonces enséñale.

Dijo, mirándome con superioridad.

—¿O ya ni para eso te alcanza la paciencia?

Me levanté lentamente, mirando fijamente al tipo por el que una vez estuve dispuesta a morir.

—Entiendo.

—Bien. Sabía que entrarías en razón…

—Entiendo. No quieres una compañera. Quieres una perra faldera.

Lo interrumpí.

—¡Una mascota que mueva la cola, te adore y que nunca, jamás, te cuestione nada!

La cara de Damon se contrajo de furia. Se abalanzó sobre mí y me acorraló contra la pared.

—¿Cómo te atreves a desafiarme? ¡Soy el Alfa de esta manada!

Su lobo rugió, desatando su dominancia de Alfa sobre mí. Apenas podía respirar.

No me soltó hasta que recibió una llamada urgente en su mente.

—¡Si no estás de acuerdo con esto, entonces puedes renunciar a tu puesto de Beta principal!

La puerta se cerró de un portazo a sus espaldas. Escuché sus pasos alejarse hasta desaparecer, y mi corazón no solo dolió. Se hizo pedazos.

Me mantuve erguida y le envié un mensaje directo a la mente de Damon.

—Te doy un día para que te retractes.

Mi voz resonó a través de nuestro enlace mental, nítida y contundente.

—Si no, le pediré al consejo de sabios que cuestione tu capacidad como Alfa.
Continue to read this book for free
Scan code to download App

Latest chapter

  • No Seré Una De Tus Treinta Lunas   Capítulo 10

    ELYSIAUn mes después, un video se difundió por todo el mundo de los hombres lobo.“El Alfa de la manada Blackmoon, Damon Blackmoon, fue encontrado anoche inconsciente por la borrachera en la nieve, murmurando para sí: Perdí a Elysia para siempre.”Apagué las noticias y abracé a mi bebé con más fuerza.Mi hijo.El hijo de Adrian.Un Alfa de sangre pura, tan poderoso que cada lobo de la manada podía sentir su presencia.—Será el Alfa más fuerte de todos.Adrian susurró, besándome la frente.—Igual de fuerte que su mamá.—Toc, toc, toc.Unos golpes en la puerta interrumpieron nuestro momento de paz.—Luna, tiene una visita.La voz de la sirvienta sonaba nerviosa.La puerta se abrió y Lydia entró muy gustosa.Tenía un embarazo tan avanzado como el mío, vestida con un atuendo tan ostentoso que resultaba ridículo para una visita casual, y traía un certificado como si fuera un trofeo.—Felicidades.Dijo con una voz empalagosamente dulce.—Por fin eres mamá.Le miré el vientre. Ocho meses.—¿

  • No Seré Una De Tus Treinta Lunas   Capítulo 9

    ELYSIATres meses después. Mi vientre era una esfera pesada. Faltaba un mes para que naciera nuestro cachorro.Adrian se desvivía por mí, incluso me tomaba del brazo para caminar.—Te llegó un mensaje de tu amiga —dijo, mientras me entregaba un cristal de comunicación.Era Maya, mi amiga de la manada Blackmoon.—Tienes que ver esto —su voz vibraba de emoción por el chisme—. Es sobre tu ex.Una imagen apareció en el cristal. Era el gran salón de la manada Blackmoon.Damon estaba sentado en la cabecera de la mesa, rodeado de algunos de sus hombres, con botellas vacías por todos lados.—¡Al fin libres! —brindó uno de ellos—. ¡Nadie que nos diga cuándo tener juntas o cuándo entrenar!—¡Sí! —coincidió otro—. Elysia era una maldita controladora. Siempre encima de nosotros con las patrullas, los horarios de entrenamiento... hasta con quién nos acostábamos.—Así son las lobas —arrastró las palabras un tercero—. Siempre creen que tienen la razón en todo.La imagen de Damon levantó su copa.—¡Po

  • No Seré Una De Tus Treinta Lunas   Capítulo 8

    ELYSIATodos en la sala de subastas se giraron para mirar a Lydia. Al ver que era el centro de atención, se envalentonó.—¡Es su culpa! —chilló, señalándome con un dedo tembloroso—. ¡Por ella perdimos la cantera! ¡Le filtró nuestra oferta a los Silverclaw a propósito!Un murmullo de asombro recorrió la sala. Perder el territorio de la Piedra Lunar era un golpe devastador para cualquier manada.—¡Ya cállate, Lydia!La expresión de Damon se volvió seria mientras intentaba silenciarla.—¿Y por qué? —le gritó—. ¡Tiene que ser responsable de lo que hizo! Durante las negociaciones, reveló nuestra estrategia a propósito para que la Manada Silverclaw tuviera la ventaja.—¡Que te calles! —rugió Damon.Pero Lydia ya no podía parar. Su voz se volvió más aguda y frenética.—¡Lo hiciste por venganza! ¡Porque él me prefirió a mí! ¡Por eso te aseguraste de que la Manada Blackmoon sufriera! ¿Y ahora que encontraste un nuevo Alfa crees que te puedes ir como si nada? ¡Ni lo sueñes! Les costaste demasiad

  • No Seré Una De Tus Treinta Lunas   Capítulo 7

    ELYSIALa cara de Damon era la de alguien a quien le acababa de caer un rayo.—No… —tartamudeó—. Ustedes dos… ¿desde cuándo?—Hace cuatro meses —le contesté con calma—. Después de que volví a mi manada.La sangre abandonó su cara, dejándola de un blanco fantasmal. Sus ojos ardían, llenos de una furia salvaje, acorralada.—Tú… ¿cómo pudiste…?Enarqué una ceja.—¿Cómo pude qué? ¿Encontrar otro compañero tan rápido? ¿O superarte tan rápido?—¡Seis años! —rugió—. ¡Teníamos seis años juntos y lo tiraste todo a la basura por él!—Seis años —lo corregí— construidos sobre una mentira. Un engaño mágico desde el primer día.Los murmullos se extendieron por la sala de subastas. Las otras manadas nos habían oído.—¿Un hechizo?—¿Un Alfa le lanzó un hechizo a su propia Beta principal?—Por los dioses, seis años de mentiras…Damon escuchó el murmullo y su expresión se volvió seria todavía más.—¡No puedes decir esas cosas aquí!Mi voz se elevó.—¿Por qué no? ¿Te da miedo que la gente vea quién eres

  • No Seré Una De Tus Treinta Lunas   Capítulo 6

    ELYSIACuatro meses después. Acaricié con ternura mi vientre abultado, sintiendo la poderosa vida que crecía en mi interior.La vida dentro de mí era de un Alfa puro. Podía sentir su poder vibrando en mi sangre.—La hierba de esencia lunar está en la subasta de hoy —me susurró Adrian al oído—. Es muy buena para el desarrollo del alma de un cachorro.—¿En serio? —pregunté, y se me iluminaron los ojos—. Entonces tenemos que conseguirla.La hierba era rara; se decía que solo crecía en lo profundo de las montañas durante la luna llena y era conocida por fortalecer el alma de los cachorros Alfa. Subastas de Cristal se encontraba en una zona neutral, un lugar donde las manadas comerciaban con bienes exóticos.Cuando llegamos, la subasta ya había comenzado. Asentí y entré sola a la sala de subastas.—Tengo que ir por algo urgente —dijo Adrian, arrugando la frente al ver una llamada entrante—. Entra. Ya vuelvo.La hierba de esencia lunar era el último lote, así que esperé con paciencia. En ese

  • No Seré Una De Tus Treinta Lunas   Capítulo 5

    DAMONDespués de que publiqué el anuncio cancelando la ceremonia, Lydia se arrojó a mis brazos.—Te voy a demostrar que soy mucho mejor Luna para ti de lo que ella jamás fue —susurró en mi oído.La aparté y caminé hacia mi escritorio. Todavía tenía una lista de otras diez candidatas por revisar, pero la idea me desanimaba.Las lobas seleccionadas me mandaban mensajes todos los días, pero nunca respondía.Algunas noches, después de un día brutal de asuntos de la manada, llamaba a Lydia a casa.No sabía por qué, pero refugiarme en su cuerpo era lo único que todavía me hacía sentir como un Alfa.Sus suaves gemidos me ayudaban a olvidar los problemas del día. Pero el placer solo duraba hasta el amanecer.Porque después de varios meses sin Elysia, la manada empezaba a desmoronarse.Mi segundo al mando, el Beta Marcus, entró en mi oficina con una actitud sombría.—Hay problemas en la frontera otra vez.—¿Qué pasa?—La manada Silverclaw acaba de romper nuestro acuerdo comercial. Dicen que nue

More Chapters
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status