Si hubiera sido la de antes, al escuchar la propuesta de Esteban, habría armado un escándalo. Él conocía mi temperamento, así que después de soltar su decisión, también mencionó a mis padres.—Tus padres ya están grandes, no pueden cuidar bien a Lola. En este momento, nosotros también deberíamos hacer nuestra parte...Antes de que él terminara de hablar, mi hijo, Santiago, corrió hacia mí y comenzó a mover mi brazo sin parar, mientras, en voz mimosa, me decía:—¡Mami, deja que la tía se venga a vivir con nosotros! Si no te gusta que viva contigo, yo le doy mi cuarto. Mami, por favor, acepta lo que dice papá...Los gestos y el tono de Santiago eran algo que nunca había visto desde que había nacido. Siempre había sido como Esteban, con rostro serio, y, normalmente, pasaba por alto toda mi atención hacia él.Pero ahora estaba dispuesto a renunciar a su comodidad por Lola. Mis uñas se clavaron en la carne de mi muñeca, dejando marcas rojas.Respiré profundamente y aparté la mano de S
Read more