Lahat ng Kabanata ng Conquistando a mi ex-esposa: Kabanata 3031 - Kabanata 3040

Gwen bajó la escoba y se desplomó contra la pared detrás de ella, todavía agarrando con fuerza el palo. Después de recuperar el aliento, miró al hombre que tenía delante. Ben estaba tendido en el suelo en una posición grotesca, sangrando por una herida en la cabeza. No podía saber si estaba muerto o solo inconsciente. Esta visión conmocionó enormemente a Gwen, que instintivamente dio un pequeño paso atrás. Estaba tan preocupada por defenderse de Ben que no se detuvo a ver qué ocurría. Ahora que él no respondía, sintió que se le apretaba el pecho y el palo de escoba cayó al suelo. ¿Acaso lo golpeó hasta matarlo? Al pensarlo, Gwen se arrodilló y estiró la mano para sentir la respiración de Ben. Por mucho que quisiera escaparse de él, jamás tuvo la intención de matarlo. Sin embargo, en cuanto estiró los dedos, Ben saltó del suelo, la agarró del brazo y la tiró al suelo. Cuando Gwen se dio cuenta de lo que estaba pasando, ya estaba inmovilizada en el suelo. "¿Cómo te at

"¿Y qué si lo soy?". Ben miró con desprecio a Luna y respondió fríamente, "¿Qué te aporta ser una persona amable? Mira por lo que tuvo que pasar Luke por esta p*rra...". "¡Si no rompía con ella, también me obligaba a entregarle mi corazón! Nunca seré tan estúpido como Luke. Es el líder de pandillas notorias en dos ciudades, ¡por el amor de Dios! ¿Cómo puede ser tan estúpido como para sacrificar su vida por una mujer? ¡Qué chiste!". Con eso, miró a una Gwen pálida y dijo, "Luna, dijiste que serías capaz de protegerla para siempre, pero ¿estás segura de que puedes hacerlo? ¡Ni siquiera Luke podría lograrlo!". "¡Tú y Joshua volverán a sus vidas eventualmente, y no es posible que pases el resto de la eternidad tratando de protegerla! La única solución es que Luke vuelva a la vida y reviva a su antigua pandilla para que puedan acabar con Tyson, ¡pero todos sabemos que eso es imposible! Mientras Tyson y Winson estén por aquí, no descansarán hasta ponerle las manos encima a Gwen!". Jo

Luna frunció las cejas al oír esto y asintió, aunque bastante molesta. "Sí, es ella". "Te llamas Gwen, ¿verdad?". Tara sonrió y extendió la mano hacia Gwen. "Encantada de conocerte. Me llamo Tara Moore y soy prima de Joshua. "Sin embargo, él y yo no estamos realmente relacionados por la sangre. Yo fui adoptada". Por alguna razón, Gwen no pudo evitar que la sonrisa de Tara le pareciera falsa y engañosa. No entendía por qué Tara tenía que mencionar deliberadamente el hecho de que Joshua y ella no eran verdaderos familiares consanguíneos. Era como si no lo dijera como un hecho, sino para presumir. ¿De qué tenía que presumir? Sin embargo, a pesar de su confusión, sonrió y estrechó la mano de Tara. "Encantada de conocerte, Tara. Soy la amiga de Luna, Gwen Larson". "Ya sé que te llamas Gwen Larson". Tara sonrió y recorrió con la mirada todo el cuerpo de Luna. "Eres la mejor amiga de Luna, ¡así que he escuchado mucho sobre ti!". "No me di cuenta de que soy tan famosa", respond

Las lágrimas de cocodrilo que rebosaban en los ojos de Tara eran como cerezas en la cima de su mentira perfectamente elaborada. Gwen no pudo evitar fruncir el ceño en señal de desaprobación al oír aquello. Joshua era sin duda un hombre apuesto y, como amiga de Luna, había sido testigo de cómo montones de mujeres prácticamente se le tiraban encima a lo largo de los años. Dicho esto, sin embargo, Tara era sin duda una de las mujeres más astutas y taimadas que había conocido. Gwen miró instintivamente a Joshua y luego a Luna. Para su sorpresa, Luna también miraba a Joshua con expresión divertida. Gwen hizo una pausa momentánea, luego se acercó a Luna y le susurró al oído: "Está claro que esta mujer intenta robarte a tu marido. ¿Por qué estás tan tranquila?". Luna se encogió de hombros, sonriendo. "Bueno, si él cae en su trampa tan fácilmente, tal vez yo esté mejor sin él. "Ya que Joshua me prometió que sería capaz de encargarse de todo esto, voy a dejar que haga su trabajo.

Pronto llegaron al hotel que Lucas les había reservado. Luna y Gwen bajaron del coche en cuanto éste se detuvo. Joshua soltó una débil risita mientras seguía a las dos parlanchinas mujeres hasta el hotel, arrastrando las maletas tras él. Incluso después de acomodarse, Luna y Gwen seguían charlando sin parar. Habían pasado tanto tiempo separadas que se echaban mucho de menos. Aunque se habían mantenido en contacto constantemente a través del teléfono, nada era mejor que verse en la vida real. Esta era la verdad sobre las relaciones entre las mejores amigas: podían hablar de todo y de cualquier cosa que se propusieran. Después de una larga conversación, Joshua finalmente encontró una excusa para sacar a Luna de la habitación de Gwen fingiendo que quería hablar con ella sobre sus planes en Ciudad Sharnwick. Gwen no sabía que Luna había venido a ver a John, y Luna tampoco tenía intención de decírselo. Cuando Luna se marchó, Gwen dejó escapar un suspiro de alivio y envió un