All Chapters of NOVIA SUSTITUTA: UNA DEUDA POR PAGAR: Chapter 71 - Chapter 80

Maldita seaVer a Michael en ese estado, tendido en la cama del hospital con tanto dolor, había desatado algo en mí. Podía sentir la ira creciendo en mí cada vez que pensaba en el rostro de Sergio Dumont. Él había hecho su movimiento y ahora era el momento de que yo hiciera el mío.Todavía no había podido quitarme de encima la sensación de que los Dumont no eran la principal amenaza. Había sido muy meticulosa en mi búsqueda de cosas y no había nada que me vinculara a ellos. Cuando lo vi, había esperado que su rostro me despertase algún recuerdo, pero todavía no recordaba haberlo visto en ningún sitio, lo que sólo podía significar una cosa.Los Dumont no eran el verdadero cerebro de todo esto. Eran sólo los músculos y yo tenía que encontrar una manera de saber quién era exactamente el responsable de este ataque contra mí.Hice una lista mental de enemigos que podrían ser responsables de ello, pero cuanto más pensaba en ello, más me daba cuenta de que no era ninguno de ellos. Los Rockwe

Camilla estaba perdida en sus pensamientos mientras estaba sentada en la habitación. Había decidido no hacer ningún movimiento, ya que ahora era obvio que ya no estaba a cargo de lo que estaba sucediendo. Sentía que no tenía control y que todo el control ahora estaba en manos de Sergio y Scarlet. Estaban muy decididos a llevar a cabo su plan, y habían dejado en claro que no tenían la intención de dejarla participar por completo.Ahora tenía muy claro que eran personas desquiciadas y peligrosas y que no tenía idea de cómo lidiar con todo esto. Se culpaba a sí misma por haber aceptado trabajar con ellos en primer lugar. Ella había sido quien les había contado todo lo que había que saber sobre Damine, incluso dónde vivía, y ahora, sentada allí en la oscuridad total de su habitación, se arrepentía de todo esto.Había dejado que los celos se apoderaran de ella. Se había enfadado y había tomado decisiones tontas de las que ya no podía arrepentirse o, mejor dicho, no tenía ni idea de cómo ha

Maldita sea“Ten cuidado”, dije mientras ayudaba a Michael a salir de la silla de ruedas y lo colocaba en la silla de la habitación del hospital.Pronto le iban a dar de alta, pero había insistido en salir a caminar, al parecer el aire del hospital lo había estado molestando mucho. No podía decirle que no a muchas de sus peticiones, ya que me sentía muy culpable por lo que le había pasado. Él lo sabía y había estado aprovechándose de esto extremadamente bien durante los últimos dos días, enviándome a hacer recados y satisfaciendo todos sus antojos con mi tarjeta.Durante todo el trayecto, había intentado con todas sus fuerzas disimular el dolor que sentía. Lo intentó lo mejor que pudo, pero aun así, de vez en cuando, podía ver destellos de dolor en su rostro. Incluso ahora, cuando lo dejé en la silla, pude ver que se encogía brevemente y luego recuperaba la compostura. Había dejado en claro que no quería que me preocupara, pero, sabiendo el tipo de persona que era, iba a preocuparme d

Por alguna extraña razón, Sergio no podía quitarse de encima esa sensación de preocupación que lo embargaba. Mientras salía de la habitación en la que habían dejado a Andrea, su mente seguía repasando todo lo que había oído y no oído de la conversación entre las dos hermanas.Había notado que las palabras de Camilla no tenían la suficiente malicia como las que mostraba cuando estaba con él. Parecía que estaba teniendo dudas y, si ese era el caso, podría resultar un gran problema.“No dejes entrar a nadie más que a mí”, le dijo al guardia que estaba apostado afuera del dormitorio.Scarlet estaba de pie al final del pasillo esperándolo. Su persecución lo había puesto en la posición en la que se encontraban actualmente. Cuando la vio exhibir a su hijo como si fuera de otro hombre, se puso totalmente furioso y decidió dirigirse al campo para averiguar qué estaba pasando. No fue su amor por Scarlet lo que lo hizo hacer todo esto, honestamente no podía importarle menos ella. Era la flagrant

ANDREAAllí estaba yo, tumbada en la cama, pensando en todo lo que había pasado. Estaba embarazada, un nuevo descubrimiento al que no sabía cómo reaccionar.¿Estaba preparada para ser madre en primer lugar? ¿Cómo iba a afrontar la situación cuando naciera el bebé? ¿Seríamos capaces el bebé y yo de salir airosos de todo esto?Estas preguntas acosaban continuamente mis pensamientos mientras yacía allí tratando de reunir fuerzas. Finalmente había decidido comer algo. Me había dado cuenta de que ya no se trataba solo de mí, sino que también tenía que pensar en el niño que había dentro de mí. Un fuerte deseo de protegerlo se había apoderado de mí desde que me enteré y no tenía idea de cómo controlarlo.Sin embargo, mientras estaba tumbado allí mirando a mi alrededor, me quedó claro una cosa: no podía quedarme allí más tiempo. Había pensado en ello incontables veces mientras estaba en la otra habitación, en mi escape. Antes había resultado imposible, pero ahora que estaba allí tal vez exist