Capítulo 2

En ese momento, llamaron a la puerta. Me recompuse y abrí.

—El Alfa está borracho y quedó inconsciente. Te lo traje.

Le di las gracias y tomé el brazo de Kade, aguantando su peso. Por primera vez, Kade estaba dócil. Hundió la cara en mi cuello y empezó a murmurar cosas sin sentido.

—No te vayas… Anya… no… Selena… mi Luna…

Sus palabras quedaron suspendidas en el aire y el salón se hundió en el silencio.

—Anya, no le hagas mucho caso. Está borracho. Seguro le decía a algún invitado que no se fuera. Además, también dijo tu nombre…

Logré forzar una sonrisa amarga.

—Sí, ya sé.

Al ver mi aparente calma, Ryan suspiró aliviado y se fue rápidamente. Me senté al borde de la cama, con la mirada fija en los pergaminos esparcidos sobre la mesita de noche.

Fue entonces cuando caí en la cuenta de que, en cuatro años como su compañera secreta, jamás había puesto un pie en su estudio. Ahora, solo necesitaba confirmar una cosa.

¿La Selena que había murmurado era la persona que yo creía? Observé a Kade, que seguía inconsciente.

—No te vayas… —murmuró de nuevo, su brazo buscándome por instinto.

Tras pensarlo un momento, caminé hacia el estudio. Este era el santuario personal del Alfa, un lugar al que ni siquiera Chloe tenía permitido entrar.

Atravesé la pesada puerta de roble. Los estantes estaban repletos de manuales de táctica amarillentos y polvosos códigos de la ley de la manada.

Busqué con la mirada una pila de pergaminos antiguos en un rincón, con la esperanza de encontrar alguna pista. Me acerqué y reacomodé con cuidado los tomos que contenían el legado de nuestro linaje de hombres lobo.

Una fotografía se deslizó de entre las páginas de un libro. Me agaché para recogerla y me quedé petrificada.

Los bordes de la foto estaban tan desgastados de tanto tocarla que era obvio que alguien la había atesorado por mucho tiempo. La joven loba de la imagen tenía unos ojos casi idénticos a los míos.

Claro que eran parecidos. ¿Cómo no iban a serlo? Después de todo, era mi media hermana, Selena.

La mano me temblaba mientras sostenía la foto y un dolor agudo me estaba matando. En ese instante, una poderosa onda de enlace mental golpeó mis barreras.

No era para mí, sino el enlace grupal del círculo cercano de Kade.

Como su compañera marcada, podía recibir pasivamente fragmentos de sus conversaciones cuando su energía mental era inestable; un mecanismo de seguridad para no perderme información importante de la manada.

Nunca pensé que sería útil en un momento como este.

—Oigan, no van a creer esto. Anoche el Alfa estaba abrazando a Anya, pero decía el nombre de Selena. Casi me da un infarto.

—Menos mal que reaccioné rápido y lo cubrí. Si no, imagínense que se entere de que el Alfa solo la marcó por capricho. Esa Beta se volvería loca.

—¿No se suponía que el Alfa era súper fiel? ¿Que no iba a dejarla cuando se aburriera? ¿Por qué ahora parece que va más en serio?

—Ya sé, qué raro. Antes se quejaba de que Anya era muy vieja y aburrida para él. ¿Por qué no la ha dejado todavía?

La conversación en el enlace mental se volvió cada vez más cruel. Mi loba gruñó en mi interior, pero la desesperación consumió mi razón.

Quise cortar la conexión, pero entonces escuché algo todavía más doloroso. Lo que dijeron después fue todavía peor.

—Oigan, ¿saben lo que me enseñó Selena? Parece que Anya no es nada aburrida —dijo uno de ellos con entusiasmo.

—Jaja, resulta que la Beta calladita es toda una fiera en la cama.

Al escuchar eso, sentí que me tragaba la tierra.

—Con razón se ganó el corazón de nuestro Alfa.

—Lástima por ella. Un reemplazo es solo un reemplazo. Ahora que la original regresó, se acabó su tiempo.

Deseaba con todas mis fuerzas que se callaran, pero no podía hacer nada. Recordé otra ocasión, poco después de que nos marcamos, cuando escuché por accidente a los hombres de Kade hablar de mí.

En ese entonces, él había salido furioso, con toda la fuerza de su autoridad de Alfa provista de una intención asesina.

—Cierren la boca. No pueden hablar así de Anya.

En ese momento, creí que él podía protegerme, que estaría dispuesta a ser su compañera secreta, aunque fuera temporal. Pero ahora, lo único que hacía era emborracharse hasta perder el conocimiento, una y otra vez, por mi hermana.

No pude escuchar lo que dijeron después. Así que Kade no solo me estaba usando como un reemplazo.

Estaba dispuesto a pisotear mi dignidad por Selena. Esos recuerdos íntimos y privados, grabados en secreto y sin mi conocimiento, eran usados para entretener a Selena.

¿Pero por qué? Ella era la hija bastarda del amorío de nuestra madre.

Fue mi madre quien despreciaba a mi padre por las cicatrices de guerra que cubrían su cuerpo. ¿Entonces por qué ahora todos estaban del lado de Selena y me despreciaban a mí? Un dolor desgarrador me partió el pecho y las lágrimas comenzaron a brotar sin control.

Me las sequé rápido, con las manos temblorosas, mientras usaba mi propio cristal de memoria para grabar todo como evidencia. Rastreé la conexión y descubrí planes aún más horribles.

La llamada nocturna para recoger a Kade borracho, con lobos solitarios convenientemente puestos en mi camino para acosarme.

Emborracharlo a propósito con licor fuerte mientras yo me recuperaba de una herida, solo para verme atender a sus invitados mientras aguantaba el dolor de la infección.

Incluso el empeoramiento de la salud de mi padre se debía a un veneno de acónito que le habían estado dando en secreto.

Cada revelación era una cuchilla de plata que se hundía más en mi corazón. Las lágrimas me nublaban la vista. Me mordí el labio con fuerza, conteniendo los sollozos que amenazaban con escapar.

Yo era un juguete, la herramienta más conveniente a su lado, pero nunca su amor. Lo único que quería ahora era borrar esos recuerdos íntimos que quizá ya habían difundido.

Pero cuando intenté buscarlos en su mente, me encontré con una poderosa barrera mental de Alfa. No podía acceder a esas humillantes colecciones.

Dejé la foto de Selena donde la encontré, con el corazón hecho cenizas. Con razón siempre tenía excusas cuando yo mencionaba hacer pública nuestra relación.

Mi supuesto vínculo de pareja no era más que el delirio de un reemplazo. Cuando salí del estudio, un mensajero de la manada me entregó respetuosamente una invitación formal sellada con el emblema de un lobo plateado.

—Una invitación formal de Jasper, el Alfa de la manada Silver Crest.

El mensajero me entregó con respeto un sobre plateado grabado con el sello de la Diosa de la Luna.

—El Alfa Jasper de la manada Silver Crest invita formalmente a Anya a servir como su jefa guerrera. Espera su respuesta.