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Capítulo 199
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Venganza en la Corte de Jade Capítulo 475
Serafina no se detuvo a mirar a Claudio. Siguió persiguiendo al hombre hasta las afueras del Valle de la Muerte.Cuando por fin lo alcanzó, tiró con fuerza de su capa negra.Debajo del manto, el hombre llevaba una máscara que ocultaba su cara.Retrocedió tambaleante unos pasos.En el intercambio de golpes, Serafina notó algo:¡ese hombre tenía seis dedos!Era él.El amo del Veneno de las Sombras.La mirada de Serafina se llenó de rabia. Sus ataques se volvieron todavía más veloces y precisos.Entonces el hombre habló:—¿Te digo “emperatriz” o “general Gonzalo”? Si Silvano no hubiera dado su vida por cinco años de la tuya, hoy estarías muerta.Cuando escuchó ese nombre, Serafina se quedó impactada.Que conociera a Silvano no era extraño…pero que supiera quién era ella, sí.El hombre aprovechó su desconcierto para retroceder y saltar hasta una roca alta.Desde arriba, la miró con una sonrisa burlona.—Parece que no sabes cómo murió Silvano.Se le llenaron los ojos de lágrimas.—Habla cl
Venganza en la Corte de Jade Capítulo 474
En el Campamento Sur, Claudio revisó la carta de rendición que tenía en la mano y, satisfecho, se la mostró a Serafina.—La letra del emperador Remo no está mal —dijo, como si nada—, sin mencionar qué documento era, esperando que ella se diera cuenta sola.Serafina solo le dio una mirada rápida.—Majestad, la guerra terminó. ¿Cuándo regresaremos a la capital?Claudio se quedó intrigado.El contrato entre los dos era por un año, y la guerra ya había gastado varios meses.Por suerte, Serafina se quedó a su lado todo ese tiempo. De lo contrario, ni la rendición de Noriano le habría alcanzado: también habría pedido la cabeza de Virgilio.***En la Ciudad Imperial, dentro de una posada, un guardia entró de golpe, agitado.—¡Su alteza… Noriano se rindió!Debía ser una buena noticia.Pero para Neron, fue una tragedia.Sus pupilas se contrajeron.—¿Así termina todo?…No solo la guerra había acabado, también su sueño de ser emperador.Se arrepintió con toda el alma.—Nunca debí obsesionarme con
Venganza en la Corte de Jade Capítulo 473
En comparación con la República Ferrana, los soldados del Reino Noriano eran mucho más feroces.La batalla se alargó más de medio mes.Como destruyeron el Arma Draconis, el príncipe Virgilio perdió la cabeza. Su mando se volvió caótico y no dejaba que nadie se metiera.—¡Maten sin parar! —parecía ser su única orden.—Deben hacer lo que a mí se me antoje.Aunque a simple vista Noriano aguantaba la línea, las bajas eran enormes cada día.En cambio, Nanquí sumaba más victorias que derrotas.Con los días, Claudio se molestaba cada vez más.La resistencia noriana no cedía. Esa guerra parecía no tener fin.Mientras tanto, en la Ciudad Imperial, Neron también “luchaba”.Puso a mucha gente a buscar el camino secreto por donde la emperatriz mandó los víveres, pero todavía no lo encontraban.Al ver salir uno tras otro los convoyes rumbo al sur, la ansiedad lo consumía.—¡Busquen! ¡Pongan todo de cabeza si hace falta! —gritó histérico.—¡No creo que hayan cavado un túnel ni nada así!Esa furia co
Venganza en la Corte de Jade Capítulo 472
El Arma Draconis, que antes estaba intacta, terminó hecha trizas.La parte más débil se rompió en mil pedazos. Aunque el cañón quedara ahí, ya no servía para nada…¡Su arma, destruida así!Junto al príncipe Virgilio tenía guardaespaldas de élite. Con una orden suya, uno de ellos salió a perseguir a Serafina.Ella sabía moverse sin que la vieran y corría rápido, pero siempre hay alguien mejor.Cuando cruzó la frontera, el asesino que la seguía estaba cada vez más cerca.Cuando parecía que la iba a atrapar, de repente… una flecha veloz llegó desde lejos y le pegó en la frente al perseguidor.La flecha fue rápida y certera. El hombre cayó muerto en el acto.Serafina miró primero el cuerpo del agresor y luego volteó la cabeza para ver a Claudio.Él estaba en lo alto del Valle de la Muerte, y bajó el arco despacio.***En el Campamento Sur, afuera de la tienda del emperador y la emperatriz, Cayo y Arturo cuidaban la entrada, igual de desafiantes, sin mirarse en todo ese rato.Dentro de la t
Venganza en la Corte de Jade Capítulo 471
Cuando escucharon la orden de Virgilio, los guardias desenvainaron las espadas contra Serafina.Pero antes de que alcanzaran a atacar, ella arrojó algo al suelo.De inmediato, una nube blanca y densa se extendió por toda la tienda.La niebla no los dejaba ver nada.Cuando por fin se disipó, Serafina ya no estaba.A lo lejos, su voz retumbó en el aire:—Ya que Su Alteza no quiere una alianza, el Arma Draconis va a ser nuestro botín.Virgilio, furioso, salió corriendo de la tienda y miró alrededor.Todo estaba oscuro. No había rastro del supuesto emisario de Austral.—¡Vayan tras él! —gritó.—¡Tráiganme su cuerpo!—¡Sí, mi príncipe!Enseguida, Virgilio agarró del cuello a su guardia personal, lo miró fijamente y le susurró con tono letal:—Ve a revisar el Arma Draconis. Si le pasa algo… ejecuto a toda tu familia.El guardia se puso pálido y salió corriendo.Sin que él lo supiera, Serafina lo seguía de cerca.Nunca se había ido en realidad, seguía al acecho, escondida entre las sombras.S
Venganza en la Corte de Jade Capítulo 470
Media hora después, Lucio salió de la cámara secreta.Solía verse tranquilo, pero ahora se notaba molesto. En el cuello tenía varias marcas rojas, como rasguños recién hechos.Jorge lo saludó con respeto.Lucio alisó su túnica y habló, firme y tranquilo:—Si no quiere comer, déjala sin comida dos días.—Sí, mi señor.***En el surCayo logró colarse en el campamento del Reino Noriano, pero no encontró dónde estaba el Arma Draconis.Quedarse más tiempo era un riesgo, así que regresó a informar.Serafina escuchó el reporte, seria.El verdadero peligro no era Virgilio, sino que él tuviera el Arma Draconis.Por eso Nanquí todavía no podía lanzar una ofensiva total y se limitaba a ataques controlados.Entonces Serafina planteó algo arriesgado.—¡No! —respondió Claudio, tajante.—No puedo permitir que te arriesgues.Su cara mostraba una preocupación que no intentó ocultar.Pero Serafina, con la calma de siempre, se mantuvo firme:—El Reino Noriano debe su dominio a esa arma. Nadie ha visto c
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