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Capítulo 167

Author: Gala Montero
Damián estaba revisando documentos en su oficina.

El celular sonó una vez. Lo tomó para ver la pantalla. Su expresión, por lo general seria, se suavizó un poco, y la comisura de sus labios se curvó en una sonrisa casi imperceptible.

Era un gesto tan sutil que resultaba fácil pasarlo por alto.

[¿Una cita con mi patrocinador? Para él siempre estoy disponible].

Releyó el mensaje, imaginando la expresión pícara de Valeria al escribirlo.

Se mordió el labio con suavidad y dejó el celular a un lado.

***

Esa tarde, cuando ella estaba a punto de salir de la mansión, escuchó la voz de su tía proveniente del estudio.

—Ay, Arturo, ¿de dónde voy a sacar dinero? Tú sabes que mis tiendas no andan bien estos años. Tu déficit es enorme, ¿cómo crees que voy a conseguir tanto para ayudarte?

Valeria ladeó la cabeza; su expresión lo decía todo.

Había supuesto que su padre recurriría a los parientes, pero no imaginó que sería tan pronto.

Pero, por ahora, esos problemas no eran de su incumbencia.

En realidad
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    El tono de Valeria carecía de amabilidad.Desde que lo conocía, parecía que nunca le había hablado a Damián con esa sequedad.Él la miró, alzando la mirada por un segundo.—De acuerdo.Era un hombre orgulloso; para él, una sola vez era suficiente.Intuía lo que pasaba por la mente de ella, así que prefirió no decir nada más.Lo que ella no imaginaba era el precio que terminaría pagando por sus palabras de ese día.***Después de que él se fue, pasó casi una semana sin que volviera a visitarla.Valeria supuso que estaba enojado. El día que le dieron el alta, revisó su celular y confirmó sus sospechas: no le había mandado ni un solo mensaje en toda la semana.Se mordió el labio, preguntándose si ya habría caído de su gracia.Estaba pensando en todo eso cuando Sofía entró con una carpeta llena de papeles.—El doctor dijo que ya te puedes ir.No cabía en sí de la felicidad. No era de las que se quedan quietas, y una semana en el hospital había sido una tortura.Poder irse, por supuesto, la

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