Share

Capítulo 3

Auteur: Shirley
—Dile a tu Alfa que acepto la invitación.

Vi un destello de sorpresa en los ojos del mensajero, y una extraña sensación de satisfacción creció dentro de mí.

—¿Cuándo podrías empezar?

—En una semana.

En cuanto se fue el mensajero, guardé la invitación, con la mente ya puesta en el futuro. Ya que Kade solo me veía como una sustituta, no tenía caso desperdiciar mi juventud en esa farsa de relación.

La manada Silver Crest era más fuerte que la manada Luna Negra, y el puesto de jefa guerrera me ofrecía un futuro mucho mejor que mi situación actual. Empaqué una maleta pequeña y manejé hacia los cuarteles de los veteranos, en los límites del territorio de la manada.

—¿Anya?

Mi padre abrió la puerta, gratamente sorprendido.

—¿Qué haces aquí a estas horas?

Su cara estaba aún más pálida que la última vez que lo vi, y la tos ronca, producto de sus viejas heridas de guerra, era peor.

—Tengo buenas noticias.

Le dije mientras lo tomaba del brazo, que le temblaba un poco.

—La manada Silver Crest me invitó a ser su jefa guerrera.

Mi padre se emocionó tanto que le dio un ataque de tos. Rápidamente le di unas palmadas en la espalda.

—¡Qué bueno, qué bueno! ¡Siempre supe que mi hija era la mejor guerrera!

Una vez que se calmó, su expresión se tornó seria.

—¿Y tu relación con el Alfa?

Mi sonrisa se tensó un poco.

—¿Qué relación?

—No te hagas la inocente conmigo. A tu padre no lo engañas.

Dijo, con una actitud seria.

—Necesitas que organice una ceremonia de unión para ti, y pronto. Es la única forma de asegurar tu lugar. Cuando tengas tiempo, tráelo a verme. Necesito hablar con él.

Sentí amargura, pero para no preocupar más a mi padre, asentí.

***

Cuando regresé a la guarida del Alfa, Kade acababa de despertar. La resaca lo hacía ver desaliñado, con el cabello dorado y revuelto sobre la frente.

—¿Anya?

Se frotó las sienes.

—¿Qué pasó anoche?

—Tomaste demasiado anoche. Ryan te trajo a casa.

Kade se incorporó y extendió la mano hacia mí.

—Ven acá.

Era ese tono autoritario que siempre usaba, el que yo solía obedecer sin resistirme. Pero ahora, su voz me provocaba una repulsión extraña.

Instintivamente, di un paso atrás.

—Voy a preparar la comida.

—Anya.

El tono de Kade era de fastidio.

—Dije que vengas.

Caminé de mala gana hasta el lado de la cama, pero cuando su mano me tocó, las náuseas que sentía se intensificaron.

—¿Qué te pasa?

Kade percibió mi malestar.

—Estás pálida.

—No es nada, tal vez...

Antes de que pudiera terminar, lo empujé y corrí al baño, donde me incliné sobre el inodoro y quise vomitar. Kade me siguió, sobándome la espalda con gesto preocupado.

—Me he sentido un poco rara… El estómago me ha estado dando problemas últimamente.

—No estarás… embarazada, ¿verdad?

Sus palabras nos dejaron helados a los dos. Miré el reflejo de Kade en el espejo y alcancé a ver un destello fugaz de alegría en sus ojos.

Tal vez ni él mismo se dio cuenta, pero el orgullo primitivo e instintivo de un Alfa al saber que su compañera podría estar embarazada llegó a través de nuestro vínculo, con una claridad absoluta.

—Te acompaño para una revisión esta tarde.

Asentí, dudando unos segundos antes de elegir mis palabras con cuidado.

—Esta tarde, ¿podrías… acompañarme a ver a mi padre?

Kade estaba recargado en el marco de la puerta, mirando su teléfono. Respondió con un distraído “mm”. Me sorprendió que aceptara tan fácil, y una mezcla complicada de emociones se agitó en mi interior.

Fuera genuino o solo una actuación, todavía no podía permitirme una confrontación. Necesitaba tranquilizar a mi padre.

Bajé a la cocina. Para cuando salí con un tazón de sopa, Kade ya estaba vestido y se dirigía a la puerta.

—Tengo una reunión urgente en la frontera esta tarde. Tendrás que ir sola a la revisión. Si hay noticias, avísame por el enlace mental.

—¿Y lo de mi padre...?

—Mándame la dirección.

El sonido de la puerta al cerrarse cortó cualquier cosa que fuera a decir. No dije nada más. Me senté a la mesa, le di un par de cucharadas a la sopa y perdí el apetito. Empujé el tazón de porcelana y caminé rápidamente al centro médico de la manada.

En el consultorio del sanador, tomé los resultados de la prueba con una mano que no dejaba de temblar. Positivo. Estar embarazada en un momento como este era la broma más cruel de todas.

Podía sentir el deseo de Kade por este cachorro a través de nuestro vínculo de pareja, con claridad. Pero la existencia de este bebé lo complicaría todo.

Guardé el informe con cuidado en mi bolso. Cuando salía de la clínica, vi el auto de Kade estacionado cerca. Estaba en el asiento del conductor, al parecer esperando a alguien.

Selena, con un vestido azul pálido, caminaba a paso ligero hacia el auto de Kade, con una sonrisa dulce.

—Gracias por acompañarme —dijo, con una voz suave y empalagosa.

—¿Cómo te fue en la revisión?

La voz de Kade era amable de una forma que me pareció extraña.

—El doctor dijo que todo se ve bien. El cachorro está muy sano.

Se me detuvo el corazón.
Continuez à lire ce livre gratuitement
Scanner le code pour télécharger l'application

Latest chapter

  • Quédate Con Tu Luna Podrida   Capítulo 23

    —Liam, el padrastro de Selena, está aquí en la manada Silver Crest. Insiste en verla.No supe ni qué pensar y levanté la mirada de una pila de documentos de la manada. Antes de que pudiera decir algo, la puerta de la oficina se abrió desde afuera.Mi asistente intentó detenerlo, pero se lo impedí.—Puedes retirarte.—Sí, Luna.Le serví un vaso de agua. Un segundo después, me lo arrojó a la cara. Por si fuera poco, una cachetada me resonó en la cara.El sabor a sangre me inundó la boca.—¡Maldita!Liam me apuntó con el dedo y gritó:—¿Quién te crees para apoderarte de los bienes de la manada Luna Negra?—La manada Luna Negra era un cascarón vacío. Es mejor que yo controle su patrimonio a que caiga en manos de extraños.Saqué unos pañuelos y me sequé lentamente el agua de la cara.—Además, creo que no entiendes la situación. Ya no existe la manada Luna Negra. Si quisiera, mañana mismo podría cambiarle el nombre.Liam me señaló, temblando de coraje.—¡Loba malagradecida! Te apoderaste del

  • Quédate Con Tu Luna Podrida   Capítulo 22

    Selena se desplomó en el suelo.Me miró como si fuera la diosa de la venganza que había venido a reclamar su vida.La noticia de la alianza matrimonial entre el Alfa de la manada Silver Crest y una guerrera de la manada Luna Negra sacudió a toda la comunidad de hombres lobo del norte.Todos sabían que la manada Luna Negra llevaba años en decadencia, y que aquella guerrera Beta acababa de ser rechazada en público por un Alfa, con su reputación destrozada.Nadie se explicaba por qué el poderoso Alfa Jasper, de sangre pura, elegiría a una Beta rechazada como su Luna.Incluso Kade estaba confundido. No lograba descifrar a qué estaba jugando Jasper.Antes de que Kade pudiera reaccionar, los himnos sagrados para la coronación de la Luna comenzaron a sonar.Levantó la mirada al escuchar la música y vio cómo se abrían las puertas del salón ceremonial.Una mujer, ataviada con un vestido de Luna blanco plateado, caminaba lentamente hacia el altar.Cuando por fin le vio la cara, la mente de Kade

  • Quédate Con Tu Luna Podrida   Capítulo 21

    No sé cuánto tiempo pasó. Sentí que me ahogaba en ese beso, tan largo. Un instante antes de quedarme sin aire, Jasper apartó sus labios un poco, pero se resistía a separarse del todo, dándome un beso en la comisura de la boca.—¿No me deseas?—Sí.Su voz sonó rasposa contra mi oído, su aliento de Alfa recorriendo mi cuello acalorado.—Ahora no.—Sabes lo que quiero, Anya.Sonreí forzadamente.—Lo único que puedo ofrecerte es venganza.Su manzana de Adán se movió bajo su piel pálida. Su instinto de Alfa lo impulsaba a marcarme, pero la razón lo frenaba.—Lo único que importa es que tú quieras. Yo me encargo de lo demás. Que no se te olvide que, además de ser el Alfa de la manada Silver Crest, también controlo la red comercial más grande del norte. No dependo de ninguna manada. Así que confía en mí, solo por esta vez. No me importa si me usas o si soy un escalón en tu camino. Lo que quieras, yo te lo doy.—¿Y si quiero ser tu Luna?En ese momento, quería probar cómo se sentía estar en la

  • Quédate Con Tu Luna Podrida   Capítulo 20

    El funeral se llevó a cabo tres días después. No vino mucha gente, principalmente los viejos compañeros de armas de mi padre.Yo permanecía en silencio frente a la lápida, vestida con el atuendo negro y formal de guerrera.—Hermana, te acompaño en este momento de dolor. No te pongas así. Que tu padre haya aguantado tanto demuestra lo buena hija que fuiste. Pero ahora nos tienes a nosotras, somos tu familia.Al escucharla, le lancé una mirada indiferente a mi madre, que iba vestida de forma ostentosa. Selena, por su parte, apretó la mandíbula y siseó en un tono que solo yo podía escuchar:—Ni se te ocurra pensar que eres parte de nuestra familia. Eres un ave de mal agüero. Tú mataste a tu propio padre con tu mala suerte, ¿y ahora quieres traernos la desgracia a nosotras? Si te hubieras quedado como la simple Beta que eres, calladita y sin dar problemas, a lo mejor tu padre habría vivido unos años más. Pero no, con una hija tan problemática como tú, seguro sintió que su vida era una mald

  • Quédate Con Tu Luna Podrida   Capítulo 19

    Apenas había dicho eso cuando Jasper se interrumpió, molesto. Escucharme menospreciarme con esa indiferencia fingida había despertado sus instintos protectores de Alfa.Me quedé paralizada, sin saber qué decir.—Perdón.Su voz de Alfa sonó grave y solemne. Ahora la nerviosa era yo. Agité las manos de un lado a otro.—No, no… no es eso…—No tenía idea de todo lo que tuviste que aguantar por esos rumores.Mi cara se quedó rígida.—Nunca dije nada porque… me gustaba que la gente nos relacionara. Sentía que eso nos conectaba, que me hacía especial para ti de una forma que los otros Alfas no lo eran. Te dejé una carta antes de irme a entrenar al otro continente, pero nunca…Una alerta urgente en su comunicador lo interrumpió. Era la clínica de la manada.Sin que me importara nada más, contesté la llamada. Después de escuchar al sanador, me quedé inmóvil un buen rato tras colgar, con un ligero temblor en las yemas de los dedos.—¿Qué pasó?—Llegó una hierba muy difícil de conseguir que puede

  • Quédate Con Tu Luna Podrida   Capítulo 18

    Antes de que el cenicero de plata tocara el suelo, giré sobre mis talones y le di una patada a Selena en el estómago.El dolor la hizo doblarse.—Todos lo vieron. Actué en defensa propia.Me incliné y le susurré al oído a Selena:—Me llamaste Beta inútil, ¿no? Perfecto. Arreglemos esto como lo haría una guerrera Beta. ¿Te encanta hacerte la víctima y distorsionar la verdad? Te voy a dar una razón en serio para que llores.Había entrenado combate con mi padre desde niña. Mi fuerza superaba por mucho la de una loba común y corriente. Lidiar con dos hijas de Alfa consentidas fue pan comido.Cuando llegaron los guardias de la manada, tenía la mano izquierda enredada en el cabello de Selena y el pie derecho en la espalda de su amiga.Daban lástima, con la cara hecha un desastre de mocos y lágrimas.Selena se cubrió la cara y chilló:—¡Sabía que estabas fingiendo todo este tiempo! ¡¿Crees que Kade y Jasper van a querer a una Beta insignificante como tú cuando vean lo salvaje que eres en real

Plus de chapitres
Découvrez et lisez de bons romans gratuitement
Accédez gratuitement à un grand nombre de bons romans sur GoodNovel. Téléchargez les livres que vous aimez et lisez où et quand vous voulez.
Lisez des livres gratuitement sur l'APP
Scanner le code pour lire sur l'application
DMCA.com Protection Status