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Capítulo 118

Author: Violeta
La esposa de Felipe, Sara Dorado, era cliente habitual de la tienda con membresía. Las vendedoras, que habían logrado muchas ventas gracias a ella, de inmediato la atendieron con mucho respeto. Primero le sirvieron una taza de café y luego la acomodaron en el sofá.

—Señorita Sánchez, ¿cuánto ganas al mes para permitirte a entrar en una tienda de lujo? —preguntó Sara acariciando su bolso LV con mirada desdeñosa—. Jóvenes como tú no deberían dejarse llevar por la vanidad. Si no tienen el nivel, mejor no fingir.

Celia también se rio.

—Entonces, señora Fernández, ¿no considera el uso del dinero que su esposo obtuvo mediante sobornos como un tipo de vanidad? Me pregunto qué sentiría el señor Felipe Fernández, ahora en prisión, si lo supiera.

—¡Desgraciada! ¡Y aún te atreves a mencionar esto!

El tema hizo saltar a Sara como un resorte.

—Vieja desalmada, si te atreves a gritarle a mi niña, ¡pagarás por ello! —Nieve la fulminó.

—¡Vieja loca! ¿A quién llamas vieja?

Nieve se escondió tras Celia,
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