Al principio no supe quién era. Levantó la cabeza. Aunque su cara estaba curtida por el tiempo y las dificultades, aún conservaba un vago rastro de quien fue. Era Morgan.Sin embargo, mi corazón no se inmutó lo más mínimo. Era como estar viendo a un perfecto desconocido.Tomé la mano de Jasper, lista para irme. Pero antes de que pudiera moverme, Morgan me vio. Arrojó la botella vacía a un lado y se tambaleó hacia mí.—¿En serio eres tú, Addie?Se detuvo frente a mí, su emoción desbordada en un torrente de palabras.—¡Eres tú! ¡No puedo creer que por fin te encontré! ¡Logré escapar de ese infierno! ¡Ya regresé! He pensado en ti todos los días durante cinco largos años.Jasper tembló al verlo. Instintivamente se escondió detrás de mí, con miedo mientras miraba a Morgan. Le di una palmada tranquilizadora en la espalda, esperando calmarlo.Me volví hacia Morgan.—Disculpe, creo que se equivoca de persona.Morgan se tensó.—¿Cómo podría equivocarme? ¡Eres Addison! Te reconocería donde fuera
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