Todos los capítulos de ¿Cómo soy tan rico?: Capítulo 1251 - Capítulo 1260

Sin embargo, antes de que alguno de los guardias pudiera hacer un movimiento, la recepcionista, que había estado sentada junto a una mesa en la entrada todo este tiempo, de repente gritó: “¡Un invitado ha enviado prestigiosos obsequios para Lady Jordain de la familia Smith!”. Al escuchar eso, todos guardaron silencio de inmediato. Mientras Yana y los demás simplemente intercambiaban miradas de consternación, Georgia se encontró temblando cuando todos se voltearon lentamente para mirar hacia la entrada, con una ligera curiosidad reflejada en sus ojos. ¿Qué diablos estaba pasando? ¿Prestigiosos obsequios de un invitado? ¡Y eran para la anciana de la familia Smith de todas las personas! Dada la parte ‘prestigiosa’ de los obsequios, estaba claro que cualquier cosa que el invitado hubiera enviado, definitivamente era más grande que cualquiera de los obsequios anteriores que los otros invitados le habían obsequiado a Georgia. Después de todo, obsequiar a alguien con un regalo prestigioso

Yana había pasado la mayor parte de su vida confiando en los antecedentes de su familia, lo que llevó a lo condescendiente que se comportó hoy. También era por esa confianza que no tenía ni idea de lo terriblemente que iba a sufrir, ahora que se había comportado tan mal ante Gerald. Gerald se había asegurado de pronunciar su oración anterior de una manera que le advirtiera que ella no era la única capaz y poderosa en el mundo. De hecho, había muchos otros que tenían mucho más poder que ella. Georgia y el resto de los miembros de la familia Sier estaban ahora tan asustados que ni siquiera se atrevieron a pronunciar una sola palabra. Independientemente, la fiesta de cumpleaños había perdido su significado durante mucho tiempo y, poco después, Gerald y los Smith simplemente abandonaron la villa. Aunque el incidente no tuvo lugar durante tanto tiempo, Serenity sintió como si acabara de experimentar una montaña rusa de emociones. Literalmente. Cuando los Smith salieron de la villa d

”… ¿Oh? No creo que haya mencionado cuándo iba a ser el próximo ataque, ¿verdad? ¿Cómo hiciste una suposición tan precisa, Gerald?”, preguntó Serenity, un poco sorprendida. “Me lo imaginé un poco. Después de todo, ahora solo falta una hora para el mediodía. Dado que va a haber un aumento de temperatura, el exceso de calor en el cuerpo va a causar interrupciones en la circulación sanguínea y el sistema respiratorio, los cuales contribuyen a causar migrañas”, respondió Gerald con una sonrisa. Al escuchar eso, la anciana sonrió antes de asentir con aprobación a Gerald mientras decía: “¡No esperaba que supieras esas cosas, Gerald!”. Al ver eso, Walbridge, que estaba parado a un lado, simplemente se burló, sintiéndose un poco molesto. Sin embargo, Jace se volteó para mirar a Gerald con sorpresa mientras pensaba, “... ¿Podría este joven ser realmente competente en medicina...?”. Tal como lo había dicho Gerald, Serenity, que estaba hablando y riendo alegremente antes de esto, de rep

“… ¿Dijiste que alguien le enseñó los primeros tres capítulos? ¿Tienes idea de quién es esa persona?”, preguntó Gerald sorprendido. “Nunca antes lo he visto personalmente, señor Crawford. Solo lo supe por el señor Wytt. Sin embargo, según el señor Wytt, se había familiarizado con esa misteriosa persona durante bastante tiempo. La persona misma había venido a la región militar hace algún tiempo, y aparentemente pidió la ayuda del señor Wytt para colocar un objeto en algún lugar”. “Para mostrar su agradecimiento, se ofreció a enseñarle al señor Wytt los primeros tres capítulos de la técnica de la Terapia de Acupuntura Divina. Incluso si el hombre misterioso no hubiera elegido eso como muestra de agradecimiento, creo que el señor Wytt aún lo habría ayudado. Después de todo, el hombre misterioso era claramente mucho más poderoso que el señor Wytt para que él lo respetara tanto. Quienquiera que fuera la persona, definitivamente no era alguien joven, eso es seguro. Sin embargo, no import

Incluso si alguno de ellos tenía opiniones personales sobre el asunto, ninguno se atrevía a decir una palabra. Después de todo, si lograban salvar a los niños, recibirían muchos premios y reconocimientos, pero si no lo hacían, los considerarían como villanos. Simplemente, no había forma de que uno de ellos se convirtiera voluntariamente en un chivo expiatorio. “... ¿No hay alguien que quiera decir algo...?”, preguntó Zane, con un tono algo urgente mientras miraba a todos los médicos presentes. Por supuesto, nadie se atrevió a responderle, y desviaron la mirada cada vez que él se giraba para mirar a alguno de ellos. Al ver sus reacciones, Zane solo pudo suspirar. Parecía que su carrera profesional iba a terminar pronto... Sin embargo, justo cuando estaba pensando que todo estaba perdido, alguien rompió de repente el silencio diciendo: “Tengo algunas ideas”. Al escuchar que alguien estaba realmente dispuesto a hacer una sugerencia, todos los médicos en la sala se giraron de i