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Capítulo 138

Author: Violeta
Al ver el intenso odio en sus ojos, César sintió un nudo en su pecho que le bloqueaba casi todo el aire, causándole una opresión difícil de sobrellevar. Luego de unos minutos de silencio, la fuerza con la que sujetaba su muñeca finalmente se aflojó.

—Lo siento mucho. No sabía que la ambulancia llegaría tarde.

Resultaba que el señor César Herrera, siempre tan altivo, también sabía cómo explicar sus acciones y disculparse… Pero ya era demasiado tarde.

Los ojos de Celia estaban aterradoramente rojos. Un sabor salado y metálico le subió a la garganta. Sonrió con sarcasmo.

—Pacientes con dolor torácico y apoplejía tienen prioridad en la reanimación. ¿Cómo es posible que no lo supieras? ¿Un niño que se cayó de la azotea, de poco más de dos metros de altura, no podía esperar unos minutos más la ambulancia? ¿Tenía que competir con un paciente de infarto? ¡Esos minutos eran el tiempo de rescate dorado para mi padre! ¡Y ustedes se lo arrebataron!

Todo su cuerpo temblaba de forma descontrolada. E
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