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Capítulo 2

작가: Nora
Esa noche, Alba estuvo atormentada por pesadillas.

En sus sueños, las reprimendas de sus padres se entrelazaban con las palabras cariñosas de Carlos Sainz.

“Si te casas con Carlos Sainz, no vuelvas a entrar ni un paso a la casa de los Flores.”

“Alba, no te defraudaré, seré la persona más cercana de ti en este mundo.”

***

Hace cinco años, desoyendo la oposición de sus padres, rompió el compromiso que tenían desde la infancia y se casó con Carlos Sainz.

Por ello, su padre sufrió un ataque al corazón de la rabia, y su madre soltó palabras duras:

“Llorarás por esto un día.”

Alba eligió creer en el amor, y con su maleta en la mano, dejó todo para mudarse sola a la capital.

Durante cinco años, el amor de Carlos por ella no sólo no disminuyó, sino que creció día a día.

Los amigos de Carlos solían bromear:

—Si Alba señala una estrella en el cielo y dijera que le gusta, Carlos lo bajaría por ella con la escalera.

Alba se cubrió la boca y rió a carcajadas al escucharlo.

Porque Carlos realmente le había “traído” una estrella.

Un día, Alba vio una estrella azul en una revista de astronomía y dijo que era muy especial.

Ese año, en su aniversario de novios, recibió un certificado de la agencia del Reino Unido “Star Name Registry”.

Esa estrella azul que brillaba en el espacio, desde ese momento, es suya.

Carlos colocó un telescopio en el balcón del dormitorio.

Alba casi todos los días, lo observaba parpadear a través del lente.

Con su feliz matrimonio, demostraba a sus padres que no habían confiado en la persona equivocada.

Si el matrimonio fuera una apuesta, ese certificado de matrimonio falso sería la mejor prueba de que había perdido la apuesta.

En medio del sueño, Laura apareció frente a ella, gritando:

—Alba Flores, tú eres falsa, ¡yo soy la verdadera señora Sainz!

Alba negó con fuerza, histérica:

—¡No! ¡No lo creo!

De repente, Carlos apareció detrás de Laura y la miró fríamente.

Alba, aferrándose a un salvavidas, gritó:

—Carlos, dile que yo soy su esposa.

Pero Carlos no la miró y tomó la mano de Laura, dándose la vuelta para irse.

—¡Carlos Sainz!

Alba despertó sobresaltada de su sueño.

—Estoy aquí, Alba, ¿tuviste una pesadilla? —preguntó Carlos con preocupación, acariciándole la espalda.

Las lágrimas brotaron sin control de Alba.

—Carlos, ¿quién soy?

Carlos se sorprendió, luego sonrió y le pellizcó la nariz:

—Eres Alba Flores, la persona que más amo, eres mi esposa.

¿De verdad?

Quería preguntarle directamente, si ella era tan importante para él, ¿por qué falsificó el certificado de matrimonio para engañarla?

—Carlos, el certificado…

El teléfono que Carlos había dejado en la mesita de noche sonó.

Alba miró y vio: “Laura”.

Carlos acarició la mano de Alba con indiferencia:

—El certificado lo hará el abogado cuanto antes. La empresa tiene asuntos urgentes, voy a atenderlos primero.

Apenas salió del dormitorio, contestó el teléfono con impaciencia:

—Laura, no te preocupes, voy enseguida.

Al mismo tiempo, Alba recibió la llamada del director del orfanato donde hacía voluntariado:

—Alba, hay una pareja interesada en adoptar a Sofía. El señor Sainz mencionó que ustedes querían adoptarla. ¿Tienes tiempo para venir a verla?

Alba se cambió de ropa y condujo hasta el orfanato.

Allí vio a Carlos parado en la entrada de la escalera y quiso saludarlo, pero un cuerpo pasó volando y se lanzó a los brazos de Carlos.

—¡Carlos, por fin llegaste! ¡Ayuda a Sofía!

Carlos abrazó a Laura y la tranquilizó:

—Tranquila, no dejaré que nadie se lleve a nuestra hija.
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