Debido a los videos, la opinión pública sobre Samuel empezó a cambiar. Muchas personas pensaban que había sido engañado por ella, incluso considerándolo una víctima.Al leer esos comentarios, no pude evitar reírme. No sabía si Samuel lo hizo a propósito, pero ni Fabio, ni mi suegra, ni yo podríamos perdonarlo.Sandra era odiable, pero nunca llegaría al nivel de rencor que sentíamos por Samuel, porque este último era parte de nuestra familia y debería haber estado de nuestro lado. Sin embargo, no lo hizo. Las penas que nos había causado eran imborrables. El día en que lo sentenciaron, ninguno de nosotros asistió al juzgado, considerándolo un castigo para que reflexionara. Un tiempo después, Fabio me contó que Samuel se había suicidado en prisión. Antes de la muerte, seguía repitiendo “lo siento”. Era por su mamá, por su tío, y también por mí.Al enterarme de su muerte, el nudo en mi pecho que me había quitado el aire desapareció al instante.¿Cómo era posible que no lo odiara? Debería
Read More