El anciano miró a James y a los demás pero no dijo mucho. Se volteó hacia el hombre de la túnica dorada y le ordenó: “Los tres son invitados, así que trátalos con amabilidad y no los descuides. Si se corre la voz sobre tu comportamiento, empañará la reputación de la Gente del Mar”.El hombre de la túnica dorada respondió respetuosamente: “Entendido, señor”.El anciano volvió a mirar al grupo de James y dijo: “Por favor, váyanse inmediatamente después de haber reabastecido sus suministros”.“Sí, por supuesto”, accedió James de inmediato.El anciano no dijo mucho y se marchó rápidamente.El hombre de la túnica dorada miró a los tres y dijo con calma: “Vamos”.Luego, dio media vuelta y caminó hacia la isla.James y los demás lo siguieron.El hombre de la túnica dorada los condujo a los tres hacia las profundidades de la isla. Pronto llegaron a una ciudad.Él dijo con frialdad: “Puedes comprar todo lo que necesiten en esta ciudad. Después de haber comprado sus suministros, váyanse
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