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Capítulo 153
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Venganza en la Corte de Jade Capítulo 180
Serafina, por puro instinto, se apartó a tiempo.El proyectil cayó al agua.Acto seguido, alguien apareció.—La emperatriz demuestra tener un gran dominio del cuerpo.¡Era Lucio otra vez!Estaba de pie, bajo la sombra de un árbol.Serafina lo miró con seriedad y sacó de su manga una hoja afilada.Ya que había quedado al descubierto, mejor…Lucio sonrió, tranquilo:—Últimamente alguien se ha infiltrado en mi residencia, como si quisiera investigarme. Dígame, ¿acaso usted lo sabe?Por supuesto Serafina lo sabía.Si lo sospechaba, era lógico investigar su casa.Pero que él la confrontara en el palacio de esa forma…Lucio dio un paso y siguió sonriendo:—Todos tenemos secretos, emperatriz. Yo no he revelado que usted practica artes marciales ni que sale del palacio en secreto. ¿Por qué insiste en acorralarme? ¿Acaso cree que no puedo resistir?Serafina lo miró, molesta.—Ahora tengo más curiosidad por tus secretos.Serafina se movió rápido y apoyó la daga en el cuello de Lucio; al mismo ti
Venganza en la Corte de Jade Capítulo 179
Tras la partida de Tiberia, Aelia trató de consolar a Augusta.—Si Tiberia logra asimilar sus palabras, no volverá a decepcionarla.La mirada de Augusta se volvió seria.—Conozco bien el carácter de Tiberia. Ambiciosa y arrogante, inevitablemente pasará por alto muchas cosas. La emperatriz será su piedra de toque.Aelia asintió.—Así es, Augusta. No ha sido en vano su enseñanza y cuidado hacia ella.En el Palacio de Concordia, después del almuerzo, Isadora apareció.Hacía mucho que no montaba a caballo y no dejaba de insistir para que Serafina la acompañara a la Real Caballeriza.Serafina no aceptó.Primero, porque como emperatriz tenía deberes administrativos.Segundo, porque no quería intimar demasiado con las mujeres del harén.Pero Isadora insistía tanto que no se apartaba de ella:—Vamos, vamos, emperatriz, solo esta vez. Le prometo que después no la molestaré más, ¿sí?Isadora había entrado al palacio muy joven y no tenía amigas con quien hablar.Solo con la emperatriz se sentía
Venganza en la Corte de Jade Capítulo 178
En el pequeño pabellón junto al lago, llegaba una brisa suave.Una escena tan tranquila no lograba calmar la ira del emperador.Claudio miraba el lago sin mirarla y llevaba las manos entrelazadas.Su voz, seria y profunda, cayó como un bloque de hielo:—La emperatriz está acostumbrada a hablar disparates, tal vez deba caer al agua para despejarse.Serafina respondió seriamente:—Yo pensé que su majestad no quería ceder ante la reina madre, que insistía en que apreciara a Aurelia. En la urgencia, opté por una explicación definitiva.Si me equivoqué, iré a aclararle a la reina madre que usted ya se recuperó...La mirada de Claudio se volvió aún más severa.¿Recuperado de qué? ¡Si nunca estuvo enfermo!Si ella corría ahora a explicar aquello, solo empeoraría las cosas.—¡Basta!Aunque estaba furioso, no podía negar que las palabras de la emperatriz frente a su abuela le habían ahorrado problemas.Era una forma de perder para ganar, pero un compromiso era un compromiso.—Se cancela el cast
Venganza en la Corte de Jade Capítulo 177
Claudio podía contener a los ministros, pero no podía usar la autoridad del emperador para imponerse a sus mayores.—Las guerras en la frontera son constantes, no tengo ánimos para entrar en el harén.La reina madre no lo dejó escabullirse.—Aurelia es obediente y encantadora, ¿en qué no podría complacerte? Aunque no la aprecies, al menos deberías ir al Palatium Floridum a verla. Si no se encuentran, ¿cómo podrás descubrir sus virtudes?El semblante de Claudio se puso serio.—Abuela, los asuntos del harén están bajo la emperatriz, no es necesario que se preocupe.La reina madre, como si hubiera encontrado desahogo, golpeó la mesa del té.—Dime la verdad, ¿fue la emperatriz la que te dijo algo? ¿Acaso se aprovechó de haber compartido el lecho contigo para susurrarte al oído?De otra forma, ¿cómo era posible que con las cualidades de Aurelia no recibiera el aprecio del emperador?Claudio estaba por refutar, pero cambió de idea en el último momento.—La emperatriz es mi esposa legítima, n
Venganza en la Corte de Jade Capítulo 176
Cuando llegó Lucio, Claudio no dio rodeos y preguntó de frente:—¿Tienes trato con la emperatriz en privado?La autoridad imperial hizo que Lucio inclinara la cabeza respetuosamente.—No, majestad.Claudio se levantó, bajó del trono y se plantó frente a él. Su figura alta y esbelta proyectaba una sombra imponente.—En asuntos de mujeres, siempre has sido prudente. Nunca hablas demasiado con ellas. Pero aquella vez, en el bosque imperial, noté algo raro entre tú y la emperatriz. Si solo hubieras bajado del caballo para guiarla, guardando la distancia normal, aunque ella hubiera sacado el cuchillo, jamás habría podido acercarse. Con un simple paso atrás habrías estado a salvo. Pero lo que vi fue que os separaban apenas dos pasos.Su mirada se puso seria.—A menos que, tras reconocer que eras tú, ella insistiera en atacarte. Explícame eso.De todos, Claudio confiaba más en Lucio. Por eso no lo delató aquel día; esperó a que él mismo lo aclarara. Sin embargo, el príncipe no lo hizo, y hoy
Venganza en la Corte de Jade Capítulo 175
Ramiro no bromeaba; hablaba muy seriamente.—Cooper me mandó una carta. Hace medio mes, alguien de los tuyos buscó al Martial Alliance, les pediste que hicieran un encargo, aunque no dijiste qué. Solo ordenaste que marcharan al norte. Ese viaje de ida y vuelta dura al menos un mes. Dime, ¿ya cumpliste esa misión o regresaste antes de tiempo?Serafina mostró recelo y no dio más explicaciones.Ni Ramiro ni Publio conocían los asuntos del palacio. Mejor no alertarlos para no complicar más las cosas.Antes de volver al palacio, Serafina fue a ver a Cayo.Cayo se sorprendió mucho al escuchar la noticia.—Pero has estado en el palacio todo el tiempo y yo soy el único que puede contactarte. ¿Quién pudo ir al Martial Alliance en tu nombre? ¡Seguro alguien te está suplantando!Serafina le ordenó firmemente:—Ve y descúbrelo.—¡Sí! —respondió él seriamente.Ya en palacio, Serafina tomó la píldora y su energía se recuperaba rápido.Para no perder tiempo, fue al Palacio de las Nubes y buscó el com
