Rápidamente extendí la mano libre y tomé la de la vieja, preocupada, le dije:—¿Mamá, por qué tienes la piel tan reseca? ¡Mira! Ayer me puse una mascarilla. ¿Quieres que te aplique un poquito?La Vieja Chamusquina, que seguía maldiciendo, se quedó en shock por un momento y luego tartamudeó:—Ah, está... está bien...¡Claro! ¿Qué mujer no va a querer verse guapa?Cuando vio que de verdad estaba preparando la mascarilla para ella, el Viejo Destripado no se lo tomó tan bien:—¡Vieja tonta! ¿No dijiste que ibas a asustar a la nuera nueva?Lo miré fijamente al Boss de la cabeza cortada y levanté una ceja:—¿Vaya, entonces tienes exesposas?El Boss se puso serio de golpe, su aura oscura se intensificó, y con un movimiento rápido, le arrancó la cabeza a la vieja.Me hizo una mueca, esbozando una sonrisa algo frustrada:—No, qué va. Ellas nunca llegaron. Sofía las mató antes.La vieja, muerta de la vergüenza, se acomodó la cabeza, se frotó la cara con la mascarilla y, mirando al viejo, le lanz
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