¿Leonardo Ortega?Cuando la puerta del auto se abrió y apareció aquel hombre de cabello largo, sentado en su silla de ruedas con ese aire sereno y cortés, tanto Inés como Zoraida se quedaron inmóviles por unos segundos.No lo esperaban en absoluto. Después de todo, hacía más de dos semanas que no lo veían.En aquella última ocasión, Zoraida aún estaba peleada con Elías, y él, como hermano mayor, había ido varias veces a buscarla para conversar y calmar las aguas. Pero su relación nunca fue del todo clara, y para evitar malentendidos, Zoraida había sido tajante: le pidió que dejara de aparecer tan seguido.Y él cumplió. Durante más de dos semanas no volvió a dar señales de vida.Por eso, al verlo de repente, el corazón de Zoraida dio un pequeño brinco, aunque enseguida se obligó a sonreír como siempre.—Leonardo, ¿cómo es que llegaste tan tarde hoy? Ya casi nos íbamos con Inés.—Precisamente por eso vine más tarde —respondió él con calma, mientras maniobraba la silla y el chofer le entr
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