Camila abrió los ojos con dificultad, jadeando y forcejeando mientras gritaba:—¡León, eres un maldito animal! ¡Tu esposa y tu propia madre siguen en el agua, ¿y ya te fuiste en el crucero?! ¡¿Acaso no sabes que Ana está embarazada de tu hijo?!El viento marino azotaba con furia, arrastrando sus gritos hasta hacerlos ininteligibles.Pero León solo tenía ojos para su primer amor frágil. ¿Qué le importaba yo, su esposa desechable?Los ojos de Camila ardían de indignación, hasta que, exhausta, volvió a desmayarse.En ese momento, noté con horror que los tiburones de mi vida pasada se acercaban lentamente hacia nosotras.Aterrorizada, nadé con todas mis fuerzas en dirección opuesta. Pero estaba embarazada, arrastraba a un adulto con mi brazo izquierdo y, por más que me esforzara, no lograba alejarme.Con desesperación pensé: Esta vez, tal vez no escaparía.León, en mi vida pasada me odiaste por haber gritado pidiendo ayuda, porque 'había retrasado' tu rescate a tu amada.Pero en es
Baca selengkapnya