—¿Hola? ¿Lunita, me extrañas?Diego sonreía con dulzura, sin necesidad de pensar que del otro lado estaba Luna Díaz.Aquel hermano que antes me adoraba con todo su ser, ahora solo tenía a esta hermana adoptiva, que resultaba ser tan hipócrita y manipuladora.—Espera un momento, Lunita. Cuando termine, volveré a acompañarte... Está bien, lo sé. Me cuidaré mucho.Diego seguía hablando, pero al escuchar lo que decía su interlocutora, su tono se volvió frío de repente.—No te preocupes, haré que Clara admita que copió tu trabajo. Si no lo hace, ¡la golpearé a que lo reconozca!—Está bien, Lunita, no te pongas triste. Quédate en casa esperándome, afuera no es seguro. Siempre asegúrate de informarme si sales.Al escuchar las suaves palabras de consuelo de Diego, no pude evitar una risa sarcástica.Era mi hermano de sangre, pero prefería creerle a una extraña en lugar de a su propia hermana.“¡Esa tesis era mía! ¿Por qué no me crees?” pensé.—Por cierto, hermano, tienes que venir el domingo p
Baca selengkapnya