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Capítulo 478

Autor: Victoria Lázaro
En el Campamento Sur llevaron al chamán ciego hasta la tienda imperial.

No tardó en dar su veredicto.

—Es, sin duda, Veneno Ancestral.

Claudio se molestó. Cuando el dolor fue insoportable, le buscó la mano a Serafina.

Ella, sin embargo, tenía la atención puesta en el chamán.

—Si puedes identificarlo —le preguntó Serafina—, ¿puedes también curarlo?

El hombre respondió, serio:

—Aunque sea Veneno Ancestral, nunca había sentido uno así. No puedo ayudarles.

Al oírlo, Arturo habló con rabia:

—¡Si es Veneno Ancestral, entonces el asunto está ligado a Austral! —exclamó.

—Majestad, permítame llevar tropas y…

—Retírate —lo interrumpió Serafina con voz firme.

Arturo entendió que se había pasado.

—Sí, Su Majestad. Me quedaré afuera.

El chamán, de oídos finos, pareció escuchar algo que lo puso tenso.

No sabía que estaba dentro del campamento de Nanquí.

Serafina volvió a preguntarle:

—Si tú no puedes curarlo, ¿y los demás chamanes?

—Señora —respondió él—, puedo asegurarle que en todo Austral no hay
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