¿Y qué más daba?Desde aquella conversación con Sebastián, Elías había tomado una decisión firme: iba a aprender de él.Si la mujer que amaba no lo quería, no importaba. Ya no pensaba seguir siendo el mismo tipo inseguro y complaciente de antes. Ahora sería directo, audaz, insistente. Pelearía por ella, la provocaría si era necesario, pero no volvería a retroceder.Al fin y al cabo, si a Sebastián le había funcionado con Inés, ¿por qué él no podía lograr lo mismo con Zoraida? Tal vez, con un poco de suerte, los “segundones” también podían tener un final feliz.Zoraida, por supuesto, no tenía idea de lo que pasaba por su cabeza. Cuando oyó que Elías volvía a tirarle indirectas a Leonardo por seguir soltero, se puso tensa de inmediato. Pensó en lo frágil que estaba él últimamente y, sin dudarlo, se volteó hacia Elías, jalándolo del brazo.—¡Basta ya! No sigas hablando así. ¡Leonardo es tu hermano mayor, muestra un poco de respeto!—Yo creo que estoy siendo muy respetuoso —murmuró Elías,
Read more