Después de esas palabras, muchos comenzaron a encontrarlas muy razonables. Un guerrero del continente Hestia se rió fríamente y dijo: —Los guerreros del continente Aureus tienen una doble moral arraigada. Solo permiten que los genios surjan en su propio mundo, pero no permiten que existan genios en otros mundos. Solo permiten su propia crueldad, pero no la de otros. Aunque Fane solo ha hecho lo mismo que ellos, en sus ojos es irracional. Lo ven como un demonio salido del infierno. ¡Es ridículo en extremo!En un instante, el área cercana al pilar del Sol Rojo se convirtió en una reunión de críticas contra el continente Aureus. Incluso los guerreros errantes del continente Hestia se unieron, gritando furiosamente contra los guerreros del continente Aureus por su doble estándar y su hipocresía. Esas acusaciones se transmitieron una tras otra en sus oídos.Los guerreros del continente Aureus solo pudieron bajar la cabeza y aceptar la crítica. Después de todo, en esa situación, intentar de

Ese era el aspecto que más les aterrorizaba. Desde que empezó a escalar el pilar del Sol Rojo hasta llegar a la posición de ahora, la velocidad de Fane nunca cambió. Incluso su expresión no mostraba ningún cambio, como si la furiosa tormenta escarlata solo pudiera afectar a los demás y no a él.Aparte de Fane, cualquier otra persona al escalar el pilar del Sol Rojo se habría ralentizado o ajustado su velocidad debido al aumento gradual de la tormenta escarlata. Después de un tiempo de escalada, habrían hecho una pausa para descansar y recuperar fuerzas antes de continuar.Sin embargo, Fane nunca descansó en ningún momento. La única vez que se detuvo fue para luchar contra otros. Durante las batallas, no solo tenía que gastar energía verdadera para combatir, sino que también tenía que usar parte de su energía verdadera para resistir la tormenta escarlata, lo que equivalía a avanzar contra un huracán.Las dos batallas anteriores dejaron una profunda impresión en todos, tanto que no se di

Ante Fane, flotaban sesenta espadas de alma, que neutralizarían la mayor parte de la energía salvaje cuando la tormenta escarlata se abalanzara. La acción de Fane provocó asombro entre los presentes. Un guerrero del continente Aureus no pudo evitar exclamar: —Finalmente ha comenzado a usar técnicas de combate para resistir la tormenta escarlata. Si no lo hacía, empezaría a sospechar que la tormenta escarlata lo estaba evitando. —Al fin y al cabo, él es humano, no un dios inmortal. Por más fuerte que sea, tiene sus límites. ¿Alguna idea de qué nivel de técnica marcial está practicando?Esas palabras volvieron a despertar la curiosidad de los presentes, quienes se unieron a la discusión. La mayoría creía que la técnica marcial que practicaba Fane era de nivel bajo celestial. Consideraban que su fuerza era tan grande porque había llevado esa técnica marcial de bajo nivel celestial al máximo nivel, la tercera etapa. Incluso Raúl no era rival para él. Sin embargo, había algunas personas

En ese momento, Fane estaba de pie en lo más alto, donde la furia de la tormenta escarlata era la más intensa. Convergió noventa espadas del alma para resistir la violenta tormenta escarlata y mantenerse firme. Después de cuatro respiraciones, el pico del pilar del Sol Rojo repentinamente irradió un resplandor rojo dorado.Luego, una pequeña medalla comenzó a condensarse lentamente en el aire. Un destello de anhelo cruzó los ojos de Fane mientras extendía la mano y abría la palma, y la medalla cayó lentamente en su mano. Con una ligera sonrisa de emoción, Fane apretó firmemente la medalla de Oro Rojo en su mano.Entonces, otro destello de luz pasó, y veinte millones de cristales de espíritu se alinearon ordenadamente frente a Fane. Con una expresión aún más emocionada en su rostro, sin dudarlo ni por un momento, Fane inmediatamente recogió todos los cristales de espíritu en su barco espiritual.Al alcanzar la altura de cuatro cientos sesenta metros, el pilar del Sol Rojo recompensó a F

Benedicto se emocionó y dio vueltas en su lugar. Miró a Fane y luego a sus propias manos. Fane levantó una ceja y pudo percibir lo que estaba pasando por la mente de Benedicto. Con una sonrisa ligera, le dijo: —Si estás dispuesto a seguirme, te llevaré siempre conmigo. Pero la condición es que no me traiciones.Benedicto temblaba ligeramente, con el rostro sonrojado y el cuerpo temblando de emoción. Su boca temblaba mientras intentaba articular palabras, pero no podía reunir sus pensamientos lo suficiente para expresarse.Fane sonrió suavemente y continuó: —¿Estás preocupado de que no te adaptes a otros mundos y quieras regresar al continente Hestia para una vida tranquila? Pero también sabes que podrías enfrentar peligros si regresas, y deseas explorar un mundo más amplio.Fane tocó su punto sensible y Benedicto bajó la cabeza, con el rostro pálido. Estaba parado allí sin saber qué decir, incapaz de articular una palabra. Fane se levantó y le dio un golpecito en el hombro a Benedict