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Sabrina no supo cómo reaccionar.La repentina aparición de Nigel la dejó sorprendida.En su mente, se preguntaba si alguien más aparecería después de esto.¿Vendría Sebastian?Fue como hace seis años, cuando el Viejo Amo Ford la invitó a la residencia de la familia Ford para atacarla junto con los demás miembros de la clase alta.En aquel entonces eran los de la generación mayor, pero ahora era el turno de los jóvenes.De cualquier manera, claramente todos ellos tenían algo contra Sabrina y querían deshacerse de ella.Sin embargo, Nigel fue quien vino a salvarla esta vez.Nigel empezó a hablar de nuevo: “Sabrina, lo que sea que Zayn hizo por ti en ese entonces, yo también puedo hacerlo. No solo eso, puedo darte mi vida si la necesitas. Sé que no confías en mí, así que te mostraré mi sinceridad. Podemos irnos en este momento y recoger a tu hija del jardín de niños. Tomaremos el vuelo más rápido y dejaremos esta ciudad para siempre. Podemos ir a cualquier parte, incluso a Europa,

Cuando vio a Nigel alejarse con Sabrina, Emma le gritó enojada: “¡Nigel! ¡Detente!”.Nigel se giró inmediatamente para mirar a Emma con expresión de disgusto. “¡Emma Poole, de la familia Poole en Ciudad Kidon! Mi primo Sebastian y la familia Poole tienen una relación muy cercana. Probablemente sea más cercano a la familia Poole que a mis propios abuelos, tío y tía. Entonces, ¿supongo que fuiste tú quien estuvo detrás de este banquete?".Emma le sonrió con frialdad. "¡Es bueno que lo sepas!".Ella giró la cabeza hacia las mujeres en el salón antes de mirar a la silenciosa Sabrina de manera despectiva. Luego volvió a mirar a Nigel. "¡Tú también eres bastante desvergonzado! Sabemos todo acerca de cómo solías jugar con las mujeres y, sin embargo, te atreves a mostrar tu rostro aquí con descaro. En cuanto al contrato entre Mindy y tú, es asunto tuyo. No tiene nada que ver con nosotras”.“No celebramos este banquete para atacar a Sabrina. De hecho, queríamos resolver algunos as

Todo el mundo se quedó sorprendido cuando los vio a ambos entrar juntos. Por un momento, los reporteros dejaron de hacer fotos. Marcus había entrado en la sala frenéticamente, con Ryan siguiéndole de cerca. "¡Sabrina! ¿Dónde estás, Sabrina?". "¡¿Dónde está Sabbie?!". Cuando los dos vieron a Sabrina de pie en medio del salón, sus cejas se levantaron al mismo tiempo. Marcus justo acababa de bajar del avión. Después de ver el escandaloso vídeo de Sabrina en la sala del Viejo Amo Shaw, la llamó de inmediato. Sin embargo al ver que ella no estaba dispuesta a explicarle nada por teléfono, Marcus mandó a alguien para que sacara a Linda de detención y poder interrogarla en su lugar. Justo cuando estaba a punto de hacerlo, el gerente del hotel le informó repentinamente que habían conseguido el avión que salía más temprano para volver a Ciudad del Sur. Le explicó que si Marcus no salía hacia el aeropuerto en ese momento, no podría llegar a tiempo. Por ello, Marcus se apresuró inm

"¡Piérdete!", gritó Marcus mientras le daba una patada al hombre que gemía de dolor. Después que Nigel le diera otra patada por su parte, el hombre que había intentado tenderle una trampa a Sabrina fue sacado rápidamente fuera del salón. Inesperadamente, los dos herederos de Ciudad del Sur, que normalmente eran muy amables y calmados, empezaron a exudar un aura asesina, que cautivó los corazones de las mujeres allí presentes. Incluso Emma había empezado a sonreír avergonzada. Mientras tanto, Mindy decidió arrastrarse hacia Marcus, sollozando mientras decía: "Primo... Nigel me golpeó por Sabrina, incluso me dio una patada, Marcus... bua". Tras mirar con desprecio a la lamentable mujer que tenía enfrente, Marcus preguntó fríamente: "¿Por qué no te mató a patadas?". Esto dejó a Mindy sin palabras. Sin tener en cuenta sus heridas, Marcus apartó despiadadamente el brazo de Mindy de sus piernas, diciendo: "Tienes suerte de ser una mujer. Si hubieras nacido hombre, te habría de

¿Joven Amo? Todos giraron la cabeza hacia la puerta. Los reporteros que habían estado tan inmersos en grabar los acontecimientos dentro del salón de repente despejaron la entrada. Al cabo de un momento, Sebastian entró despreocupado con un traje azul marino. Tenía una expresión tranquila pero aburrida en su rostro, y mantenía sus manos en los bolsillos. Todo el salón se quedó en silencio ante su llegada. Había tal silencio que se podría escuchar la caída de un alfiler. Además de Sabrina, todos los presentes empezaron a sentir que su pulso aumentaba drásticamente. Especialmente aquellas mujeres que habían sido blanco de los cuatro guardias de Sabrina. Después de todo, se habían llenado con la esperanza de que Sebastian personalmente cortara a la mitad a ese asqueroso demonio de mujer que tenían delante. Y ahora, ¡ahí estaba! Esperaban con expectación para ver cómo Sebastian se encargaría de Sabrina. Todos en Ciudad del Sur sabían que nunca era violento cuando perdía