Ning Ranxue apretó los dientes con irritación. Podría haber engañado a Lichen si no fuera por la intervención de Zhong Keke. —Tengo derecho a que me guste Lichen, señorita Zhong. No tiene autoridad para interferir —proclamó Ning Ranxue. —Tener sentimientos por alguien es su prerrogativa. Pero compromete su integridad cuando comienza a arruinar las relaciones. Señorita Ning, si está aquí para robarme a mi novio, permítame aclarar que su presencia no es bienvenida. ¡Por favor, váyase! —Zhong Keke declaró, sin ninguna disculpa. Ning Ranxue jadeó, su maquillaje meticulosamente aplicado apenas enmascaró su ira. Su rostro se contorsionó por la frustración. —¿No la escuchaste? —Gu Lichen se volvió para dirigirse a Ning Ranxue—. No eres bienvenido aquí. Y como ya dije, ¡eso nunca sucederá entre nosotros! Si no estás dispuesto a trabajar en el extranjero, eres libre de irte. ¡El Grupo Gu no necesita personas ociosas! Ning Ranxue apretó los labios con fuerza, una clara indicación de qu

Los ojos de Gu Lichen se iluminaron cuando murmuró: —Sí, extrañé a Yiran. Pero al menos no te extrañé a ti. Quizás el destino se apiadó de él, permitiendo que sus caminos se cruzaran. —Keke, no puedo predecir cuánto tiempo me llevará enamorarme de ti. Sin embargo... incluso si solo tengo sentimientos por ti y todavía estás dispuesto a estar conmigo, casémonos. Te quiero para ser mía esposa —dijo con elegancia. ¡Estaba atónito! —¿Casarte? Quiero decir... ¿quieres casarte conmigo? —Sí, estoy listo para convertirte en mi esposa si quieres —Estaba dispuesto a darle todo lo que pudiera, siempre que a ella no le importara que él no pudiera corresponder a su amor romántico. ... Zhong Keke permaneció atónita por la pregunta incluso después de que Gu Lichen salió de la oficina. Pensó: “¿Es esto una propuesta? ¿O está tratando de hacer las paces porque no está seguro de poder enamorarse de mí? Pero, ¿dedicaría alguien toda su vida a hacer las paces por el bien de otra persona?”.

—¿En serio? Será mejor que te apresures entonces, o es posible que no llegue a tu boda —exclamó Zhong Qishan con entusiasmo. —No hables así. ¿No dijo el médico que te puedes recuperar con el tratamiento adecuado? —Sun Cuimei intervino. —Pero el tratamiento es costoso. No nos detengamos en eso. Nuestra familia no tiene mucho dinero. Es mejor dejarte todo lo que tenemos. Solo lamento mi insuficiencia, no ganar lo suficiente. No podría proporcionarte una buena vida —suspiró Zhong Qishan. —Y haciendo sufrir a Keke con nosotros —añadió. —Keke, persuade a tu tío para que se someta a tratamiento —le dijo Sun Cuimei a Zhong Keke. —¿El tío no está bien? —preguntó Zhong Keke. —Sí, a papá le diagnosticaron una enfermedad renal. El médico insiste en un tratamiento oportuno. Si se retrasa, es posible que necesite un riñón nuevo para sobrevivir. Sin embargo, si responde bien al tratamiento, es posible que necesite un riñón importado —dijo Zhong. explicó Haocheng—. Pero los medicamentos i

En medio de decir eso, tuvo el impulso de llevarla a la mansión. De repente, se abalanzó hacia adelante y envolvió sus brazos alrededor de su cintura, enterrando su rostro en su abrazo. Gu Lichen se tensó y la miró con asombro. —Por favor... no te alejes. Solo déjame abrazarte por un momento, ¿de acuerdo? Ahora, necesito abrazarte así —su voz era ronca y tensa. —¿Algo está mal? —preguntó, sintiendo una atmósfera sombría. Sin decir una palabra, su agarre sobre él se hizo más fuerte y sus cuerpos se acercaron más. Gu Lichen se abstuvo de hacer más preguntas. Levantó un brazo, rodeándole la cintura, mientras que el otro le acariciaba el pelo con ternura. Los dos estaban en silencio, encerrados en un abrazo que buscaba consuelo. La cara de Zhong Keke estaba acurrucada en el pecho de Gu Lichen. Todo lo que pudo distinguir fue su olor envolviéndola. Se sentía como si sostenerla así la hiciera segura y protegida del calor. Durante sus años universitarios, había arraigado la no

Asertivamente, Zhong Haocheng expresó su punto. Incluso trató de apartar a Zhou Xinmian al concluir su discurso. Zhou Xinmian luchó por detener sus acciones. Temiendo por la seguridad de su querida amiga, Zhong Keke se apresuró a ayudarla. Sin embargo, cuando dio un paso adelante, Zhong Haocheng movió su mano y golpeó a Zhong Keke con fuerza en la mejilla. La bofetada resonante resonó. La fuerza del golpe hizo que los oídos de Zhong Keke zumbaran y le ardieran las mejillas. Zhou Xinmian regañó rápidamente a Zhong Haocheng: —¿Cómo puedes levantarle la mano? ¡Has cruzado la línea! Zhong Haocheng respondió desafiante: —Ella no tiene corazón. De la multitud, varias voces coincidieron: —¡Absolutamente! —¡Las personas sin gratitud merecen una buena paliza! —¿Quién se cree ella que es, trabajando como caricaturista? Las obras de personas como ella deberían prohibirse. No estaba claro quién lo inició, pero alguien comenzó a arrojar objetos a Zhong Keke. Protegiendo a