Semua Bab ¿Cómo soy tan rico?: Bab 1571 - Bab 1580

Después de todo, lo último que pudieron ver fue una luz cegadora desde lo alto de la torre que los había obligado a todos a cerrar los ojos... Para cuando sus ojos por fin se reajustaron, ¡Daryl Crawford, el legendario Rey del Sur de Asia, ya estaba tendido en el suelo! “…¿Qué?”, murmuró una voz. Con una batalla tan grande teniendo lugar, era natural que los de la otra familia Crawford también estuvieran presentes en la torre de dragón. El que había hablado parecía ser un joven Amo, y había estado observando todo a través de sus siniestros ojos desde el momento en que comenzó la batalla. Aun así, él de verdad no esperaba que las cosas Terminaran así. ‘¿El abuelo es incapaz de poner un dedo sobre Gerald...?’. Mientras tanto, Carlos y Julian estaban completamente asombrados por lo que acababan de presenciar... Esta fue una batalla completamente diferente a lo que habían visto antes... “… Tú…. ¿Aprendiste todas esas técnicas únicas de Liemis…? Si ese es el caso, entonces eso e

La Annie Muerta se había desvanecido, y Gerald seguía vivo y sin ningún rasguño... Cuanto más pensaba Daryl en ello, más dolor sentía en el pecho. Mientras su cabeza comenzaba a dar vueltas y un flujo de sangre rodaba por la comisura de su boca, el moribundo, que todavía estaba apuntando a Gerald, solo pudo murmurar en su absoluta incredulidad: “¡Tú... Tú... Mi... Mi Annie muerta...!”. Sosteniendo su pecho mientras continuaba murmurando para sí mismo, casi se sentía como si Daryl hubiera perdido por completo su alma… No solo eso, sino que ahora se veía mucho, mucho mayor de lo que era antes. La juventud en su rostro y el brillo de su cabello blanco ya no estaban presentes... Apretando los dientes mientras hacía todo lo posible por seguir mirando a Gerald, el anciano sabía en el fondo de su corazón que no había nada más que pudiera hacer. Gerald, por otro lado, parecía bastante alegre mientras se acercaba aún más a Daryl. Con voz tranquila, Gerald dijo: “Antes de que mueras, hay

Antes de esto, Gerald confiaba principalmente en la fabricación de píldoras para ayudarlo a entrenar, ya que había aprendido el arte de la fabricación de píldoras. Agregando el talento que obtuvo con la ayuda del Espíritu Primordial Titánico, Gerald sabía que el ritmo de su entrenamiento era bastante satisfactorio, aunque a veces no era tan rápido como esperaba. Esto, por supuesto, era comprensible. Después de todo, en primer lugar, no había tantos espíritus sagrados en la tierra. Sin embargo, ahí abajo era completamente diferente. Los espíritus sagrados vinieron como el viento, y Gerald incluso pudo sentir abrumaban todo su cuerpo. Incluso Julian y Carlos abrieron los ojos con incredulidad mientras comenzaban a sentir los cambios drásticos que este lugar estaba haciendo en sus cuerpos. La sensación de espíritus sagrados filtrándose en sus cuerpos... Era una sensación casi indescriptible. Para poner en contexto, estar en el mundo de arriba se sentía como un niño sin un centav

En la actualidad, cerca de las fronteras de Yanam, lo que solía ser la torre de dragón ahora se había convertido en un edificio parecido a un castillo. Fuertemente custodiado por soldados comunes, así como por algunas personas fuertes en preparación, nadie se atrevió ni siquiera a estar dentro de un radio de cien millas del área... En la zona más interna del edificio, se podían ver diez viejos guardias con aspectos sombríos a ambos lados de una entrada que conducía a una cueva de piedra de aspecto misterioso... “¿El maestro todavía no sale...?”, susurraron los guardias entre ellos. En ese momento, uno de los guardias ya caminaba de un lado a otro con las manos en la espalda. Después de un rato, Julian, que era uno de los guardias, no pudo evitar sonreír y dijo: “Carlos, ¿podrías dejar de dar vueltas? ¡Me estás mareando!”. Al escuchar eso, los otros ocho comenzaron a burlarse de Carlos también. Los otros ocho guardias eran personas fuertes en preparación que se habían refu

Al ver el cambio en la expresión de Gerald, el maestro Fantasma quiso decir algo, aunque se forzó a quedarse con la boca cerrada. Mila solo bajó la cabeza sintiendo culpa. Aunque apenas hubo cambios en las expresiones de ellos, Gerald aún pudo notarlos. “… ¿Y qué hay de los Maestros del Anillo de la Destrucción? ¿Vinieron de nuevo a causar problemas?”, preguntó Gerald. “¡Siempre nos han estado molestando! ¡La verdad es que ya estamos acostumbrados de ellos!”. “Ya veo. ¿Y cómo están mis padres y mi hermana?”, preguntó Gerald con una ceja levemente levantada. “... Sobre... eso…”, respondió el maestro Fantasma mientras su rostro se ponía un poco pálido... Incluso los diez ancianos se encontraron bajando aún más la cabeza, sin siquiera atreverse a respirar... En cuanto a Mila, las lágrimas pronto comenzaron a rodar por sus mejillas. Al ver cómo ella se cubría la boca de dolor, Gerald gritó: “¿Qué pasa? ¿Qué les pasó a ellos?”. Al escuchar eso, Mila solo lloró aún más fu