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Capítulo 6

Penulis: Nadia Ríos
Nadie sabe qué pasó entre ellos dos, pero su nivel de terror llegó a 100 y luego murieron.

De repente, recibí un mensaje privado de Ana:

"Ivana, ¿cómo andas? Ayer me la pasé súper ocupada peleando con las entidades raras en el piso dos y ni chance me dio de escribirte. ¡Ojo! Estos tres primeros días son cruciales para ganarte la confianza de tu familia. Me puse a ver el stream de Diego, y aquí te va lo que sé. Míralo como una disculpa porque no te expliqué bien las reglas para escoger la casa... por eso terminaste cayendo al piso treinta. ¡Un abrazo!"

Además de eso, Ana también estaba dando algunos consejos en el grupo a los nuevos jugadores, mientras que Hugo, de vez en cuando, soltaba alguna maldición:

"¿Para qué les cuentas todo esto a los nuevos? Te lo digo, eres demasiado buena. Ayudarlos no nos sirve de nada."

Ana no tardó en responder con calma:

"Todos somos amigos. No hay que ser tan calculador."

Así que los jugadores que seguían vivos estaban todos agradecidos con Ana.

Definitivamente, esos dos jugadores veteranos tenían algo especial.

Sonreí apenas, y acercando la cara a la pantalla, le respondí a Ana:

"Estoy bien, gracias por preguntar."

El Boss de la cabeza cortada, con una mano sosteniendo su propia cabeza y la otra levantando a Sofía, que llevaba un vestido blanco, estaba haciendo ejercicio levantando pesas.

Cuando vio que estaba mirando el celular, pareció darse cuenta de algo, frunció ligeramente el ceño y dijo:

—No te pongas tan...

No logró terminar la frase y, de repente, se desplomó, llevándose la mano al pecho.

Sofía, con la carita fruncida por la preocupación, se acercó a él de inmediato.

Corrí hacia ellos y, rápidamente, lo sostuve con mi cuerpo para que no cayera al suelo.

La mecánica del juego bloqueaba a los NPC para que no pudieran revelar información precisa sobre cómo pasar los niveles a los jugadores.

De repente, escuché unos pasos afuera, tan fuertes que retumbaban. Sentí que cada pisada me taladraba los nervios, y los tímpanos me zumbaban.

Sofía se me pegó de un salto, intentando apartar al Boss que yacía en mis brazos.

—Mamá, son los abuelos. No tengas miedo.

El hombre, con esa determinación tan suya, no se movió. Pero, después de dudar un instante, me tomó de la mano y, con las mejillas encendidas, repitió:

—No tengas miedo.

¡Ay, Dios! ¡Qué Boss tan tierno!

Pero por dentro yo seguía bastante serena: "Miedo, ¿yo? Para empezar, ni siquiera logro verlos bien. Lo que no alcanzo a ver, lo trato como si fuera de lo más normal."

"Además, ¡me muero de curiosidad por conocer a los nuevos NPC que están por presentarse! Ojalá me sirvan para pasar este nivel."

"Y mira, los viejos se ven bastante fuertes."

Justo cuando la llave giró en la cerradura, los comentarios del chat se empezaron a calentar:

"No sé por qué, pero tengo fe en la Vieja Chamusquina y el Viejo Destripado. ¡No creo que Ivana pueda con ellos!"

"¡Pero qué dices! Si esta nueva jugadora logra pasar el nivel, ¡nos va a dar información importantísima a todos!"

La puerta se abrió con un crujido leve.

Y, en ese momento, entraron dos viejos. Se encorvaban ligeramente, como si estuvieran cargando dos enormes bolsas.

Al ver al Boss tirado en el suelo, la anciana lanzó un grito aterrador y salió corriendo hacia nosotros, apartándome de un empujón lleno de furia mientras me maldecía:

—¡Maldita mujer sin corazón! ¿Cómo te atreves a lastimar a mi hijo? ¡Te juro que me las vas a pagar!

Un halo oscuro me envolvió mientras la anciana, rápida como un fantasma, se acercaba.

Al acercarme más, distinguí su figura extremadamente delgada y esquelética. Era evidente que su cuerpo apenas si podía sostener la ropa.

No le quedaba ni un solo cabello, sus rasgos faciales estaban desfigurados. Solo lograba ver su boca moviéndose, abriéndose y cerrándose constantemente.

Su piel expuesta era de un negro absoluto, como si la hubieran dejado a la intemperie hasta quemarla y convertirla en carbón.

Si no fuera por su voz, habría sido casi imposible saber que era una mujer.
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