Tous les chapitres de : Chapitre 1 - Chapitre 8

Despacho de cirugía.El dolor agudo en el brazo trajo de vuelta mis pensamientos.La enfermera daba la última vuelta de la venda y me decía en voz baja que no mojara la herida en los próximos días.Sebastián, sentado en una silla junto al escritorio, se burló:—Es solo un rasguño, ¿por qué ahora te comportas como si fueras delicada?No respondí. Los demás médicos en la sala se miraron entre sí, con expresiones complejas. Todos habían presenciado la revuelta en el hospital.El agresor era un matón que había salido de la cárcel dos años atrás. Grande y fornido, con la cara marcada. El cuchillo que me rajó el brazo medía treinta centímetros; la herida estaba abierta y tuvieron que ponerme más de veinte puntos.Y el objetivo original del matón había sido el corazón de Sebastián.Mi silencio enfureció a Sebastián; sus ojos se volvieron fríos y su bonita cara se cubrió de hielo.—Valeria, no te pases. Te dije que, por salvarme, podrías pedir cualquier cosa. ¿Y así me pagas? ¿Con esa cara?

Sí, estoy embarazada.Esa vez, cuando Sebastián y Camila tuvieron una pelea y él se emborrachó, me confundió con Camila y tuvimos una noche de locura.No pasó mucho tiempo y me enteré de que estaba embarazada.Sebastián lo sabía también.En mi vida pasada, me casé con él por gratitud, pero dejé que Camila se suicidara.Desde entonces, él me alimentaba constantemente, aunque yo no quería comer, él me obligaba a hacerlo.Una y otra vez, hasta que mi vientre empezó a crecer.Cuando iba a dar a luz, él no me llevó al hospital.Fue solo cuando el bebé se quedó atascado que me di cuenta de la gravedad de la situación.Todavía recuerdo el dolor del parto, un dolor tan intenso que me temblaban las manos y los pies. Mi corazón gritaba de dolor, mis ojos eran como sangre, y aunque usé toda mi fuerza, no pude parir.Al final, morí desangrada. Cuando morí, la sangre comenzó a salir de mi cuerpo, empapando todo el suelo, y el bebé quedó atrapado allí, muriendo asfixiado.Cuando volví a casa despué

Antes de que Sebastián pudiera reaccionar, un policía que esperaba al costado se acercó levantando su celular para mostrarle un video.En la pantalla, mi vestido blanco estaba completamente teñido de rojo, yacía inconsciente sobre una camilla, desangrándome tanto que incluso la camilla había quedado empapada en sangre.En el instante en que Sebastián reconoció la imagen, sus pupilas se contrajeron bruscamente. Y las siguientes palabras del oficial lo clavaron en el lugar como un clavo ardiente:—Señor Sebastián, nuestra investigación indica que la autora intelectual del ataque a su prometida es nada menos que la señorita Camila, la mujer que está a su lado.***—¿Q-qué? ¡Eso es imposible! —Sebastián estaba completamente aturdido, el rostro hermoso y elegante deformado por el shock y el pánico—. Valeria me ama... ella me ama demasiado, quiere casarse conmigo... ¿cómo podría perder al bebé? Esto no... esto no es verdad... esto es mentira...El director del hospital hizo un gesto a las en

El juicio terminó.La reputación de Camila quedó completamente arruinada.Fue condenada a cinco años de prisión por múltiples cargos.Otras personas involucradas en este caso y en otros casos relacionados también fueron sentenciadas.Sebastián no cometió ningún delito, pero perdió su trabajo por completo.Se convirtió en el hombre más odiado en internet.Me convertí en la “esposa original” más compadecida, y todos están de mi lado.Desde que Camila fue condenada, Sebastián se convirtió en una especie de adhesivo que no podía despegar de mí, por más que intentara.Los padres de Sebastián estaban tan decepcionados que cortaron toda relación con él.Él no dejó de enviarme mensajes pidiendo perdón desde números nuevos, aunque yo lo bloqueaba una y otra vez sin éxito.Hasta el día antes de que me fuera al extranjero, el comprador de mi departamento me contactó, diciendo que un hombre que decía ser mi prometido estaba parado afuera del departamento, y no había forma de echarlo.No tuve más o