All Chapters of La sombra de la traición y el abrazo del hermano mayor: Chapter 1 - Chapter 9

Después de que me extrajeron dos litros de sangre, encontré a Sergio Martínez y le rogué que se casara conmigo. —El prometido de la señorita Jiménez será uno de los dos hermanos de la familia Sánchez. ¿Por qué vienes a buscarme a mí?Al escuchar su frío rechazo, bajé la mirada, desesperada. —El compromiso solo estipula que debo casarme con la familia Sánchez. Tú eres el hermano mayor, también formas parte de las opciones.—Parece que me prestas mucha atención. Está bien, puedo casarme contigo… pero tengo una condición. Finalmente me relajé y asentí de inmediato. —No le digas a la familia Sánchez que te vas a casar conmigo, antes de la boda. Si se enteran, habrá muchos problemas. —Está bien. Mientras pueda alejarme de los dos hermanos, Lucas y Luis Sánchez, estoy dispuesta a aceptar cualquier condición.Hace cinco años, durante un viaje en crucero, los salvé a ambos de morir ahogados. Desde entonces, ambos comenzaron a cortejarme. Y, por unos celos sin sentido, presi

En medio del caos, no supe quién me arrancó la peluca. Al recordar el cabello que me habían cortado, sentí un nudo en el pecho.Mientras estaba distraída, ellos dos me empujaron al estanque. Sin estar preparada, tragué varias bocanadas seguidas de agua. La sensación de ahogo me hizo gritar, pero la fuerza que me hundía la cabeza no cedía ni un poco, por lo que volví a tragar agua, una y otra vez, sin poder emerger. —¡Si no fuera por ti, Emilia ya se habría casado conmigo! ¡Nunca habría tenido que sufrir tantas humillaciones en casa! —repuso Luis. —¡Noelia, este es el castigo que te mereces por haber maltratado tanto a Emilia! —acotó Lucas. Luché con todas mis fuerzas para apartar las manos que me sujetaban, pero fue inútil. Agoté mis últimas energías, y todo comenzó a nublarse ante mis ojos. Justo cuando la desesperación me hizo querer rendirme, la presión sobre mi cabeza desapareció de repente.—Señores, maltratar a una chica no es una conducta digna de un caballero —escuché

Escuchando las burlas provenientes de todas direcciones, un zumbido atravesó mis oídos y mis ojos fueron deslumbrados por los flashes, causándome un agudo dolor.Pero seguí inmóvil, en el centro del escenario. Sergio había dicho que vendría y yo confiaba en él. Al ver que seguía negándome a bajar, los hermanos Sánchez dejaron de burlarse y se pusieron serios. —Noelia, ¿piensas que estamos bromeando? —Aunque no quieras bajar, no sirve de nada. ¡Guardias, echen a esta manipuladora! Los guardias me empujaron hacia abajo, mientras que los hermanos Sánchez llevaban con ternura a Emilia hacia arriba. Vi la burla en su rostro y un dolor punzante se apoderó de mi corazón. Luché con todas mis fuerzas. En medio del forcejeo, mi peluca se cayó al suelo. Al verme con la cabeza rapada, ellos dos no pudieron evitar soltar un comentario despectivo. —Miren todos, esta mujer manipuladora se rapó solo para ganarse nuestro favor. Una porquería.Las carcajadas desde el público parecían qu

Sentí el calor de la respiración de Sergio sobre mi cabeza mientras hablaba. Mis ojos se llenaron de lágrimas al instante. De repente, Emilia se levantó, intentando desconectar la fuente de energía, pero los guardias que Sergio había traído la sujetaron nuevamente. Ante la vista de todos, las imágenes de aquel entonces empezaron a mostrarse, cuadro por cuadro, frente a todos.Los hermanos Sánchez cayeron al agua mientras jugaban, y mi grito de auxilio nadie lo escuchó. Salté al agua, primero rescatando a Lucas, que estaba más cerca, y sin tiempo para recuperar fuerzas, volví a saltar para salvar a Luis. Emilia en el barco recibió a los grandes hombres que yo había arrastrado, pero ignoró a propósito mi mano extendida, débil debido al cansancio.No logré subir al barco y caí al agua, como una hoja arrastrada por la corriente.Al ver estas imágenes, los invitados que recién me habían profesado su odio, se quedaron completamente sorprendidos. —¿Cómo puede ser así? ¿Los hermanos Sá

Los ojos de Emilia estaban llenos de lágrimas, mientras suplicaba llorando. —Lucas, Luis, sé que he cometido un error, por favor, ¿pueden perdonarme?. —Lo hice solo para asegurar un buen futuro, no era mi intención hacerle daño a nadie... Lucas no escuchó sus explicaciones y volvió a dar una patada. Miré el estado lamentable de Emilia y no pude evitar sentir un huracán de emociones. Ella solo pensó en su propio bienestar, sin considerar que sus acciones arruinarían mi vida. Los tres eran igual de repugnantes, igual de imperdonables. Al notar que mi mirada seguía fija en Emilia, Luis mostró una sonrisa. —Todo fue culpa de esa zorra que nos manipuló. Noelia, mira, realmente hemos reflexionado de nuestro error.—Desde hoy, no dejaremos que Emilia tenga ni un solo día en paz. Si no nos perdonas, la atormentaremos día y noche hasta que se te pase el enojo.Suspiré. —La que mintió fue Emilia, pero quienes me hirieron, los que se burlaron de mí, fueron ustedes.—Lucas, Luis,