Un segundo después, hubo dos golpes en la ventana del conductor. Jane escuchó una voz como de negocios fuera de la ventana, diciendo: “Por favor, abra la puerta del taxi.”La voz era muy fría y formal, sin ningún rastro de emoción. Aunque usó la palabra'Por favor', era una orden mas no una solicitud... Los subordinados de Sean eran justamente como él en ese sentido.Jane le gritó al taxista: “¡No abras la puerta!” Ella dijo, “Te pagaré...”De repente…¡Smash!Hubo un estruendoso sonido y luego la ventana del lado del pasajero se rompió en pedazos. Esa repentina escalada asustó a Jane hasta los nervios, pero también espantó al taxista en el asiento del conductor.“¡V-v-voy a llamar a los policías! ¡Eso es violar la... ley!”¡Swoosh! Justo en ese momento, una pila de billetes nuevos cayó sobre el taxista. Tenía que haber alrededor de diez mil según estimaciones solamente. Afuera de la ventana del auto, un guardaespaldas con un corte de pelo y un traje negro preguntó con rigidez,

Jane se paró enfrente de Sean con inquietud. Prontamente, alguien tocó la puerta y Sean dijo en su profunda y magnética voz, “Adelante.”Jane miró a la persona que entró con algo de pánico - Era Alora Smith, la que la entrevistó hace tres meses atrás.“Hola, Alora.” El corazón de Jane estaba en su garganta. Ella miró cuidadosamente a Sean, quien estaba sentado en un sillón de un solo asiento, y luego se volteó para mirar a Alora, quien había aparecido allí de repente. Su corazón latía con fuerza; no tenía idea de lo que este hombre ilegible estaba tramando ahora.“Saludos, Sr. Stewart.” Alora estaba vestida con un traje blanco perfectamente entallada a su medida, y no opacaba sus encantos en lo absoluto. Ella sabía exactamente cómo comportarse enfrente de Sean, diciendo: “¿Cómo puedo ayudarlo, señor?”Jane encontró la actitud de Alora hacía Sean un poco extraña, como si Sean fuera su patrón o jefe... Lo que Jane no sabía era que Sean realmente era el gran jefe de Alora. Jane había pasa

Ya habían pasado tres días. Tres días después de que Jane fue trasladada al departamento de relaciones públicas, ella aún no había ganado un solo centavo. Miró la hora y vio que eran las 23:07. Ese era precisamente el momento en que el negocio comenzaba a prosperar allí.Todo el Departamento de R.P. estaba vacío, y ella era la única que quedaba en la sala de espera. Todos sus colegas del departamento se habían ido para hacer sus trabajos. Para ser honesto, todos los miembros del Departamento de R.P. allí en East Emperor ganaban bastante. La clientela consistía de la clase alta de la sociedad, después de todo, y los ricos y poderosos siempre eran generosos con su dinero.Jane solo había estado allí por tres días, pero ya había escuchado. Jenny, la mujer que atrapó coqueteando con el Amo Soros en las escaleras en ese entonces, estuvo presumiendo ayer sobre lo generoso que un magnate de Hong Kong había sido con ella. Solo su propina fue de cincuenta mil.Diez veces cincuenta mil eran q

Fuera de la habitación, Alora dobló la esquina. En el momento en que levantó la cabeza, su mirada se volvió aguda y caminó en silencio hasta que estuvo justo fuera de la habitación. “¿Qué estás haciendo, Luna?”La voz fría que apareció de repente detrás de ella hizo que Luna, quien estaba parada fuera de la habitación, saltara y se girara. Cuando vio quién estaba detrás de ella, su bonito rostro inmediatamente se volvió antinatural. "Na-Nada, no estoy mirando nada..."Luna era la anfitriona a cargo de la habitación 606. Sin embargo, los jóvenes amos no habían pedido sus servicios. En cambio, Alora había enviado a ese limpiador novato.Luna no estaba contenta porque la habían echado de la habitación, por supuesto. De todos modos, no había nadie alrededor, así que secretamente había abierto un poquito la puerta de la habitación, asomándose por la rendija. Lo que vio hizo que sus ojos se abrieran, mientras se burlaba interiormente de la inutilidad de Jane.Alora se rió fríamente para sí m

El siguiente díaJane acababa de llegar al East Emperor cuando notó algo extraño. Todos a su alrededor estaban reunidos en grupos de dos y de tres, susurrando mientras la señalaban.Jane no estaba realmente molesta. Quizás fue porque ella era una simple limpiadora que de repente había sido trasladada al departamento de relaciones públicas. Era normal que ella llamara la atención.Sin embargo, cuando entró en la sala de espera del departamento de relaciones públicas., descubrió que había sido demasiado ingenua.“Hahaha, aquí está el perro”. La repentina burla hizo que su rostro se pusiera blanco. Reconoció a la persona que la estaba señalando y llamándola “perro”. No era otra que la anfitriona de la habitación 606, Luna.“No tan alto, Luna. No somos ciegos, podemos ver al perro entrando”.Luna se rió de buena gana. “¡Oh, pero no lo vieron ustedes mismos! Esta mujer vestía un disfraz de payaso con un maquillaje horrible. Ese amo Lynch le pidió que se pusiera de rodillas mientras tomaba e