Mitchell Park Library Palo Alto

Do you know I could sue you for assault, Miss Athena? I have lots of witnesses who could testify about it." "You, just because you are a billionaire, you think you can command me. Then you are wrong." "Of course, I could, and I would right now. Picked up all the papers on the floor and resumed reading the files." He commanded and settled back on his seat. "You cannot order me because I'm not your employee anymore." I resumed walking to the door, but the two bodyguards brought me back in front of him despite my screaming in protest. "Alex!!. "File the case against Miss Athena for assault." "Yes, Sir.". "You can't do that," "Of course, I could." Go, send me to prison. You asshole, bastard, animal, coldhearted, devil!!! Fuck you!!! "Do you have any family, Miss Athena?" Alex finds her family and makes sure... "I'll do it!!! I screamed in frustration. I crawled onto the floor and picked up all the folders and papers on the floor. "Now, resume where we stop." I hate him so much. *** Zachary Anderson, 23 years old. His father is the number one businessman in the country and his mother is the most sought actress of all time. He always gets what he wants until he meets her. Athena Park, 20 years old an orphan living with her fifteen years old brother. Athena has no other choice but to stop her study to find a job for their living because the money that their parents left is getting less every day. She got a different job within two years until she was hired at one of the Anderson buildings as a receptionist. She was only working for three months at the Anderson building when she meet him and her not-so-comfortable life turned into hell.

Mi hermana, María Sánchez, que siempre despreciaba la escuela, de pronto quiso presentar el examen para la universidad y les pidió a mis papás que me casaran con el hijo de un alto mando militar; a cambio, el general pondría el dinero para su carrera, un “apoyo” disfrazado de arreglo. Entonces supe que ella también había renacido. En la vida pasada, a María los libros le daban flojera: salió de la prepa y se casó con el hijo del comandante de zona, con un arreglo generoso de por medio. Luego a Bruno lo cambiaron a la frontera norte, a una Zona Militar pegada a nogales; a ella le repugnó el entorno y se negó a irse con la tropa. Yo, en cambio, terminé la universidad a puro trabajo y ahorro, entré a una dependencia pública con plaza base y me volví, por fin, capitalina de verdad. Ya metida en la vida castrense, María empezó a cobrar mordidas usando el nombre del suegro general. Lo metió en broncas con los de arriba; la Contraloría de la Militar lo bajó de puesto sin miramientos y, al final, la suegra la corrió de la casa. Tras el divorcio, la engancharon con una “asesoría” para invertir en la Bolsa de Valores; vino el desplome y quemó los ahorros de jubilación de mis papás. Sin salida, se me pegó y, cuchillo en mano, me obligó a entregarle mis ahorros y mi casa “para levantarse otra vez”. En el jaloneo me dio doce puñaladas. Me desangré. Cuando abrí los ojos otra vez, estaba de vuelta al principio: mi hermana les pedía a mis papás que me casaran con Bruno. Yo acepté encantada y me di de baja de la prepa de inmediato.