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Capítulo 96
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Tuya hasta el último latido Capítulo 100
—Quiero volver a tomar una serie de fotos.—Está bien.Marisol respondió, viendo que Adrián la miraba intensamente, tuvo una vaga sensación de presagio.Adrián no dijo nada, solo siguió mirándola, como si quisiera que ella misma entendiera.Marisol se sintió incómoda:—No me digas que planeas que yo te tome las fotos.—¡Exacto!Adrián se emocionó al instante:—Maris, la vez pasada cuando fuiste conmigo al estudio fotográfico, me di cuenta de que te interesa mucho la fotografía, ahora te doy esta oportunidad.—Yo seré tu modelo, tú exprésate libremente, ¿qué te parece?—No me parece.Marisol lo rechazó sin pensarlo.—Si realmente quieres dar la vuelta, deberías buscar un fotógrafo más hábil para que te tome fotos. Con el poder de los Garza, no sería difícil.—¡Eso sería aburrido!Adrián se veía radiante, sus ojos cada vez más brillantes:—Aunque salgan bien, la gente dirá que fue por la habilidad superior del fotógrafo. Pero contigo es diferente.—Confío en que puedes tomar buenas fotos
Tuya hasta el último latido Capítulo 99
Por este lado, Marisol no tenía idea de que los Ríos aún no querían dejarla en paz. En este momento estaba acurrucada en el sofá escuchando las quejas incesantes de Adrián.—Realmente es ridículo, claramente las fotos salieron mal, ¿cómo es que las bajas ventas ahora son mi culpa?—Soy tan guapo, ¡y ese fotógrafo ni siquiera capturó ni la diezmilésima parte de mi atractivo! ¡Qué basura!—¡Este tipo de revista que solo echa culpas, definitivamente no la vuelvo a tocar!—...Adrián habló por tanto tiempo que se le secó la boca, tomó su vaso y bebió un gran trago de agua, luego miró a Marisol:—Maris, dime, ¿tengo razón o no?—Sí, tienes razón en todo.Marisol respondió sin ganas, no pudo evitar bostezar.Últimamente su energía empeoraba cada vez más, probablemente era efecto de los medicamentos, no importaba cuánto durmiera cada día, nunca era suficiente.Si no fuera porque Adrián preguntó de repente, realmente habría cerrado los ojos y se habría dormido.—¡Maris, no estás prestando nada
Tuya hasta el último latido Capítulo 98
Por la noche, la familia Ríos se sentó a cenar.Elena apenas comió unos bocados antes de dejar los cubiertos, se veía de muy mal humor, sin apetito.Ricardo la miró y preguntó casualmente:—¿Qué pasa? ¿No fuiste a una reunión hoy? ¿Qué te tiene tan molesta?—Mejor ni lo menciones.Elena se molestó solo de recordar la reunión:—Si hubiera sabido que Simona la organizó, no habría ido.—¿Simona?Ricardo dejó el tenedor, frunció el ceño mirando a Elena:—¿Por qué te invitaría ella?—Papá, mejor no preguntes —Lucía le recordó en voz baja.—¿Qué pasó? —Ricardo se puso serio—. ¿Simona las maltrató?—No podemos culparla —Elena suspiró—. Somos nosotros los que no educamos bien, le dimos una excusa, es normal que ella la use para decirnos un par de cosas.—Ricardo, sigo pensando que tenemos que hacer que Maris regrese a casa. Sin mencionar que está enferma y debe regresar, ¡tampoco puede seguir viviendo en casa de Alonso!—A los Garza no les importa, con su posición social, las mujeres se les la
Tuya hasta el último latido Capítulo 97
Además, desde las tendencias de la exposición fotográfica, ya varias amigas le habían preguntado sobre la situación.Aprovechando esta oportunidad para aclararlo todo de una vez, también se ahorraba tener que dar más explicaciones.—Es que mi hijo es muy bondadoso...Simona suspiró, todos la escucharon aturdidos.¿Qué significaba esto?¿Marisol estaba acosando a Alonso? ¿Y se había ido a vivir a casa de Alonso? ¡Qué desvergonzada!Margarita captó el significado profundo, la sonrisa regresó a su rostro:—Ya veo, la señora Ríos realmente es muy hábil criando hijas.—Con una hija así, la señora Ríos no tendría problemas para entrar a nuestras reuniones. Con esas habilidades, aunque no pueda aferrarse a los Garza, ¡podría encontrar un buen partido!—Exacto, todas las presentes deben cuidar sus palabras y acciones, ¡quién sabe si alguien se convertirá en consuegra de la señora Ríos!Todas se burlaron entre risas, sin importarles la palidez del rostro de Elena.Lucía finalmente entendió: ¿qu
Tuya hasta el último latido Capítulo 96
Siguiendo el horario y ubicación de la invitación, Elena llegó puntualmente con Lucía.Al llegar al lugar, Lucía descubrió que Valentina también estaba ahí.Obviamente, Valentina tampoco esperaba que Lucía apareciera en la reunión. Después de la sorpresa, sintió cierta aversión.Lucía no le importó en absoluto, con cierta provocación, sonrió y saludó a Valentina:—La señorita Rivas también está aquí.La mamá de Valentina, Margarita, sabía por Valentina que Lucía estaba embarazada del hijo de David, este asunto había entristecido a Valentina por varios días.Aún así, Valentina seguía pensando en David.Y Lucía, embarazada y tan llamativa, claramente quería molestar a Valentina a propósito.Pensando en esto, Margarita naturalmente no le dio buena cara a Lucía:—Ay, ¿desde cuándo hasta las don nadie pueden venir a las reuniones?Otras señoras cercanas también se unieron:—Exacto, ¿una familia pequeña como los Ríos también merece estar aquí?—Señora Ríos, ¿no se equivocaron de puerta?Ante
Tuya hasta el último latido Capítulo 95
Al escuchar esto, Alfredo se enfureció tanto que su cara se puso roja:—¿Me... me estás amenazando?—Solo es un recordatorio.Alonso los miró a ambos, añadiendo meticulosamente:—También deberían conocer mi carácter, no es necesario que desafíen mis límites.—Tú... tú...Alfredo estaba tan furioso que no podía ni hablar. Nunca se imaginó que el hijo que más tranquilidad le daba, del que más se enorgullecía, un día lo desafiaría así.¡Y todo por una mujer ordinaria de vida corta!—Alonso, no hagas enojar más a tu papá.Simona quiso extender la mano para tomar a Alonso, pero su presencia la intimidó y retrocedió.Había sido mimada toda su vida, pero solo le temía a su hijo precioso.En este momento estaba en una situación difícil, sin saber qué hacer.—Ya quedó todo claro, me voy.Alonso se dio la vuelta para irse, Alfredo gritó de repente:—Si realmente insistes en estar con esa mujer, ¿no temes perder tu posición como líder de los Garza?Alonso no volteó:—Me gustaría ver cómo funciona
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